miércoles, 16 de marzo de 2011

El General



¿Qué es mejor? ¿Qué gobiernen los mejores hombres o que gobiernen las mejores leyes? Cual dilema aristotélico, las preguntas tienen enorme actualidad por los hombres detrás del gobierno o por las leyes en el sentido de instituciones.  Y es que la reciente salida del General Bibiano Villa Castillo como director de la policía en Torreón, nos regresa nuevamente a esas preguntas.
Sin lugar a dudas el General Villa marcó una breve etapa de la corporación policiaca. La marcó más por su carácter valiente y entrón, que por su resultado institucional. Su estilo duro, directo y en ocasiones impolítico, hizo muy visible su lugar al frente de la Dirección. Apenas si tengo que recordar las crisis que ha vivido la corporación en los últimos años cuando de manera dramático fue depurada. En buena medida su particular estilo no sólo llamó la atención internacional, sino que causó alguna esperanza entre los torreonenses, aunque más pronto que tarde, la realidad se encargó de recordarnos la degradación en que vivimos.
En su afán por ganarse la confianza de los ciudadanos llegó a abrir un par de números celulares, donde personalmente él contestaba. Me consta, ya que en alguna ocasión tuve la necesidad de hablarle. Esa respuesta directa hacia los ciudadanos mostró con claridad su disposición de servicio.
En mayo del 2010 el Grupo Empresarial de La Laguna había exigido su salida alegando falta de resultados. Por entonces escribí que la exigencia no era seria, sobre todo, por la ausencia de cifras para avalar la petición. A poco más de un año de la llegada del General los índices delictivos en el ámbito del fuero común no han bajado, y cuando lo hicieron fue en un nivel poco significativo. Ahí están las cifras que nos indican el rumbo de un año, pero también de los últimos, donde la policía de Torreón perdió el rumbo, sobre todo a partir del verano de 2008.
Desde entonces se han hecho esfuerzos con distintos resultados para evaluar a los agentes y depurar la corporación. Otro aspecto relevante fue la gestión para integrar paulatinamente la policía municipal al modelo de policía única. En este sentido, la salida del General Villa me deja con sensación que la tan añorada coordinación entre los diferentes niveles de gobierno queda mermada. Para el alcalde Eduardo Olmos esto no es así, porque al final el General llegó con el esquema de militarización de mandos. Ahora lo relevará el militar Adelaido Flores Díaz, quien ya participaba con el equipo de Villa Castillo.    
En enero de este año le pregunté al General que si 2010 había sido el año de la depuración, entonces 2011 debía ser el año donde bajarían los índices delictivos. Contestó “afirmativo”, como solía responder. Ahora el rumbo lo conduce a Quintana Roo y su respuesta ya no será.
Después de cuatro años de altibajos, la ciudad no sólo merece los mejores hombres, también las mejores instituciones. El tiempo y las cifras lo dirán.

domingo, 13 de marzo de 2011

Torreón, el Diablo de los números



“Sí, son unas criaturas fantásticas, los números. ¿Sabes? En el fondo no hay números normales. Cada uno de ellos tiene sus propios rasgos, sus propios secretos. Nuca acaba uno de conocerlos”. Esa es la respuesta del diablillo a Robert, en su empeño por explicar los números. El resto de la historia se puede encontrar en un entretenido libro de Hans Magnus Enzensberger, titulado “El diablo de los números”. 
De alguna manera, los resultado definitivos del Censo 2010 practicado por el INEGI nos revela perfiles de la sociedad, sin que acabe uno de conocerlos del todo. La primera sorpresa que el Censo nos dio: somos más mexicanos de los esperados. Así, el Consejo Nacional de Polación (Conapo )fue superada con cuatro millones más por la realidad de 112 millones habitantes.
Para Coahuila, el censo registró 2 millones 748 mil 391 habitantes (93 mil más que la proyección de la Conapo). A su vez la ciudad de Torreón sumó 639 mil 629 habitantes, de los cuales, hay una ligera mayoría de mujeres. Es decir, en nuestra ciudad hay 95.3 hombres por cada 100 mujeres. La cifra cerrada: 312 mil 135 hombres; 327 mil 494 mujeres. Sin sobresaltos, Torreón se asemeja a la tendencia nacional: hay más mujeres que hombres. 
Digo sin sobresaltos, porque Torreón vivió una época excepcional en tiempos de la Revolución, lo cual alteró de manera significativa la curva demográfica. Al revisar más de cien años de censos en Torreón pude comparar que en el censo de 1921, el inmediato al conflicto armado, en la ciudad había 66% de mujeres en relación 34% de hombres. La Revolución impactó en su mayoría en los hombres. Un década después, en el censo de 1930, esa relación de normalizó.  
Un dato relevante. Durante buena parte del siglo XX Torreón concentraba la mayor población del estado. Sólo a partir de 1990 Saltillo empezó a registrar una mayor población. Actualmente sostiene el liderazgo demográfico en el estado con 725 mil 123 habitantes. El extremo de Torreón y Saltillo en Coahuila, son dos pequeñas poblaciones donde casi todos se conocen. Me refiero a Abasolo y Juárez, donde cada uno apenas supera más de mil habitantes.
Regreso a Torreón. En promedio, las familias torreonenses representan un conjunto de 3.7 miembros. La quinta parte de la población en la ciudad cuenta con algún grado profesional o universitario, hablamos de 111 mil 262 habitantes. Los torreonenses con posgrado son una minoría: 7 mil 163 documenta el censo. 65 mil hogares reportaron contar con al menos una computadora. El grado promedio de escolaridad en la población mayor a 15 años es de ¡10.2! Esto nos recuerda que estamos muy lejos del ideal ilustrado, de una población educada.
Otro dato significativo del censo, en nuestra ciudad hay 41 mil 788 hogares que tienen como cabeza a una mujer. Se trata de mujeres que día a día están sacando adelante a sus familias.  
Finalmente, otra serie de datos no deja de causar sorpresa a nivel estatal. En Coahuila la preferencia religiosa por el catolicismo cayó 4.7% en una década (2000-2010). Actualmente el catolicismo representa la mayor preferencia religiosa del estado con 81.7%, pero ¿cómo explicar esa baja? ¿Qué dicen nuestros sacerdotes al respecto? En otro sentido, los coahuilenses que se declararon sin religión pasaron a representar el 3.8% en el 2000 (76 mil 574 para ser exactos). En 2010 aumentó a 5.4%, unos 132 mil 703 coahuilenses.
Hasta aquí una parte de los cientos de miles de datos que arroja el censo 2010. Por lo pronto los dejo con la esperanza de regresar al Diablo de los números.

sábado, 12 de marzo de 2011

La luchita de Manlio



Cada uno sueña con ser presidente, pero el sueño de uno está más cerca de otro. Enrique Peña Nieto a la cabeza de las encuestas parece inamovible, casi invencible rumbo a la presidencia. Por el contrario, Manlio Fabio Beltrones, hombre de suma experiencia en el buen y mal sentido de la palabra,  aparece débilmente en los estudios demoscópicos. Cada uno a su modo construye su sueño por la presidencia. Peña ha recurrido generosamente a los medios, en especial a la televisora que encantada, produce una telenovela política. Por su parte, Beltrones aprovecha su posición en el senado para hacer su luchita. El primero carece de discurso, pero le sobra imagen. El segundo  articula un discurso, en ocasiones convincente, pero aparece en la tele tan poco, que prácticamente no existe.
¿Cuál sería el mejor candidato? ¿Quién gobernaría mejor? Sin tener simpatía por uno y otro, les propongo un punto de análisis que permita superar las filias y las fobias, desde luego no pretendo se categórico, pero sí considero que el tema de la reforma fiscal nos dice mucho de un candidato y de otro.
Para Peña, está claro que la reforma fiscal por más necesaria que sea, por más prioritaria y estratégica para el desarrollo del país, no es un asunto relevante al cual los actores políticos tengan que atender ahora. Para él su presente  está en función de las elecciones presidenciales en el 2012. Por eso, Luis Videgaray, político sin duda interesante, técnico entendido en tema, pero atendido al tiempo de Peña, declaró que el “año clave para que México concrete reformas económicas y políticas relevantes será 2013, justo después de la elección presidencial. Para Videgaray el ambiente político no hace factible lograr reformas, declaró en Washington, en el Woodrow Wilson Center. A pesar de la relevancia del tema, está claro el sentido de prioridad de Peña.
Beltrones, urgido de presencia, propone con razón una modernización fiscal y advierte que “lo importante es que los tiempos electorales no se impongan sobre la necesidad del País”. Para él, el tiempo de la reforma es este. A diferencia de Peña, Beltrones sí articula una propuesta, y en la última semana ha cabildeado con las principales cámaras empresariales para impulsar una simplificación hacendaria, reducción de impuestos (IVA, ISR) y una recaudación generalizada. Después de pasar por el senado, la propuesta estaría en manos de los diputados; pero ahí, como sabemos, es otra historia.
A Beltrones no le queda de otra. O claudica ante la candidatura de su rival Peña Nieto, o hace su luchita para promoverse con un tema, que independientemente de las elecciones, es necesario para el desarrollo del país. Bajo la óptica del tema fiscal se revela las sustancia de uno, y la vacuidad del otro.

http://impreso.milenio.com/node/8925185
11 de marzo 2011
La Opinión Milenio

miércoles, 9 de marzo de 2011

Más sobre Presunto



Ahora sí, buen favor le han hecho al documental Presunto culpable con la ejecución del fallo de la juez. Por lo pronto se ha multiplicado el interés para ver la película. Primero en los cines, ahora en Internet. Dicho esto, retomo las palabras y sobre todo la crítica que me hace mi estimado profesor Luis Azpe, a propósito de mi texto el domingo pasado. Luis me argumenta que el desastre de la justicia en México ha sido “siempre”. Desde su punto de vista le parecen ingenuos tantos artículos sobre Presunto culpable. Retomo textualmente sus palabras: “Mi querido Carlos: ¡Qué bella es la juventud! Increíble el asombro, estupefacción, sorpresa y demás sinónimos que ha causado lo que todos los días sucede en nuestro país, y en todos… Me enternece tu buena fe, tu desconocimientto de una realidad que siempre ha habido en México, desde tiempos de la colonia: San Juan de Ulúa, El Palacio Negro de Lecumberri, las cárceles locales, etc. Recibe mi cordial cariño”.
Querido Luis, como escribí en el texto pasado, el mérito de Presunto culpable no es haber descubierto el hilo negro en nuestro sistema de justicia, sino haber contado esa historia en un formato de película, evitando así un reportaje, un texto académico o un libro.    
Pero no hay que subestimar la realidad. Cuando estuve en una escuela jesuita decidí hacer mi servicio social en el cereso de Gómez Palacio. Cada semana dedicaba la mañana a visitar la cárcel, hablar con los reos, llevar algunas actividades. Por entonces el cereso no tenía una “mujer del año”, ni era el escenario de masacres. Un día, mientras llegábamos al penal, docenas de patrullas y policías rodean la cárcel. Nos enteramos por los oficiales de un motín. A partir de entonces se suspendió el servicio y pasé al tutelar de menores en Torreón. La realidad encontrada ahí no fue menos dura, pero a diferencia del cereso, el tutelar me dejó una deprimente impresión por la empatía con los jóvenes. La violencia, además de las violaciones entre jóvenes y niños podía ser el pan cada día. En esto nunca se ve demasiado.
Si algo encontramos en nuestro sistema judicial son los resabios del autoritarismo. En las últimas dos décadas hemos ganado pluralidad, alternancia e incluso transparencia, pero poco hemos avanzado en desmontar el sistema judicial. Ana Beatriz Magaloni, académica y especialista en el tema, ha descrito esta situación histórica como las “inercias autoritarias”.
Para la generación de mi querido y admirado profesor era “normal” vivir en el autoritarismo. Para nuestra generación, la que votó por el cambio en los noventas e impulsó la alternancia, esta situación no puede ni debe seguir igual. Asumirla como “normal” sería aceptar que las cosas “siempre han sido así”. ¿Pero de verdad, siempre serán así? La lección que han ofrecido otras sociedades arraigadas en el autoritarismo o de plano en dictaduras militares, ha demostrado que cuando diversos grupos de esa sociedad se proponen un cambio, han logrado sensibles transformaciones en sus instituciones (Adam Przeworski, Juan Linz o Samuel Huntington han fundamentado magistralmente el tema).
No hay ingenuidad, pero tampoco la indolencia de un irredento pesimista. Hace unos días, Federico Reyes Heroles escribió con razón al referirse a los cambios en el país: A pesar de todo, va.
Y a pesar de la profunda crisis que vivimos por la inseguridad, lo que veremos en los próximos años, por más increíble que parezca, será una transformación de nuestro sistema de justicia. 

domingo, 6 de marzo de 2011

Presunto culpable, desgracia segura

   

    
  
Modificado por Joombly
    

   
Escalofriante, conmovedora, descarnada, contundente, indignante, liberadora. Esas son algunas palabras que sentí cuando por fin pude ver el documental Presunto culpable. Al igual que muchos no me resistí y recurrí a la red, para compensar la atenta competencia de las salas de cine en la región. El documental realizado por los jóvenes abogados, Layda Negrete y Roberto Hernández, muestra el desastre, la desgracia de nuestro sistema de justicia. El enorme mérito de los abogados cineastas es haber traducido ese argumento a un guión cinematográfico. De esa manera su mensaje se ha propagado de una manera sencilla, eficaz y muy amplia al público mexicano e internacional. El multipremiado documento ha sido ya reconocido en Guadalajara, Morelia, Los Ángeles, San Francisco, Madrid, Budapest y Dubai.
Por si fuera poco, la obtusa decisión de la juez federal, Blanca Lobo Domínguez, que ordenó suspender la exhibición y distribución de Presunto Culpable, terminó por beneficiar notablemente a este documental de consumo obligado. Bajo el argumento de que dañaba la imagen de un testigo, por demás inconsistente y ruin colaborador de los agentes judiciales, la juez complementó a sobremanera la publicidad. Según el director de Cinépolis al día siguiente del fallo, más de 76 mil personas fueron a ver la película en un día. 
Rápidamente no faltaron quienes vieron en la juez un acto de censura gubernamental, lo cual resultó muy apropiado para una facilona teoría de la conspiración. Lo cierto es que el gobierno federal fue coproductor de Presunto culpable, por lo que la “censura” es simplemente insostenible. No hace falta repetir la defensa que luego suscitó Presunto culpable.
Regreso al argumento principal. Es verdaderamente una tragedia lo que sucede con la inseguridad que vivimos cotidianamente en varios estados norteños y algunos del centro y sur del país. Pero igualmente es profundamente desastroso lo que sucede con la otra parte de “la lucha por la seguridad pública”, lo cual no permite cerrar la pinza con el sistema de justicia.
Presunto culpable describe la endeble cotidianidad que se teje en la justicia mexicana. Jueces ineptos, policías que no investigan, abogados corruptos. Lo más aberrante: en este país los acusados tienen que demostrar la inocencia, en vez de que las autoridades fundamenten la culpabilidad. Todos somos culpables hasta que no demostremos lo contrario. Si a esto la sumamos ignorancia y falta de recursos (muchos presos son pobres), un ciudadano inocente, pero presunto culpable, es ya un preso seguro.
A pesar de lo aberrante, de lo absurdo en la justicia mexicana, hay una propuesta alentadora detrás de Presunto culpable: la posibilidad de dar un giro en nuestro sistema de justicia. Esto es claramente factible y quizá las actuales condiciones de inseguridad puedan catalizar tales reformas. No se pierda Presunto culpable. Si les gusta el hip hop, las canciones del protagonista y víctima del sistema de justicia, José Antonio Zúñiga Rodríguez, son una digna aportación.  “Iztapa-rap” es una elocuente interpretación de la tragedia en la justicia mexicana. 

sábado, 5 de marzo de 2011

Las paradojas del combate


A veces sin problemas, otras abiertamente conflictivas. Así han sido las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos. La tentación de intervención por parte de nuestro vecino del norte es constante y en ocasiones burda. De Poinsett a Wilson, de Negroponte a Pascual, la historia de la diplomacia bilateral ha mostrado una compleja, y en ocasiones complicada relación. Jeffrey Davidow, exembajador de Estados Unidos en México, describió esa relación como la del oso (EU) y el puercoespín (México). Hago una breve cita: “el puercoespín no se imagina asimismo como un roedor muy desagradable. Y el oso no piensa en sí mismo como un patán que se conduce torpemente. En la mente de ambos son águilas, los símbolos nacionales”.

Tan sólo hace unas semanas, la Secretaria de Estado, Hilary Clinton elogió al presidente Felipe Calderón por su decidido combate al narcotráfico. Sin embargo, Janet Napolitano, Secretaria de Seguridad Nacional en EU, no pensó lo mismo después del asesinato de Jaime Zapata, agente norteamericano. 

De esa manera, la seguridad fue uno de los puntos centrales tras la visita de Calderón a Barack Obama, donde su homólogo estadounidense planteó que los agentes de su gobierno puedan portar armas en México, además de reconocer una “responsabilidad compartida”.
Sin embargo, después del deterioro dramático de la seguridad en México, varias paradojas surgen del combate al narcotráfico y el crimen organizado. Me enfoco en tres. La más reciente evidenció que el arma con la que se asesinó a Zapata provino de Texas. La segunda paradoja señala que un aumento de los presupuestos destinados a la seguridad no necesariamente reduce los delitos y la criminalidad. Por el contrario, ¡aumentó! Este punto lo volvió a demostrar con datos duros la Auditoría Superior de la Federación. 

Y la tercera paradoja plantea que a pesar del duro combate, los “daños colaterales” y los miles de muertos, la incautación de droga aumentó, pero también aumentó la producción en el país, a tal grado que los cárteles mexicanos desplazaron el liderazgo de los colombianos. (Véase el Informe 2010 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, ONU).
En estas condiciones el combate se libra a un costo muy alto para la sociedad mexicana y relativamente bajo para el vecino del norte. Tan lejos de Dios, y tan cerca de los Estados Unidos…
La Opnión Milenio 4 de marzo 2011
http://impreso.milenio.com/node/8921445 

miércoles, 2 de marzo de 2011

Moctezuma II


Moctezuma II from Museo Arocena on Vimeo.

Moctezuma en el lecho de espinas de su insomnio,
el viaje en la carretera hacia la muerte
Octavio Paz, Piedra de Sol

Encontramos en la historia memorias trágicas. No sin razón Hegel decía que la historia es un gran matadero. En este sentido, un hombre, por más poderoso que sea, no deja de ser vulnerable. Así, en la cumbre del poder, Moctezuma II conducía el imperio más poderoso y dominante de su época (en lo que ahora llamamos México).

Sacerdote y guerrero, Moctezuma “el joven” fue el noveno tlatoani de Tenochtitlan. Nada en el panorama inmediato amenazaba la hegemonía mexica, menos aun, con la bien consolidada Triple Alianza que extendía sus dominios y tributos hacia otros pueblos.  
Bajo el poderío político militar el Imperio mexica dominaba un amplio territorio. Sin embargo, una serie de “presagios funestos” parecían anunciar el principio del fin. Moctezuma había leído cada uno de los ocho presagios como la antesala de su inevitable final. Una espiga de fuego en el cielo, un incendio en la casa de mando, la caída de un rayo en un templo y hasta un ave de mal agüero alteraban su futuro.

Al final, los augurios parecían indicar el fin. En 1519 Moctezuma cumplió 52 años. En abril Hernán Cortés y su flota arribaron a las costas de México. Pretendiendo alejar a los extraños barbados, el tlatoani envía regalos preciosos, pero los obsequios alientan más a los conquistadores. Esperaban encontrar fortuna y la encontraron. En noviembre Cortés llega a Tenochtitlan y es recibido por Moctezuma. Dos años después, en 1521, el imperio mexica cayó. Luego vendría la conquista espiritual.
Hago este recuento porque la semana pasada tuve el privilegio de atestiguar el montaje de la exposición “Moctezuma II”, que será abierta al público el jueves 3 de marzo en el Museo Arocena.
Se trata sin duda de una gran exposición que antes estuvo en Londres, en el Museo Británico (2009). Luego pasó al Templo Mayor en nuestro país (2010) y finalmente hace una escala en el Museo Arocena. Con exhibiciones de esa magnitud, la Fundación Arocena deja en claro su liderazgo en la región y sobre todo, la referencia de que Torreón también cuenta con una destacada infraestructura cultural para albergar exposiciones de altura y alto tonelaje. Un buen complemento de la exposición lo encontramos en la publicación del catálogo “Moctezuma II, tiempo y destino de un gobernante” (2010).
Por otro lado, resulta loable la tarea de promoción activa que hace el Museo Arocena al romper con la regla, y abrir el espacio de lunes a domingo mientras esté “Moctezuma II”. Actualmente el Museo tiene una estrategia de ligar a docenas de escuelas de la ciudad a su programa de visitas guiadas, por lo que miles de niños y jóvenes podrán visitar la exposición.  
En la antesala de la inauguración tenemos objetos, imágenes, huellas de una civilización al alcance de los laguneros.