Me gustan los western por la recreación imaginaria del viejo oeste norteamericano. Ficción y realidad se mezclan en la conquista de un vasto territorio. A veces desértico, otras rico en ríos, manantiales y minerales. El paisaje se confunde con la inmensidad misma. Llanura sin fin para decirlo con el poeta potosino, Manuel José Othón. El ferrocarril abrió las puertas a lo ancho y largo del duro territorio comanche, pero la disputa entre lo “salvaje” y la “civilización” continuó a lo largo del siglo diecinueve. Aunque el género cinematográfico predomina en interpretaciones historicistas, hay una vertiente que reinterpreta el western de manera contemporánea. El escenario tradicional es escenificado por vaqueros, indios y forajidos; el contemporáneo también es de rangers, indios y forajidos. En unos luchan por la riqueza y la promesa del progreso, en los nuevos sobreviven desde la pobreza, pero en ambos, siempre hay violencia. Todo se resuelve tan fácil en un western, sobre todo, si es a punta de pistola. En las historia del viejo oeste las fronteras son difusas entre Estados Unidos y México. Más que diferencias, aparecen dichos territorios, integrados por la economía, la migración, el narcotráfico, y amplios territorios despoblados. El paisaje del desierto es un protagonista tan importante como los actores mismos. “Los tres entierros de Mequiades Estrada” (2005), dirigida por Tommy Lee Jones y escrita Guillermo Arriaga, es un buen ejemplo del género.
Hace
algunos meses, disfruté el western contemporáneo, “Hell or High Water” (2015),
dirigido por David Mackenzie y escrito por Taylor Sheridan. Alejado de la
prosperidad de las principales urbes texanas, la historia nos cuenta la
travesía de dos hermanos que luchan por rescatar la hipoteca de una propiedad
familiar. Sumidos en la pobreza, no pueden pagar la cuentas. A punto de
confiscarles la propiedad, el banco amenaza con quitarles las tierras. Sin nada
que perder, los hermanos Toby y Tanner Howard se proponen robar los bancos de
la misma compañía a la que le deben dinero, el Texas Midlands Bank. La premisa
encaja, y funciona bien, en el adagio popular: “ladrón que roba a ladrón tiene
cien años de perdón”. Con ese propósito, asaltan sucursales en modestos pueblos
polvorientos. Desde el principio, un improvisado mensaje callejero en las
espaldas del banco, advierte el presente estadounidense: “Tres vistas a Irak
pero no hay rescate para personas como nosotros”.
A
diferencia The Big Short (2015), una película que narra los momentos decisivos
del fraude bursátil y la caída de la bolsa en 2008, los protagonistas de “Hell
or High Water”, no son banqueros, ni utilizan finos trajes y mucho menos
trabajan en un rascacielos de Manhattan. Los personajes viven en el campo y
padecen los efectos del sistema bancario. En algún momento, Toby Howard
describe su condición para dar voz a la periferia americana: “He sido pobre
toda mi vida, así como mis padres y mis abuelos. Es una enfermedad que pasa de
generación en generación… eso es lo que es, infecta a cada generación, pero no
a mis hijos, ya no más”.
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Mientras
los hermanos Howard luchan por sobrevivir en medio de asaltos y balaceras, Marcus
Hamilton (Jeff Bridges), un viejo ranger de Texas, los persigue, al mismo
tiempo que libra su propia lucha interna. Jubilarse o continuar en el campo.
Por momentos, sus intervenciones son las de un ranger filósofo que se resiste a
vivir apoltronado al sofá frente al televisor. La imagen nos recuerda otro
western brillante de Joel e Ethan Coen, “No Country for Old Men” (2007). Al
igual que el Sheriff Ed Tom Bell (Tommy Lee Jones), sus reflexiones son las de
un filósofo con pistola y tejana. Tanto uno como el otro, son lacónicos, pero
el ranger ratifica en sus formas y lenguaje, chistes e insultos racistas, para
mostrar que las diferencias nunca se fueron. Tan presente hoy como en el
pasado. Pero lejos de ser una simple ficción, “Hell or High Water” muestra
desde abajo la decadencia del sistema norteamericano, que tiene a su mejor
representante en la presidencia de Donald Trump. Si tienen oportunidad, no se
pierdan este western del siglo XXI.
https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1341590.el-ranger-filosofo.htmlEl Siglo
17 de mayo 2017