Sin sobresaltos. Esa es la conclusión que deriva de las encuestas sobre los errores de Enrique Peña Nieto. Los diferentes estudios que se publicaron, dejan en claro que hasta el momento, esos errores no impactaron negativamente en el puntaje que registra Peña. A pesar del efecto mediático, la insistencia y hasta las burlas en las redes sociales por aquellos libros que no leyó ni recordó el candidato priista, éste continúa a la cabeza de las preferencias por un buen margen.
Las encuestas de Mitofsky, Parametría y BGC lo confirman, además de registrar hasta ahora, un rango de 18 a 24 puntos de ventaja a favor del PRI. Seguramente las mediciones que vengan en los próximos días ratificarán el curso de la contienda hasta ahora. Dicho sea de paso, ese puntaje no es inamovible. Por lo mismo, las opiniones públicas pueden generar espejismos. A veces un medio piensa que es el “Medio”. Cuenten también a las redes sociales. Sobreestimadas para este caso. Pero se necesita algo más que esa pretensión para que la opinión pública abrace una tendencia general.
En democracia se está ante la tiranía de la opinión pública.
Al decir tiranía, no necesariamente lo hago en el sentido negativo, porque sobrevaluar la opinión de los doctos nos llevaría a suponer un inexistente pueblo de filósofos. Y eso sólo existe en La República de Platón. Por lo pronto, así arranca enero, y los rivales de Peña Nieto, tanto López Obrador, como el que sea del PAN tendrán que hacer algo más si quieren remontar la ventaja que lleva el PRI.
Sin duda el mes clave para los candidatos puede ser abril. Todavía faltan las sorpresas que suelen salir en elecciones, en esto siempre hay algo que se comporta como rueda de la fortuna. Quién sabe si a Peña Nieto, el curso de la elección le hará lo que el viento a Juárez ¿Seguirá la misma tendencia triunfadora? No lo creo, pero eso también depende de la campaña que hagan sus competidores, porque al paso que van, no se percibe mucho cambio.
domingo 15 de enero 2012
Milenio http://impreso.milenio.com/node/9095160
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