miércoles, 3 de octubre de 2012

La fuga

10, 59, 89, 152 y ahora ¡132! ¡Qué importa el número! Al final la historia es la misma porque es producto de la misma lógica, y por lo tanto, de la misma inercia. En México es fácil fugarse de la cárcel porque es consecuencia natural del sistema de justicia. Cuando las instituciones judiciales están podridas, se puede esperar todo, incluso, el reconocimiento a la mujer del año (¿se acuerdan de la increíble historia en Durango?).

El pasado lunes hubo una fuga masiva de reos en el penal de Piedras Negras. La situación podría ser excepcional, pero más bien se inscribe en la normalidad del sistema penitenciario en México. 132 reos y una recompensa de 200 mil pesos dibujan el perfil de nuestro gobierno.

En Piedras Negras, aquellos hombres ya no aguantaban la aburrición y mejor se pusieron a cavar con paciencia apostólica un túnel que los condujo a la “libertad”. Pero admitámoslo de una vez por todas: es inútil preguntar quién controla los penales. Por eso las palabras del Procurador de Coahuila, Homero Ramos Gloria, son de sorpresa. Así, mientras el procurador y el vocero en temas de Seguridad de Coahuila, Sergio Sisbeles, le ahorraron la molestia de dar explicaciones públicas al gobernador; Moreira II insiste en la “nueva forma de gobernar”. Por eso él mejor promueve leyes y repite el discurso calderonista sobre la seguridad. ¿Ya notaron que también Eruviel Ávila en el Estado de México asume el mismo discurso y ahora habla de meter el ejército en Neza?

Esta semana tocó en Piedras Negras, pero mañana puede ser en cualquier otra ciudad del país, en especial sí se encuentra en el meritito Norte. Los penales de Reynosa y Nuevo Laredo son la cumbre de la libertad. Por lo mismo, poco de lo que tenemos ahora en el sistema judicial puede dar otros resultados.

Para no dejar, el presidente que dejó impune a Moreira I por el fraude de la deuda, se conformó con calificar en Twitter la hazaña libertaria en Coahuila: “Deplorable la fuga del penal estatal de Piedras Negras. Debe corregirse la vulnerabilidad de instituciones de justicia estatales”; publicó en su cuenta Felipe Calderón.

La fuga masiva en el penal de Piedras Negras es representativa de la descomposición del sistema de justicia. Aunque no es exclusiva de Coahuila, forma parte de las instituciones que tenemos. En esta circunstancia, de poco nos sirve un gobernador que cada semana promueve una ley en el congreso, si en las calles hay grupos dispuestos a imponer su propia ley. El control de los penales nos dice más de la estrechez del gobierno, que la manía legislativa promovida por Moreira II. ¿Todavía se encarga de la seguridad?

Luego de varios años en plena crisis de seguridad, nos descubrimos en lo esencial sin Estado. El fondo parece vacío: un penal que no es penal. Una justicia que no es justicia. Una ley que es todo, menos ley.
19 de septiembre 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9159203