lunes, 29 de abril de 2013
México 2042
Lo propio, es más fácil apreciarlo desde fuera. Alejar la perspectiva ayuda a vernos mejor. Así sucede con México y las expectativas externas que se tienen sobre el desarrollo del país. Es cierto, tenemos graves problemas, pero visto desde fuera, hay quienes ven en México una potencia emergente. Hace algunos años, Georg Friedman, el futurólogo de Stratfor (no es broma), imaginó nuestro país hacia el 2080 como “una de las potencias económicas del mundo”. Incluso, amenazante para su vecino del norte. Busquen el libro, Los próximos 100 años (2009). Más recientemente, una serie de textos y editoriales extranjeras ven en nuestro país un futuro prominente. En tono similar, y hasta optimista, editoriales y artículos recientes en The New York Times, The Economist, The Financial Times, The Miami Herald, Foreign Affairs… han adjetivado positivamente el futuro mexicano. “La próxima potencial mundial en el transcurso del siglo XXI no será China o India, sino México”. El comentario es Thomas Friedman, quien además nos ve como una mezcla loca entre películas No country for old men y The social Network. Dicho de otra manera, un asesino y un joven millonario.
Hasta el Washington Post elogia los acuerdos políticos y las reformas que se han impulsado en los últimos meses en el Congreso mexicano. Nosotros seguimos descreídos y desconfiados. Pero hacia fuera, México está de moda, salvo en México, escribió Andrés Oppenheimer.
Sin tantos adjetivos como el de “tigre azteca”, el libro México 2042 de Claudio Loser, Harinder Kohli y José Fajgenbaum (Taurus, 2012, 563 páginas), apunta un visión hacia adelante. Con base a un profuso análisis estadístico y económico, el libro plantea dos escenarios hacia el año 2042. Un México inercial, tal cual como ha venido hasta ahora: arrastrando problemas en vez de resolverlos, viviendo con un crecimiento económico mediocre, estancado en su desarrollo. El otro escenario, es un México próspero que claramente tiene el potencial para crecer y saltar.
La conclusión básica del estudio es que a pesar de las numerosas ventajas, México está en “la trampa del ingreso medio”. De acuerdo con el extenso trabajo: los países que han caído en dicha trampa tiene salarios que son muy altos como para permitirles ser globalmente competitivos, pero carentes de capacidades tecnológicas, capital humano suficiente e instituciones necesarias para producir bienes más sofisticados y competir con países avanzados.
Los autores plantean una visión ambiciosa del país hacia los próximos 30 años. Pero eso implica un consenso entre los principales grupos de interés estratégicos de todas las áreas clave del país, una agenda reformadora y sobre todo, creer que sí es posible aspirar a convertirse en una potencia económica. Resulta difícil creerlo, pero en la dirección correcta, en las próximas tres décadas “México puede aspirar a convertirse en un país con ingreso promedio equivalente al de Alemania o Francia hoy en día”. En la opción prosperidad, podría alcanzar 7.4 billones de dólares en su Producto Interno Bruto. En la mediocridad llegaremos a 3.1 billones. La tasa de crecimiento proyectada podría estar en 4.6%, pero si seguimos como estamos, sólo alcanzaríamos 2.8%. En la prosperidad el ingreso per cápita de los mexicanos rondaría los 46 mil dólares. Bajo la actual inercia, sólo 27 mil. México 2042 no es una predicción sino un análisis puntual de cómo estamos, de dónde venimos y hacia dónde podemos ir. No son meras opiniones, sino un buen número de datos duros. Lo relevante de ese futuro deseable, es que el país, a pesar de sus profundos problemas, tiene elementos para alcanzar la prosperidad. Pero como en todo, lo primero es asumir que es posible.