A punto del primer informe de Enrique Peña Nieto, ya adelantó esta semana, los principales logros de su gobierno en materia de seguridad. El tema, aunque marcado por la tragedia de los últimos años, es importante en tanto la recuperación de orden perdido. En muy poco tiempo, durante el sexenio pasado, saltamos brutalmente de una tendencia de homicidios a la baja (los más bajos niveles de los últimos veinte años), a las peores tragedias que cimbraron severamente a la sociedad. Por momentos parecía que no teníamos Estado. Y así le fue al partido en el poder durante las elecciones.
En el primer informe no hay mucho que presumir, pero sí es de reconocer una disminución de la violencia entre diciembre de 2012 a julio de 2013. Bajó 20 por ciento el número de homicidios vinculados con delitos federales, respecto al mismo lapso del año anterior. Aunque no estoy muy seguro que deba más a la eficacia del gobierno que a los reacomodos de los grupos criminales. Vayamos a las cifras: nada más este año, en el periodo que va de enero a julio, se han cometido 10 mil 899 homicidios dolosos en el país. ¿Son muchos o pocos? Nada más representan la mitad de los cometidos el año pasado, que fueron 21 mil 700, de acuerdo a la cifras públicas del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).
Paralelamente, a la baja de los homicidios, aumentaron los delitos de secuestro y extorsión. Un paso para adelante, y otros dos para atrás. 27 por ciento aumentaron los secuestros en el país en 2013 durante los primeros ocho meses del gobierno de Peña Nieto. Las denuncias ascienden a 911 secuestros. Las extorsiones, también asociadas a altos niveles de violencia, aumentaron 16 por ciento. En el periodo se acumulan 4 mil 666 denuncias. Con todo, los incrementos sólo se miden con base a las denuncias que llegan al sistema judicial. ¿Cuántas no llegan por temor o desconfianza? El problema de la cifra negra. Independientemente de ese fenómeno, la famosa nueva estrategia del presidente no ha bajado hasta el momento la incidencia delictiva más grave. Sé que no pasará en poco tiempo, pero ya es hora de dar buenos resultados si se quiere construir al “México en paz”.
Las cifras registradas hasta ahora, no dan buenas noticias. Ojalá estemos en una tendencia sostenida a la baja de la violencia en México, y no solamente en un ciclo donde baja para luego subir. Una de las banderas del presidente cuando era candidato en campaña, fue cambiar la estrategia de seguridad. Ahora nos dicen que ya cambiaron, que se combate con inteligencia, e incluso, bajo el respeto de los derechos humanos, pero nos faltan los resultados. Tal vez lo más notable de este primer año, no es la reducción de la incidencia delictiva, sino una estrategia de comunicación que permitió al gobierno sacar los muertos de los medios.
Así, en el primer periodo de Peña Nieto se habla menos de la seguridad, y qué bueno, aunque la seguridad sigue igual o peor que antes en algunos delitos. El problema de esa estrategia de comunicación es que al principio funciona, pero si no se corresponde con resultados consistentes, termina por ser un fiasco. Más nos vale que el próximo año tengamos mejores resultados.
30 de agosto 2013
Milenio http://www.milenio.com/firmas/carlos_castanon_cuadros/numeros-violencia-Pena-Nieto_18_144765534.html