Si no hay contratiempos, hoy estará en Torreón la Caravana por la Paz que encabeza el poeta Javier Sicilia. En su recorrido por el país con destino a ciudad Juárez, se han sumado diversos movimientos locales que tienen que ver con la violencia, pero también con otros temas, como sucedió en San Luis Potosí, donde un grupo de ciudadanos denunció el problema ecológico de la mina San Xavier. En otras palabras el movimiento abanderado por Sicilia ha tomado otras dimensiones, pero también otras demandas distintas a la inicial.
De alguna manera el movimiento rebasó al poeta; ahora aglutina una diversidad de peticiones y acaso intereses. Esta diversidad no descalifica las propuestas, aunque sí dificulta la unidad del mensaje y la posibilidad de concretar las demandas. A nivel general hay conceso en cuanto al rechazo de la violencia y cada vez más se escucha la exigencia de un cambio de estrategia, aunque el vocero oficial, Alejandro Poiré, argumentó esta semana a través de un cómic y un texto en su blog, que es un mito pensar que el gobierno solo utiliza la fuerza. Mito o no, los resultados son preocupantes y de seguir el camino actual la victoria será pírrica. Al respecto Eduardo Guerrero recientemente publicó en Nexos (junio 2011) las correlaciones entre el combate, el aumento de la violencia y la fragmentación de los grupos criminales.
¿De qué ha servido la violencia? ¿A la vuelta de los años que resultará de todo esto?
Otras sociedades han aprendido y por lo tanto han cambiado significativamente el rumbo de sus instituciones. Por eso hay que darle importancia y apoyar una demanda clave de la Caravana: la reforma política. Se coincidirá o no con otras demandas promovidas por Sicilia, pero indudablemente la Caravana podría ser un catalizar para el tema de la reforma del poder. Hacen falta otros caminos e incluso, formas de democracia directa que permitan canalizar los intereses y las demandas de los grupos. En otras palabras, una válvula de escape.
Para los políticos profesionales los tiempos en México todavía son otros, por eso la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados canceló ayer la posibilidad de retomar el tema. Está claro que de la Cámara no va venir ese cambio, por eso movimientos como la Caravana pueden empujar la demanda y por qué no, presionar para que avance.