miércoles, 6 de julio de 2011

Sin sorpresas

En general, el proceso electoral de Coahuila fue aburrido por predecible. A nivel de gubernatura no hay lugar para la alternancia y quizá veamos a un PRI centenario en Coahuila. A nivel de diputados, los últimos años desde 2008 se caracterizan por el “carro completo”. De esa manera, las elecciones en estado lejos de ser una moneda al aire, se han convertido en un mero trámite para el PRI. Con esa dominante relación, ¿qué incentivos ante los ciudadanos tiene un partido que suele ganar todo? Pocos, muy pocos. Que el PRI no tenga competencia no es responsabilidad de ese partido, sino de la clara incapacidad de la oposición, en especial Acción Nacional.

Regreso al principio: si el proceso fue predecible, entonces ¿qué novedades hubo?

La primera, y una de las más loables, fue la copiosa participación ciudadana. Sin duda una de las mejores noticias de las elecciones. El pulso que mostraron los coahuilenses el domingo registró un avance de ocho puntos porcentuales en relación al último proceso para elegir gobernador en 2005. Pasó de 53 por ciento a 61. Lejos queda el vergonzoso 49 por ciento de 1999.

El PRI de Moreira arrasa en Torreón y con ello rompió la inercia de derrotas en la ciudad. Rubén supo ganar en Torreón. No es casual que su oferta política incluyó el “Plan Laguna siglo XXI”. Por lo mismo, la ciudad fue la joya de la corona para el PRI. Moreira ganó por 20 puntos de diferencia a Guillermo Anaya en Torreón.

El PRI de Moreira superó la meta anunciada de 700 mil votos. En números cerrados, logró 704 mil votos. Bajo el liderazgo de Rubén, el PRI de Coahuila muestra una exitosa y experimentada ingeniería electoral. ¿Quién dice que las elecciones no se ganan con matemáticas? Salvador Hernández Vélez lo sabe bien.

A pesar de la inquina, la ignorancia y las descalificaciones, en Coahuila hubo buenas y precisas encuestas. Con excepción de una, que reedita el fraude de unas encuestas en la elección municipal de Torreón en 2009.

El lagunero Antonio Juan Marcos fue el candidato más votado en la región. Obtuvo 48 mil votos y fue el tercer candidato con más sufragios en el estado, lo cual sin duda, lo proyecta sólidamente para futuras contiendas electorales. No hay que perder de vista a Juan Marcos.
 
Contra lo que se pensaba, las campañas negras auspiciadas por el PAN, no hicieron subir significativamente su votación. Por el contrario, los 35 puntos obtenidos no se alejan mucho de los 33 por ciento obtenidos en 2005, o los 33 puntos en 1999.

El papel de Twitter durante las elecciones, pero sobre todo, el 3 de julio, fue un ágora posmoderna para ciudadanos, candidatos y medios de comunicación.

En Twitter la competencia también fue poca. Moreira registró el 3 de julio, 15 mil 28 seguidores. Anaya sumó 9 mil 549. Como en la elección, nunca se alcanzaron.

Al final, me quedo con la preocupante sensación que me deja la elección: un cheque en blanco para el PRI. ¿Cómo lo usará el portador?