viernes, 7 de octubre de 2011

Contra Gómez Palacio


En la política no basta tener la razón, sino al grupo que la secunde. Y en buena medida, esa lógica es la que resume el conflicto entre un grupo de regidores y la alcaldesa de Gómez Palacio, Rocío Rebollo. Un asunto aparentemente sencillo, terminó con una extraña crisis política en el Ayuntamiento. Por encima, el problema inició con la decisión del Cabildo para autorizar el paso de una conexión de agua tratada del municipio de Lerdo por Gómez Palacio.

Contra la lógica y el beneficio de Gómez Palacio, los regidores (un parte PRI, otra de la Coalición) desecharon una propuesta más viable que tiempo atrás venía gestionando Rebollo. Para el caso, no sirvió que la alcaldesa tuviera la razón. Tampoco sirvió que la factibilidad técnica y económica fuera más favorable para Gómez Palacio. Entonces, ¿por qué los regidores actuaron en contra de los intereses municipales?  
  
En el fondo, lo que está en disputa es el control político de los grupos Herrera y Rebollo. Hasta ahí nada que extrañe en un partido político, pero lo aberrante de esta historia es que el primer grupo utilice los intereses municipales para ir en contra de los segundos. De esa manera, los regidores tomaron de rehén a la alcaldesa con la finalidad de tumbar la candidatura al Senado, de su hermano Ricardo Rebollo.  ¿Se vale? Algunos dirán que sí, pero ¿Hasta dónde sabotear al municipio con tal de ganar espacio para otro grupo del mismo partido?

Si tienen algo de honestidad los regidores que avalaron el acuerdo, deben de reconocer que los perdedores no son los Rebollo, sino los ciudadanos de Gómez Palacio. De esa manera, los regidores han demostrado su compromiso y gran visión para la ciudad. Al ir contra la alcaldesa, los brillantes ediles cortaron la posibilidad de obtener una fuente de recursos estables para el municipio y así hacer autofinanciable la operación de la planta tratadora. Al mismo tiempo, cancelaron la posibilidad de arreglar de una vez por todas, el problema de las aguas que contaminan el lecho seco del Nazas. Sin embargo, lo negativo no es solamente el costo de oportunidad que se pierde para el municipio, sino la degradación ambiental que va más allá Gómez Palacio.

Por otro lado, con este conflicto quedó claro el lugar del gobernador Jorge Herrera, quien debe su triunfo electoral a los laguneros. No sólo dejó a su suerte a la alcaldesa, sino permitió y quizá hasta alentó el sabotaje de los regidores.  Al fin, que no llegue el hermano dirá.
Un conflicto de esta naturaleza afecta al municipio, y en menor medida al PRI. 

De esa manera, los regidores priistas en contra de la alcaldesa están abriendo la puerta al PAN en Gómez Palacio. No hay que olvidar que en las dos últimas elecciones municipales, Acción Nacional creció notablemente su votación y no extrañaría que bajo esa tendencia, llegue al poder.

Seguramente este fue el primero de más sabotajes que enfrentará la alcaldesa, al menos, hasta no se resolverse la candidatura para el senado. Mientras tanto, el costo será para los ciudadanos gomezpalatinos. ¡Vaya visión de política!

7 de octubre 2011
Milenio