miércoles, 31 de octubre de 2012

El Senado que necesitamos

Dejemos de lado a la senadora amorosa, Mariana Gómez del Campo, o a la senadora jugadora, Layda Sansores. Como pocas veces, esta semana los senadores corrigieron el rumbo de la reforma laboral que días atrás enviaron mutilada los diputados. Lo que parecía una batalla irremediablemente perdida por la transparencia, resultó una singular rectificación de los senadores, en particular la útil coalición que hicieron los panistas con el grupo de las llamadas izquierdas (PRD, PT y Movimiento Ciudadano). La coalición de bancadas provocó que el PRI aceptara los puntos de transparencia y rendición de cuentas para las sindicatos, a pesar de los añejos líderes sindicales que tienen el Senado. Hasta la hija de Elba Esther Gordillo, Mónica Arriola Gordillo, apoyó.

La semana pasada comenté en esta columna que la Cámara alta tenía la palabra ante la mutilación sobre la transparencia que hicieron los diputados priistas con la reforma laboral. Finalmente, en un momento de luz, los senadores remendaron el punto a favor de la transparencia en los sindicatos. A pesar de los Romero Dechamps (Pemex), Armando Neyra (CTM) o Isaías González (CROC) la coalición rectificó la reforma.
Ahora el proceso legislativo continúa y se regresa nuevamente a los diputados. La última palabra no está dicha. ¿Qué harán los diputados, sobre todo la bancada del PRI? El tema de transparencia ha dejado en un dilema a los priistas.

Por una parte el presidente electo, Enrique Peña Nieto promovió una serie de reformas para fortalecer al IFAI y la transparencia, pero por otra, los diputados de su propio partido frenaron y depuraron de la reforma laboral los aspectos de transparencia. Por fortuna, en el senado la historia fue distinta. Ayer el coordinador de los prisitas, Manlio Fabio Beltrones, declaró sobre el proceso de la reforma que ahora regresa a la Cámara baja: “Lo que buscamos es que los ánimos se enfríen y se serenen, sobre todo las posiciones radicales”. Esperemos que para ese tiempo que pide el priista, no se enfríe demasiado para avanzar en materia laboral. Aunque no lo parezca, sí hay diferencias entre el senado y los diputados. El senado ha mostrado una dinámica que manda una señal favorable para la vida pública del país. Sin duda, necesitamos más un legislativo que se parezca al senado que a la cámara de diputados. De esa manera, atestiguamos una pequeña victoria, todavía parcial, a favor de la transparencia en los sindicatos. Desde luego, ese paso no los hará transparentes de un día a otro, pero sí emite nuevas reglas del juego.

De la misma manera que la reforma laboral en su parte económica no va a generar más empleos por el simple hecho de aprobarse como va, tampoco los cambios sobre la transparencia van a eliminar las peores prácticas de los líderes sindicales. No obstante, abrir esa puerta a la información, abre también la posibilidad de la rendición de cuentas. Ojalá nuestros diputados se parezcan más a nuestros senadores.

26 de octubre 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9162646