lunes, 29 de abril de 2013

De impuestos y tenencia

Muchas cosas se dicen de los ciudadanos y del gobierno, pero en concentro, los derechos y sobre todo, las obligaciones nos dicen más de ambos en una democracia. A los ciudadanos nos gustan los derechos, ¡y a quién no! Pero cuando se trata de obligaciones parecemos rehuir. Algo así como ciudadanos a medias. Para recibir estamos atentos, para aportar nos vemos más tarde...
A nadie le gusta pagar impuestos, pero indudablemente, es una condición mínima para el orden del Estado y las instituciones. Mucho o poco, los impuestos, son el dinero público detrás de la mayoría de las obras, los espacios comunes, e inversiones. En ese sentido, hay toda una discusión acerca de la legitimidad de los impuestos, pero en lo que no hay duda, es en la inevitabilidad de los mismos. De acuerdo o no, la obligación de los impuestos es una condición de los ciudadanos. ¿O cómo pensar que se hace el gobierno?

Es cierto, hay unos impuestos más odiosos que otros. Por ejemplo la tenencia, que de unos años para acá se ha puesto de moda quitarla en algunos estados de la República: Querétaro, Durango, Chiapas, Morelos, Puebla, Guanajuato y Jalisco. En otros estados, como en Sonora la promesa no cumplida del gobernador Guillermo Padrés, originó un escandaloso movimiento por la no tenencia. Con menos fuerza, en Coahuila también han surgido grupos en contra de la tenencia. Nada más en Torreón, 18 mil automovilistas han “presentado” amparos contra el impuesto, según declaró Sergio Nava, dirigente de “Sociedad Civil Organizada”.

Uno de los argumentos que dan los quejosos, es la promesa incumplida del gobernador Rubén Moreira, pero aún y cuando la promesa se firme ante notario, ésta no tienen validez para obligar al gobernante. Por lo tanto, es un argumento improcedente.
El líder automovilista da también un argumento económico: “Hemos promovido alrededor de 18 mil demandas de amparo, que equivalen a vehículos que no podemos pagar el alto y excesivo impuesto de control vehicular”. Pero curiosamente entre los amparos están autos de lujo y modelos un tanto recientes. ¿En verdad no pueden o no quieren pagar los impuestos? Regresamos al punto. Derecho: sí queremos usar autos. Obligación: no queremos pagar impuestos por el uso.

Otra curiosidad del argumento económico, supone que es “alto y excesivo impuesto”, pero tener un auto, cuesta anualmente, según el vehículo entre 15 mil y 45 mil pesos nada más en gasolina. Por mucho, varias veces más que la misma tenencia. ¿En verdad no pueden o no quieren pagar el impuesto? A nadie le gusta pagar impuestos, y más con los gobierno que nos cargamos, pero independientemente del gusto, es una obligación del ciudadano. Y si no, ¿con qué cara reclamar luego? Hay quienes han encontrado la salida para evadir impuestos a través del amparo. Pero en el fondo, los supuestos 18 mil amparados, lo que están evitando no es el pago de los derechos vehiculares y la tenencia, sino la corresponsabilidad que implica la ciudadanía. Como su pares, los ciudadanos Onapaffa, lo que promueven los supuestos amparados son versiones de ilegalidad y evasión de impuestos. Tanto gusto encontraron, que hasta se indignan cuando se les cuestiona. En pocas palabras, nada más truhán que promover la evasión con miles de firmas bajo el pretexto de “sociedad civil”.

24 de abril 2013
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9178659