miércoles, 13 de febrero de 2013

Respuesta a un maestro del SNTE

En relación al texto Víctimas de la educación (Milenio, 16-I-2013), el profesor Gabriel Castillo escribió en Palabras de lector, una larga respuesta en tres partes. Para empezar, agradezco la atención del profesor, y sobre todo las diferencias en relación a la educación, los maestros, el sindicato y la recién aprobada reforma educativa. Temas por cierto, de interés público, y por lo tanto, sujetos a deliberación. Como verá profesor Castillo, no hay monopolio ni exclusividad para las opiniones. Pero entremos en materia: la reforma educativa tiene en conflicto al SNTE, de ahí las protestas nacionales de los maestros; hasta una estrategia elaboraron para responder a la reforma. Pero ya “La maestra” Elba Esther Gordillo, la primera autoridad en la materia, se ha encargado de expresar qué y quiénes agravian a las maestros. En resumen, todo por la mentada reforma. Mejor que nosotros, la líder vitalicia, señala la “permanencia” como el problema.

Entre otras cosas, la reforma propone evaluar para filtrar a los maestros que estarán frente a grupo. No se trata de que el sindicato disponga de plazas y horas frente a grupo, sino de una evaluación que busca valorar capacidades. En pocas palabras, que lleguen los mejores. Y los que no, que se vayan. Pero esto plantea un serio problema para quienes controlan el sindicato, porque limita la libre disposición de las plazas sin importar el nivel del docente.

Es cierto, coincido con usted en la desconfianza hacia la clase política, ¡no es para menos! Igualmente comparto que hay múltiples factores en la educación y que las escuelas privadas no se quedan atrás en el desastre educativo. Agrego algo más: el dinero no es garantía de calidad. Los resultados públicos en enlace.sep.gob.mx lo demuestran claramente. Por supuesto que las pruebas son discutibles y cuestionables, pero aun así, evidencian el desastre de la educación en el país. La prueba Pisa de la OCDE también lo verifica: oecd.org/pisa. Pero dejemos las pruebas por el momento, porque como bien afirma, “evaluar es algo más complejo que la aplicación de un examen”. Entonces ¿por qué los alumnos saben leer pero no comprenden lo que leen? ¿No será que los alumnos se parecen a sus maestros? Claro que hay excepciones y docentes genuinamente comprometidos, pero como país, algo hemos hecho mal durante décadas, para que la educación no sea uno de los principales medios de desarrollo y competencia. Claro que la SEP lleva parte de la responsabilidad, pero si algo ha desmotrado el SNTE, es que el sindicato manda en la SEP. Sería inocente no reconocerlo. 

En cuanto al gasto en educación, México está en el promedio de los países de la OCDE, pero sus resultados son los últimos. El gasto equivale al 6% del PIB. Es cierto, no es el 8%. Pero ¿en el estado actual el 8% garantizaría una mejor educación? Difícilmente. No obstante, no todo es desastre. Hay indicios de que las cosas pueden cambiar. Los resultados del estudio, “Panorama de la educación 2012”, registran avances, pero también enormes retos y rezagos. Por desgracia México no está aislado del mundo… La reglas del juego tienen que cambiar, porque así como estamos, los alumnos seguirán de víctimas de la educación.

25 de enero 2013
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9170590