lunes, 2 de enero de 2012

Don Homero

Sin que termine el año, no he querido dejar pasar la ocasión para recordar a Homero del Bosque Villarreal (1915-2011), quien falleció el pasado cuatro de junio. Don Homero se destacó en varios ámbitos como abogado, docente, notario, político y cronista de Torreón. Perteneció a la clase política de lo que ahora se diría la “vieja guardia”, a la cual, los libros, la historia y la cultura no eran ajenos a su quehacer público. Por el contrario, encontraron en personas como Don Homero, un fin práctico. 


Su ascenso como presidente municipal en las elecciones de 1978, se dio con el ejército al frente. Aquellos comicios, donde compitió el legendario panista Edmundo Gurza, fueron por mucho los más reñidos y polémicos entre el eterno partido, el PRI, y el PAN. Acaso el panista ganó, pero el régimen se impuso no tanto en las urnas, sino por la fuerza. A cambio se reconoció por primera vez el triunfo municipal azul de Carlos Alberto Páez Falcón en Monclova.


Pero más que hablar de la historia política de Don Homero, quiero recordar su labor como historiador de Torreón. Eligió ante todo el género de la crónica como modelo de historiar. A diferencia de otras crónicas que se han escrito sobre Torreón, entre ellas la clásica de Eduardo Guerra (1932), su crónica es personalísima porque dejó ahí plasmados gustos, intereses, amistades, lugares y un buen número de anécdotas sobre la vida en la ciudad. Y ese sin duda, es el principal valor de su obra: aportar una muy personal mirada sobre la ciudad.


Sus dos principales libros, Aquel y Este Torreón (1983, 1985) abarcan un largo periodo entre 1915 y 1984. A partir de ahí reeditó bajo otras versiones más recientes, aquellas obras. También dejó algunos opúsculos sobre la Casa del Cerro, la Casa mudéjar, Historia del Club España y de la Cruz Roja.


La sensibilidad con la cultura lo llevó a impulsar como presidente municipal la construcción actual de la biblioteca en la Alameda Zaragoza. Su conocimiento de la historia también lo reflejó al construir una serie de monumentos a personajes claves en la fundación del Torreón moderno. Por cierto, la degradación actual a la que asistimos, ha degollado esos monumentos en el bulevar Constitución, y es fecha, que la incuria de las autoridades no ha resuelto sustituirlos. Ya como cronista, promovió con éxito el rescatar del Viejo Torreón en el sector Alianza y la maravillosa Casa del Cerro. 
Al final, la memoria de Don Homero, es también la memoria de la ciudad.


30 de diciembre 2011
Milenio http://impreso.milenio.com/node/9086948