Vayamos al grano con George Bernard Shaw: "A los
políticos y a los pañales hay que cambiarlos con frecuencia y por las mismas
razones." ¿Más claro?
En
las próximas semanas, Coahuila vivirá lo que sin duda, será el proceso
electoral más competido de su historia reciente. Antes, las elecciones eran un
mero trámite. Con suma antelación sabíamos quien iba a ganar. Vamos, hasta los
procesos eran bastante aburridos. Pero ahora, la circunstancias han cambiado. Como
nunca antes, el partido en el poder no tiene la elección en la bolsa. Por el
contrario, enfrenta a diversos actores relevantes, pero sobre todo, carga la
pesada losa del desprestigio, la desconfianza y la falta de legitimidad ante
los ciudadanos. Más todavía, sobre el gobierno pesa visiblemente la corrupción.
De manera abierta saquearon el erario, endeudaron y todavía hay quien busca
regresar bajo la bandera de la “honestidad”. Como verán, ni la burlan perdonan.
Sin embargo, no bastan los “likes”, las quejas de café o los ácidas críticas en
las redes sociales. Al respecto, me gustó la fresca propuesta de un grupo
plural de jóvenes universitarios: No
memes y vota.
En
condiciones como estas, la crítica por sí misma es insuficiente. Ante todo, es
necesario salir. ¡Participar! Mucho se ha denigrado a las elecciones y la
democracia, pero en las próximas semanas los ciudadanos tenemos un modesto,
como poderoso mecanismo para decir: ¡Ya basta!
De
esa manera, no nos quedemos con los puros señalamientos en el Facebook o en
Twitter. Demos el paso de las redes a la acción. Participemos. Vayamos con
nuestro granito de arena. No menospreciemos el derecho de voto que tenemos. Por
lo tanto, hay que vencer el miedo, la costumbre y el conformismo. ¿O en verdad
ustedes quieren que las cosas se queden como están? Coahuila no va por buen
rumbo. En lo personal considero que los grandes cambios provienen de pequeñas
acciones. Al igual que tú también estoy enojado por la corrupción, las empresas
fantasmas, el megafraude de la deuda, la impunidad. En nuestras manos está la
diferencia, y sobre todo, la posibilidad de enderezar el camino. Quizás nos
parezca poco, pero las próximas elecciones nos dan la oportunidad única e
irrepetible de frenar esa inercia perniciosa. De reemplazar los pañales. De sustituir
las chapas y quitarle las llaves a los cleptómanos. En nuestras manos está
trascender el malestar. Las próximas elecciones en Coahuila son un válvula de
escape para una situación que no aguanta más.
En
ese sentido, hay en la alternancia una posibilidad sanitaria para la
democracia. A decir de Winston Churchill, “La alternancia fecunda el suelo de
la democracia”. Es hora que nuestro voto fecunde Coahuila. Por supuesto, la
alternancia no es un dechado de virtudes como tal, pero es una manera de
oxigenar la política y sobre todo, la vida pública. ¡Cuanta falta nos hace! Por
lo mismo, lo que se juega en las siguientes semanas es la factibilidad de la
alternancia en contraposición a la corrupción y la complicidad. Romper ese
círculo vicioso es posible. Marcar un alto a las malas prácticas también. Necesitamos
ir por otro camino, redirigir el rumbo. Si queremos, si nos lo proponemos, los
ciudadanos podemos dar un golpe de timón. La decisión está en nuestra manos.
El Siglo
24 de Mayo 2017