Suena atractivo. Lo hemos escuchado muchas veces: “No soy político”. En el pasado debate fue la apuesta del candidato del PANAL, Gabriel Quadri. “No soy político, soy ciudadano”. Siempre que tuvo la oportunidad señaló a los otros candidatos en su discurso: no soy como ellos; como los políticos alejados de los ciudadanos. Quadri fue el candidato que causó mejor impresión en el debate. No sólo fue el más fresco y natural en sus intervenciones, en buena medida buscó diferenciarse de los otros insistiendo como quien repite un mantra: “No soy político”.
En parte lo logró. La combinación de su imagen y su mensaje como el “candidato ciudadano” después del debate, rindió frutos en las encuestas. El candidato del 1% pasó al 5% de acuerdo con la medición diaria de GEA. Aunque falta ver si se sostiene.
El discurso de Quadri “suena bien”, sobre todo, entre los ciudadanos que muestran un declarado hartazgo por la política y los políticos. Remito algunos datos: sólo una pequeña parte de la población se interesa en la política. Esto significa que 1 de cada 6 mexicanos se interesa de alguna manera por la política y solamente 3 de cada 10 se organiza para participar por un beneficio en común (ENCUP: 2005). No nos extrañemos luego del abstencionismo. Un dato que preocupa: 3 de cada 10 mexicanos está insatisfecho con la democracia (ENCUP: 2008). En un país con un amplio desinterés y rechazo de la política encuentra algo de eco en un candidato como Quadri que se asume como “independiente” y “ciudadano”. Sin embargo, el discurso de Quadri no sólo es engañoso, sino superficial. Posiciona un mensaje que niega la política, pero al mismo tiempo participa en ella. “No soy como ellos”, expresó en el debate, pero enseguida les dice “colegas”. Por fin ¿es o no político?
Quadri se dice la alternativa ante los políticos convencionales, pero su idea de política encierra ya un contrasentido. Después de escucharlo, me queda la impresión de que es el último de los ciudadanos. Pero nada más ingenuo en política que suponer la dicotomía entre ciudadanos y políticos. Nos guste o no, los políticos salen de la sociedad, o más específicamente de alguna demarcación electoral que conjunta municipios y colonias. En dado caso, si los políticos actúan de una manera u otra, en realidad reflejan su entorno social. No hay la diferencia que supone el candidato. Tanto como si los ciudadanos fueran de la Tierra y los políticos de Marte.
Tampoco en la política hay pureza. Allá que riñan los políticos, los ciudadanos no hacemos eso. Pero la democracia es disputa por el poder y por lo tanto deliberación. Acaso hubiera preferido un debate con manteles blancos. En esas condiciones, la hermana de Josefina seguiría tranquila en su puesto. La política no perdona a los ingenuos ni tampoco a quienes pretenden un papel inmaculado. Quadri, el ciudadano más puro que no aguantó las preguntas y los cuestionamientos de los alumnos en la escuela Carlos Septién García. Quadri, el candidato que nos habló de la necesidad de formar doctores en el país, pero abandera el partido que se opuso sistemáticamente a la evaluación universal. Quadri, el político que busca desarrollar la educación desde el partido que avala el retroceso educativo. Quadri, el candidato que desde la política nos dice que no es político.
11 de mayo 2012
Milenio http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9147156