Es una pena, pero en México hablamos de la educación por sus problemas y rezagos; no por sus beneficios y desarrollos. El tema vuelve a ser noticia, y lo seguirá siendo en los próximos meses por el conflicto entre el sindicato de la educación pública, SNTE, y la reforma educativa que impulsó el gobierno federal y aprobó el Congreso. Pero insisto, las noticias recientes no son sobre los alumnos destacados, los buenos números en los indicadores o el ascenso de la educación mexicana en el comparativo mundial. ¡Nada de eso!
El conflicto proviene por le mandato de cambio y la defensa del status quo. Para el sindicato, la reforma es un agravio que atenta contra los maestros. ¡No se diga, ni se discuta más! La contraofensiva del SNTE ya empezó. De esa manera, una de sus estrategias recientes es salir a las calles. De acuerdo con “La maestra” Elba Esther Gordillo (una autoridad en el tema e imprescindible del sistema político mexicano), el problema es por la “palabra perversa” permanencia. Dicho de otro modo: el problema es la evaluación como filtro para tantos y tantos maestros que nos son aptos en la docencia.
Ya en otra colaboración (16-I-2013) abordé los ejes principales de la reforma educativa, que sin ser radicales, sí tratan de llevar más orden a la educación, y lo más loable, dan continuidad a la evaluaciones impulsadas por el gobierno anterior.
Pero veamos las expresiones del contrataque. “La maestra” sale a entrevista; los maestros van a las calles. De la movilización durante este fin de semana, recibí de un grupo de maestros protestando en el crucero, un volante de la sección 5 de Coahuila. La información resume el reclamo en tres preguntas: ¿Por qué luchamos? ¿Para qué? ¿Qué quieren?
Conforme a la información del volante, los maestros del sindicato luchan “por lo que lucharon nuestros abuelos y viejos maestros; por el derecho a la educación; porque la educación no sea un privilegio de los que puedan pagarla; por dar vida a la escuela pública”. Lástima que lo de nuestros abuelos y viejos maestros ya es historia, porque ahora México vive en el siglo XXI, y su educación no es competitiva en el entorno global.
Conforme a la información del volante, los maestros del sindicato luchan “por lo que lucharon nuestros abuelos y viejos maestros; por el derecho a la educación; porque la educación no sea un privilegio de los que puedan pagarla; por dar vida a la escuela pública”. Lástima que lo de nuestros abuelos y viejos maestros ya es historia, porque ahora México vive en el siglo XXI, y su educación no es competitiva en el entorno global.
Ahí la evidencia empírica es desastrosa. Ahora bien, si hablamos del derecho a la educación, ¿no tendríamos también qué hablar del derecho a la calidad? Nuevamente, los resultados son desastrosos. Sobre la educación como privilegio de los que pueden pagarla, también habría que agregar que el Estado mexicano gasta tanto como los países de la OCDE, pero con muy bajos resultados. El desastre se repite. La calidad no depende sólo del dinero. En el punto de dar vida a las escuelas, la reforma promueve actividades de tiempo completo, sin embargo, no me extrañaría que las bases no conocieran los detalles de la reforma misma. Entonces ¿no sería mejor empezar por leer el contenido de la reforma? En el fondo lo que molesta es la evaluación y los filtros para la permanencia de los docentes. Molesta quitarle espacios a “La maestra” quien es la principal beneficiaria del mediocre orden de cosas. Eso sí, a un costo millonario.
Si realmente el SNTE quiere defender la escuela pública, entonces tendría que ser el primero en incentivar la calidad, las evaluaciones y el desempeño. Pero claro, esto va contra las costumbres.
23 de enero 2013