domingo, 20 de mayo de 2012
A los Yunaites
Antes que inglés, en Estados Unidos se habló español. Esas huellas quedaron en su historia como una larga y profunda raíz hispánica. Primero fue a través de la colonización del imperio español. Luego con la conformación de los países sucedieron relaciones tormentosas hasta el grado de la guerra y la pérdida de un buen pedazo del territorio mexicano (1836, 1846-48). Pero con todo y la hegemonía sajona, la presencia mexicana y desde luego latina, tiene en nuestro vecino del norte un lugar sin precedentes. La reconquista no se da ya por la fuerza, y quién sabe si se dará en el 2080 como lo vaticina polémicamente George Friedman (The next 100 years, 2009).
Más bien la migración ha hecho su parte, y aunque no lo quería Samuel Huntington, hay un triunfo cultural de los mexicanos y los latinos. Hace algunas semanas el Pew Hispanic Center publicó un amplio y puntual estudio sobre la migración mexicana a Estados Unidos: Net Migration from Mexico Falls to Zero (abril, 2012).
El dato más llamativo es que por primera vez en cuatro décadas, la migración registró tasas decrecientes. Bajo un enfoque de larga duración entre 1850 y 2011, el estudio nos dice que ningún otro grupo migratorio pesa tanto desde 1970 como el de los mexicanos. Al menos unos 12 millones se fueron al otro lado desde entonces. Sólo en términos relativos son equiparables a las oleadas migratorias de Irlanda y Alemania durante el siglo XIX. Fuera de ahí, ni los grupos asiáticos crecieron a mayores tasas. Retomo un par de cifras: 30% de los grupos de migrantes actuales en EU nacieron en México, en comparación con el 5% de origen chino.
El momento de mayor migración anual, sobra decir “ilegal”, se registró en 1999, con 770 mil cruces. A partir de ahí vino una clara disminución durante la siguiente década, hasta caer a unos 140 mil cruces anuales en 2010. No obstante, el sueño americano sigue presente.
La caída de la migración mexicana no parece definitiva. A pesar de los estragos de la crisis económica, otros factores han contribuido a la caída del flujo migratorio como una mayor vigilancia en la frontera, las deportaciones masivas, los peligros de cruzar la frontera e incluso cierta estabilidad económica en México. La investigación advierte que una recuperación en la economía estadounidense podría incentivar mayores flujos de migración.
No obstante, nunca EU había sido tanto México como ahora. La cifras más recientes de la oficina del Censo, muestran que actualmente los recién nacidos “blancos” ya no son mayoría. Paradójicamente el mayor ascenso proviene de las minorías hispanas que impulsan una notable tasa de natalidad. Los hispanos son el grupo de mayor vitalidad, o si se quiere, el más amoroso de esa sociedad. Hasta el 26% de los nacimientos son de origen hispano. Sin duda, el dato es ya un parteaguas demográfico en la historia de ese país. No hay marcha atrás. La tendencia parece imparable al igual que la reconquista; ya no por el poder de la fuerza, sino por el poder la cultura.
20 de mayo 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9148010