miércoles, 31 de mayo de 2017

Destruir con impunidad el emblema de Torreón

Foto: El Siglo https://www.elsiglodetorreon.com.mx/blogs/sotomayor/106-tormenta-electrica

Es más fácil destruir que construir. No hay duda. Para lo primero se arrasa. Con máquinas se tumban las construcciones, se destruye el patrimonio. A punta de hachazos destruimos frondosos árboles. A borrones, también se “limpia” la memoria. Así se quita un nombre para sobreponer otro. Por el contrario, construir lleva tiempo, esmero y paciencia. Un árbol tarda años en crecer; cortarlo con motosierra lleva unos segundos. Tristemente, en los últimos años he documentado la impunidad con la que particulares, y sobre todo, las mismas autoridades, han permitido la destrucción del patrimonio histórico en Torreón. Con suma facilidad, han destruido casas centenarias e inmuebles representativos de la ciudad. Incluso, a la vista de las autoridades, se tiran las construcciones rápidamente, para que nadie diga nada. ¿A quién le importa?
Hace muchos años, en la esquina de Colón y Abasolo, las máquinas destruyeron una de las casas más emblemáticas y bellas de Torreón. Empezaron de madrugada, como hacen los criminales. La autoridad no hizo nada, pese a la indignación de muchos ciudadanos. Por lo mismo, es significativo del gobierno municipal, que ahora “emprenda” la destrucción del monumento del torreón en el bulevar Constitución. Antiguamente, el bulevar era el enorme canal del Coyote, que conducía las aguas del río Nazas a varios ranchos y haciendas hasta el poblado de Coyote. Para bien, todavía sobreviven las compuertas, que durante años albergó un pequeño museo de la revolución. 
En 1974, comenzó la urbanización del viejo canal de riego, a fin de hacer el bulevar Constitución, popularmente bautizado como “chorrito”, pero esa es otra historia. Para arrancar las obras, el alcalde José Solís Amaro, propuso la construcción de una pequeña plaza y un monumento emblemático para la ciudad. El lugar se le nombró “Plaza cívica Torreón” y fue inaugurada el primero de mayo de 1974 en un ambiente de fiesta entre los ciudadanos que acudieron. Durante años, muchos torreonenses crecimos con esa emblema a la entrada de Torreón. La construcción estuvo a cargo del prestigioso arquitecto Samuel Alatorre Morones. En conjunto con los arquitectos Luis Felipe Cervantes y Jorge Álvarez Simental,  Alatorre recordó que “la responsabilidad era muy grande”. A la manera de una torre almenada, hicieron el diseño, elaboraron los planos, y prefabricaron las piezas de concreto en Gómez Palacio, es decir, más lagunero no podía ser ese monumento. Para la cimentación, diseñaron una base donde engranaron las espátulas de concreto, de esa forma, ensamblaron con una grúa, las partes. Vale anotar, que el torreón era de un solo color, sin burdos tintes partidistas. Ante todo, lo que se buscó fue hacer un emblema representativo de la ciudad. ¡Y vaya que lo lograron! Por entonces, la revista del Instituto Mexicano del Cemento y Concreto, publicó fotografías del monumento, por considerarlo valioso y notable.     

A casi 43 años de la construcción de la “Plaza cívica Torreón”, es revelador de la calidad de las autoridades, que ahora destruyan la plaza para “construir” otra. Más todavía, dice mucho para mal, cuando el gobierno local destruye un monumento de identidad.  En otras palabras: la inquina como sello de gobierno. Sin embargo, nada más arrogante que asumir el gobierno como un borrón y cuenta nueva. La historia comienza en mi administración. Antes sólo hubo obras de “mentiritas”. Para hacer una obra, se decide destruir la que ya existía. Hay una enorme pobreza y falta de imaginación entre los encargados de las obras públicas en la ciudad. Antes llenaron la Morelos de concreto, sin ton ni son, sin respetar la historia y la identidad de la ciudad. Luego alteraron el paisaje histórico de uno de los monumentos más queridos en Torreón, conocido popularmente como “La fuente del pensador”. El cual sólo corrigieron a medias. Lo mismo hicieron con la casa del Cerro… Pero si ya destruyeron la Plaza Cívica Torreón, quitaron los árboles y las palmeras, ¿qué sigue? ¿talar los árboles de la Alameda y convertirla en un flamante estacionamiento para atender los nuevos bares de la Morelos?
No se trata sólo de hacer, sino de hacer bien, y sobre todo, con respeto a la identidad de la ciudad. Por supuesto, hay que construir y dar paso a nuevas obras, pero no en detrimento de los monumentos y el patrimonio histórico. No contra la historia de la ciudad. Conservación es una palabra que tendrían que aprender con humildad las autoridades. Pero puede más la mala voluntad, la ignorancia, la mediocridad. ¡Es una vergüenza!


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Segunda llamada: ¿dónde está el Colegio de Arquitectos? ¿dónde las numerosas escuelas de arquitectura? Para el caso, ya mejor ni mencionamos a los historiadores.
https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1317218.destruir-con-impunidad-el-emblema-de-torreon.html
1 de marzo de 2017
El Siglo