Lo más llamativo de la próxima elección es la contienda presidencial. La mayoría de las notas se dedican a esos candidatos. Que si las lecturas de uno, que las encuestas del otro o el amor que vendrá. Igualmente las discusiones y las tendencias se centran en los aspirantes a la silla presidencial. Pero desde finales de los noventas (del siglo pasado), el Congreso ha sido un actor fundamental en los cambios y sobre todo, en la permanencia de un obsoleto sistema político. Más que los presidentes, son un cúmulo de diputados y senadores los que deciden el rumbo del país. Por lo mismo, la importancia de los comicios en julio, está en los congresistas que habremos de elegir. Ya de alguna manera los candidatos propuestos hablan de los partidos. Al mismo tiempo, sería un despropósito descalificar a un partido entero por una persona, pero no podemos negar que las personas dicen mucho de los partidos que los proponen.
Así, mientras el PAN insiste en que es la mejor opción para seguir gobernando el país, envía al tristemente célebre Fernando Larrazábal como candidato a diputado. Es cierto, un diputado no es todo el partido, pero ¡cómo lo marca! El alcalde de Monterrey fue premiado por su partido con el primer lugar en la lista de plurinominales por Nuevo León. Atrás quedó esa historia de su hermano, el “exitoso” quesero que paseaba puntualmente por los casinos. De esa manera, el presidente del PAN, Gustavo Madero, avaló la candidatura del dudoso alcalde de Monterrey. Una pena para la ciudad que solía ser paradigma de trabajo y esfuerzo.
Pero en todos lados se cuecen habas. En el PRI, tan sólo por citar un ejemplo, volvieron a postular entre los primeros lugares al senado, al líder del sindicato petrolero, Carlos Romero Dechamps. Sí, el mismo que colaboró en aquel escandaloso desvío de recursos de Pemex para la campaña del PRI en el 2000. Por supuesto que esa cifra, unos mil millones de pesos, es nada en comparación a la de Coahuila; hasta la fecha sin responsables y varios “desaparecidos”.
En el PRD, al menos ya rectificaron la candidatura por la vía plurinominal de Ethan Peña, quien en las redes sociales presumía una “uzi” 9 milímetros. Si bien, estas honorables candidaturas no representan el todo de los partidos, sí nos dicen mucho de sus dirigencias y la tolerancia a la corrupción. Con candidatos así, el día de mañana no nos sorprendamos.
7 de marzo 2012
Milenio http://impreso.milenio.com/node/9125080