domingo, 23 de diciembre de 2012
Los suicidios de la crisis
Termina el 2012, aunque no termina la crisis para muchos países. Particularmente los europeos, que durante años disfrutaron alegremente del déficit público, hasta que se toparon con la realidad. Desde 2008 varias economías en el mundo continúan atrapadas en sus deudas. Es fecha de que sus problemas económicos han depuesto gobiernos como en Grecia, España e Italia. Otros, como Estados Unidos, han invertido la fórmula tradicional, al recurrir a préstamos de China, un país “comunista”. Al mismo tiempo, las duras medidas restrictivas de los gobiernos para bajar los gastos, que en otros años eran bacanal, se han sumado al aumento de impuestos y a una alarmante pérdida de empleos.
Hay quienes en la desesperación han logrado salir con éxito o al menos paliar las carencias. Ahí están por ejemplo, aquellas madres españolas que hicieron un sexy calendario para cubrir la cuota de transporte de sus hijos. No obstante, también hay quienes ante la catástrofe, han optado por el suicidio. La pérdida del patrimonio, la inseguridad que implica el despido o la incautación de los bienes por impago, precipitan algunos a quitarse la vida. Tan dura la crisis en España, que hasta el jefe de gobierno, Mariano Rajoy, expresó hacer “todo lo posible” ante los suicidios de quienes no pudieron pagar la hipoteca.
En Grecia, Dimitris Christoulas, un jubilado de 77 años se dio un tiro a unos metros del parlamento. En su bolsillo había nota donde escribió: “Soy jubilado. No puedo vivir en estas condiciones. Me niego a buscar comida en la basura. Por eso he decidido poner fin a mi vida”. El suceso desencadenó una serie de protestas violentas y enfrentamientos de los ciudadanos con la policía. Los suicidios crecieron a tal punto, que hasta el ministro de trabajo en Italia ha tenido que actualizar las cifras. Ahí, la situación no es menos trágica, donde al menos este año se han documentado para los diarios de la crisis, una treintena de suicidios. El primer ministro de Italia, Mario Monti, llegó a declarar ante la desesperación social que vive su país: “Todos los días luchamos para evitar caer en el dramático precipicio de Grecia, con tantos empleos perdidos y tantos suicidios”.
Las protestas no sólo son contra los bancos o los ajustes de los gobiernos que ahorcan a los ciudadanos, sino también los italianos han marchado por la noche con velas y lúgubres leyendas que dicen: “no más suicidios”. Lejos del tabú que solía ser, los suicidios de la crisis son alternativa de muchos en aquellos países. Antes que perder su casa, el suicido ha restaurado la dignidad esas personas.
En su famoso estudio sobre el suicidio, Émile Durkheim, escribió que “cada sociedad tiene, en cada momento de la historia, una aptitud definida para el suicidio”. Parece que la nuestra, alentada por la crisis financiera mundial, y la insuficiencia de los estados para atender a los ciudadanos, ya definió esa aptitud.
Como civilización tranquilamente no podemos avanzar, pero en cambio, con cierta facilidad sí podemos retroceder. Hace algunos años admirábamos a países como España. Qué decir de los griegos, como cuna de la civilización Occidental. Hoy sus filósofos nos parecen irrelevantes.
Posdata
Cioran, que tan brillantemente escribió contra la vida, recibió en varias ocasiones genuinos agradecimientos de sus lectores por haberlos sacado de la depresión e incluso, haber evitado el suicidio.
23 de diciembre 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9167910
El mundo se va acabar
Por estos días se dice, se rumora, que el mundo se va acabar. La base de tan importante fecha proviene de unas cuentas mayas. Ya saben ustedes que en esa cultura había extraordinarios astrónomos y precisos calendarios. Según dicen que dijeron, la fecha exacta es el 21 de diciembre. Otros dicen que el 23. Yo les digo mejor que se pongan de acuerdo. Con el fin de mundo no se puede jugar. Porque entre las ocupaciones laborales y la compra de regalos navideños, no había reparado en semejante acabose. Si hoy es el fin del mundo, es posible que ni cuenta me de. ¿Acaso lo trasmitirán en la televisión? ¡Son capaces de cobrar por el evento!
Pienso que las creencias pesan más que la razón. Incluso, en nuestras vidas las creencias tiene un lugar privilegiado por encima del pensamiento. Común es decir que “creemos”, pero no “pensamos”. En esa lógica, es inútil refutar los supuestos del fin del mundo. Además seríamos muy malos psicólogos y peores vendedores. Anuncios sobre el fin del mundo no son los primeros, ni los últimos. La historia está llena de profecías y augurios. Unos tienen su apocalipsis de Juan, otros creen en el calendario maya. Hay pues, para escoger. En la Europa de la Edad Media se extendió el pánico al acercarse el año mil, se creía en el fin de los tiempos y hasta en el segundo advenimiento de Cristo.
Georges Duby, autor del clásico entre historiadores, El año mil, nos dice: “en la conciencia colectiva de nuestra época, los esquemas milenaristas no han perdido su poder de seducción”.
En el año 2000 volvieron a resucitar esos temores sobre el fin de los tiempos, pero lamentablemente todavía seguimos aquí. A juzgar por el nerviosismo político, más cerca estuvimos del apocalipsis atómico durante la guerra fría, que de la predicción final leída en una roca en Tabasco. Al paso del cometa Hale-Bopp en 1997, un grupo de creyentes en California, se suicidaron para ser objetos de un “rescate interplanetario”. ¡Cada quien sus gustos!
Pragmáticos y sin prejuicios sobre El Final, la Secretaría de Turismo del gobierno de Yucatán, los hoteleros y los guías turísticos de esa entidad, han aprovechado la “profecía” maya, para hacer un gran negocio. Hoteles y restaurantes abarrotados, excursiones esotéricas a Uxmal y Chichén Itzá, además de un buen número de cenas “exclusivas” preparadas por chefs de talla mundial. Nada más que la cena del fin del mundo. Por supuesto, ante la previsión escatológica, no faltan las listas de qué hacer, qué escuchar, qué leer, qué llevarse o lo que se quiera hacer antes del fin.
Cerca de Mérida, ya hay una pequeña colonia diseñada para la catástrofe. En Serbia, no satisfechos con su historia, se ofrece un refugio contra la profecía catastrófica. En China, más dados a la disciplina de Estado, casi mil personas han sido detenidas por difundir que hoy será el fin del mundo. Mientras se decide si el mundo se acaba el 21 o el 23, yo mejor volveré a fumar un Montecristo.
Si tienen dudas, quizá el fragmento de una famosa canción ayude: “El mundo se va acabar, el mundo se va acabar, si un día me has de querer, te debes apresurar…”
21 de diciembre 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9167763
Pienso que las creencias pesan más que la razón. Incluso, en nuestras vidas las creencias tiene un lugar privilegiado por encima del pensamiento. Común es decir que “creemos”, pero no “pensamos”. En esa lógica, es inútil refutar los supuestos del fin del mundo. Además seríamos muy malos psicólogos y peores vendedores. Anuncios sobre el fin del mundo no son los primeros, ni los últimos. La historia está llena de profecías y augurios. Unos tienen su apocalipsis de Juan, otros creen en el calendario maya. Hay pues, para escoger. En la Europa de la Edad Media se extendió el pánico al acercarse el año mil, se creía en el fin de los tiempos y hasta en el segundo advenimiento de Cristo.
Georges Duby, autor del clásico entre historiadores, El año mil, nos dice: “en la conciencia colectiva de nuestra época, los esquemas milenaristas no han perdido su poder de seducción”.
En el año 2000 volvieron a resucitar esos temores sobre el fin de los tiempos, pero lamentablemente todavía seguimos aquí. A juzgar por el nerviosismo político, más cerca estuvimos del apocalipsis atómico durante la guerra fría, que de la predicción final leída en una roca en Tabasco. Al paso del cometa Hale-Bopp en 1997, un grupo de creyentes en California, se suicidaron para ser objetos de un “rescate interplanetario”. ¡Cada quien sus gustos!
Pragmáticos y sin prejuicios sobre El Final, la Secretaría de Turismo del gobierno de Yucatán, los hoteleros y los guías turísticos de esa entidad, han aprovechado la “profecía” maya, para hacer un gran negocio. Hoteles y restaurantes abarrotados, excursiones esotéricas a Uxmal y Chichén Itzá, además de un buen número de cenas “exclusivas” preparadas por chefs de talla mundial. Nada más que la cena del fin del mundo. Por supuesto, ante la previsión escatológica, no faltan las listas de qué hacer, qué escuchar, qué leer, qué llevarse o lo que se quiera hacer antes del fin.
Cerca de Mérida, ya hay una pequeña colonia diseñada para la catástrofe. En Serbia, no satisfechos con su historia, se ofrece un refugio contra la profecía catastrófica. En China, más dados a la disciplina de Estado, casi mil personas han sido detenidas por difundir que hoy será el fin del mundo. Mientras se decide si el mundo se acaba el 21 o el 23, yo mejor volveré a fumar un Montecristo.
Si tienen dudas, quizá el fragmento de una famosa canción ayude: “El mundo se va acabar, el mundo se va acabar, si un día me has de querer, te debes apresurar…”
21 de diciembre 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9167763
miércoles, 19 de diciembre de 2012
Una nueva estrategia
Esperé con interés la segunda sesión extraordinaria del Consejo Nacional de Seguridad Pública que se realizó el pasado lunes 16 de diciembre. Como en otras sesiones del Consejo, la seguí no sólo por cuestiones profesionales, sino también personales. En ciudades como Torreón, Juárez, Acapulco o Reynosa la violencia está “a flor de piel”. Por eso escuché con calma las exposiciones del presidente de la República, Enrique Peña Nieto sobre el rumbo a seguir en materia de seguridad y paz. Sí, como usted lo acaba de leer: ¡paz!
Esa pequeña palabra fue fácil obviarla durante el sexenio anterior, donde la pasamos tristemente en la defensa de la guerra, pero no de la paz. Ni en las palabras del presidente, mucho menos en las del procurador y el secretario de Gobernación se encuentra la palabra “guerra”. Si todavía le concedemos valor a las palabras, la diferencia es enorme. Y verdaderamente deseo que los anuncios que se hicieron sobre el cambio de estrategia así sean. Aunque tampoco esto significa que la situación va a mejorar radicalmente de la noche a la mañana.
El breve diagnóstico que presentó el Secretario Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, fue muy puntual y se basa a su vez en los estudios del Observatorio Nacional Ciudadano. En el mismo sentido, el diagnóstico del procurador Jesús Murillo Karam fue demoledor. Para fines prácticos los mexicanos pagamos una institución de justicia que produce impunidad.
La llamada nueva estrategia se resume en seis ejes. Si bien, hay diferencias, tampoco nos apresuremos a sobrevalorar la “novedad”. Por ejemplo, habrá que esperar a conocer los detalles de la “Gendarmería nacional” y los 10 mil gendarmes que resguardarán el país en puertos, aeropuertos y fronteras. En todo esto, ¿dónde queda la Policía Federal?
En ciudades como Torreón o Monterrey sabemos de la dificultad que implica armar un nuevo cuerpo de seguridad. En esas ciudades prácticamente se deshizo la policía tras las obligadas depuraciones. Levantarlas a costado años y hasta la vida de oficiales. Si lo pensamos a escala nacional, los problemas se multiplican. Además, lo vuelvo a repetir, todavía no queda claro que va a pasar con la Policía Federal.
Entre los aspectos positivos de la estrategia que se anunció, está la homologación del código penal. Sin descubrir el “hilo negro”, las medidas de la justicia en el país están pulverizadas en un buen número de criterios y valoraciones. Trabajar en unificar un código penal sin duda ayudará a tener un mejor entramado institucional y no 32 visiones como las tenemos actualmente.
Hasta ahora, lo que se ha divulgado de la llamada estrategia “México en paz” presenta cambios, permanencias y sobre todo, la expectativa de que puedan bajar los delitos de mayor impacto en zonas muy determinadas del país. Durante el próximo año esa será una de las mayores medidas que los ciudadanos valorarán.
Esa pequeña palabra fue fácil obviarla durante el sexenio anterior, donde la pasamos tristemente en la defensa de la guerra, pero no de la paz. Ni en las palabras del presidente, mucho menos en las del procurador y el secretario de Gobernación se encuentra la palabra “guerra”. Si todavía le concedemos valor a las palabras, la diferencia es enorme. Y verdaderamente deseo que los anuncios que se hicieron sobre el cambio de estrategia así sean. Aunque tampoco esto significa que la situación va a mejorar radicalmente de la noche a la mañana.
El breve diagnóstico que presentó el Secretario Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, fue muy puntual y se basa a su vez en los estudios del Observatorio Nacional Ciudadano. En el mismo sentido, el diagnóstico del procurador Jesús Murillo Karam fue demoledor. Para fines prácticos los mexicanos pagamos una institución de justicia que produce impunidad.
La llamada nueva estrategia se resume en seis ejes. Si bien, hay diferencias, tampoco nos apresuremos a sobrevalorar la “novedad”. Por ejemplo, habrá que esperar a conocer los detalles de la “Gendarmería nacional” y los 10 mil gendarmes que resguardarán el país en puertos, aeropuertos y fronteras. En todo esto, ¿dónde queda la Policía Federal?
En ciudades como Torreón o Monterrey sabemos de la dificultad que implica armar un nuevo cuerpo de seguridad. En esas ciudades prácticamente se deshizo la policía tras las obligadas depuraciones. Levantarlas a costado años y hasta la vida de oficiales. Si lo pensamos a escala nacional, los problemas se multiplican. Además, lo vuelvo a repetir, todavía no queda claro que va a pasar con la Policía Federal.
Entre los aspectos positivos de la estrategia que se anunció, está la homologación del código penal. Sin descubrir el “hilo negro”, las medidas de la justicia en el país están pulverizadas en un buen número de criterios y valoraciones. Trabajar en unificar un código penal sin duda ayudará a tener un mejor entramado institucional y no 32 visiones como las tenemos actualmente.
Hasta ahora, lo que se ha divulgado de la llamada estrategia “México en paz” presenta cambios, permanencias y sobre todo, la expectativa de que puedan bajar los delitos de mayor impacto en zonas muy determinadas del país. Durante el próximo año esa será una de las mayores medidas que los ciudadanos valorarán.
domingo, 16 de diciembre de 2012
Pedaleada Guadalupana
Si hay una historia profunda en México, esa es la de Guadalupe. Incluso, por encima de los grandes momentos nacionales, el culto a la Virgen de Guadalupe es el principal motivo de nuestra historia. En los momentos emblemáticos, la imagen guadalupana es la más representativa entre los mexicanos. También la más omnipresente. La historia de la advocación mariana es apasionante. Desde el siglo XVI el culto a Guadalupe/Tonantzin (“nuestra madre”) fue motivo de polémicas y diferencias, pero al final, prevaleció como el principal símbolo del nuevo reino. Superada la cuestión entre el primer arzobispo de la ciudad de México, fray Juan de Zumárraga, y su sucesor, el dominico Alonso de Montúfar, Guadalupe se convirtió en “La” referencia. Busquen el libro de Serge Gruzinski, “La guerra de las imágenes”.
Hace más de una década me impactó la lectura de “Quetzalcóatl y Guadalupe” del historiador francés, Jacques Lafaye. La Maravilla americana es tan importante entre nosotros, que hasta el historiador mexicano, Edmundo O´Gorman, se resistía a publicar su libro, “Destierro de sombras”, por reverencia a la memoria de su abuela materna. No obstante, advirtió que Guadalupe está “más allá de la disputa de los hombres”.
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Vean por acá |
Entre la biblioteca que suscita la guadalupana, hay un libro singular de 1756 que escribió el afamado pintor mexicano, Miguel Cabrera. Su título, no escatima el barroco de la época: “Maravilla americana y conjunto de raras maravillas observadas con la dirección de las reglas de el arte de la pintura en la prodigiosa imagen de Nuestra Señora de Guadalupe de México”. Si les interesa ese texto, lo pueden consultar en línea en el sitio cervantesvirtual.com. Es la apreciación técnica del pintor que tuvo un acceso privilegiado a la venerada imagen.
Pero dejemos los libros. Como cada año, es impresionante ver las peregrinaciones guadalupanas en las calles. En Torreón se afirma que acudieron más de 100 mil personas. En la ciudad de México, la cifra superó los 6 millones.
Con ese fervor guadalupano, el pasado sábado 8 de diciembre, el colectivo Ruedas del Desierto peregrinamos con nuestras bicicletas rumbo al templo de Guadalupe, ubicado en la avenida Juárez y calle Ramos Arizpe. Ruth Izquierdo, una de nuestras más entusiastas ciclistas, llevó en el frente de su bicicleta la imagen de Guadalupe. Así, pacientes peregrinamos desde la Alameda Zaragoza hasta el altar. Con gratitud recuerdo dos momentos. En nuestro camino al altar, los danzantes que nos seguían en la fila, elevaron con suma fuerza el tono de sus tambores. Tanto como mil latidos multiplicados. ¡Un estertor sorprendente! El otro suceso, un tanto inusual, fue nuestro recorrido en el pasillo central de la iglesia junto a nuestras bicicletas. Literalmente, una memorable pedaleada guadalupana.
Posdata
A lo largo de seis años, una de las cinco exposiciones más recordadas en el Museo Arocena, fue precisamente la que organizaron en conjunto con la Basílica de Guadalupe en 2009. Se tituló “La Imagen Guadalupana en la historia patria”.
16 de diciembre 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9167304
Lavandería mundial
Sí, una gran lavandería mundial. Con sucursales por todo el mundo y mucha publicidad. Los clientes son exigentes, desean sus lavados lo mejor posible. Se debe quitar ante todo, cualquier mancha, cualquier rastro de suciedad. Son expertos en limpieza. Por eso, uno de sus grandes negocios es la lavandería mundial. La demanda es tanta, que el negocio se multiplicó por el mundo. Así, hasta cualquiera puede contabilizar hasta 1000 millones de dólares por concepto de limpieza. El negocio es tan conocido, como encontrar una sucursal en la esquina de cada ciudad respetable. Y ahí sí, cada quien se ajusta a su necesidad.
Lejos de parecer extraño, la lavandería mundial mejor conocida como HSBC, nos revela el tamaño del negocio de limpieza y la exigencia de sus “clientes”. Por supuesto que no fueron las autoridades mexicanas, siempre tan permisivas y flexibles, sino las autoridades vecinas en los Estados Unidos quienes abrieron la investigación sobre lavado de dinero. Aquí no se tomaron la molestia de investigar y abrir un proceso, eso se lo dejaron a los medios que informaron algún tiempo sobre los escándalos del banco. Luego, como casi todo, nada pasó. Lo que para unos es negocio y amistad, para otros es justicia y ley. En nuestro país estamos más cercanos a la amistad, que a la verdad. Por eso las sanciones vienen de otra parte, no importan que nosotros estemos involucrados.
Finalmente, el banco HSBC aceptó la responsabilidad de lavar miles de millones de dólares de los cárteles mexicanos. Ya entrado en gastos, quién sabe qué cosas más se lavaron. Stuart Gulliver, jefe ejecutivo del banco afirmó: “Aceptamos responsabilidad por nuestro pasados errores”. Pero veamos sólo una parte de la pequeña responsabilidad. Nada más entre 2007 y 2008 la lavandería mundial limpió unos 7 mil millones de dólares desde sus sucursales en México. El dato es revelador porque no se trata de una especulación, ni de una opinión periodística, sino del resultado de una investigación que se generó en un subcomité del Senado, ¡pero de Estados Unidos! No nos confundamos: ¡Ni por error en México!
La pequeña cifra nos permite dimensionar el tamaño del negocio de las drogas en México, y por lo mismo, el poderío de los cárteles como emporios globales. Aunque es muy temprano para evidenciar el impacto de la legalización, producción y comercialización de la mariguana en Colorado y Washington, ya podría estar en camino el mayor golpe a los cárteles mexicanos en ese producto mayoritario. Lo bueno puede ser la baja de las ventas. Lo malo es que la cartera criminal siempre tiene otros negocios en puerta.
Es significativo que la sanción contra la lavandería mundial HSBC, provino del gobierno estadounidense. Aunque la sanción sólo se limita a una multota de 1900 millones de dólares, no habrá mayores sanciones judiciales por las operaciones de lavado. Eso parece decirnos que el negocio de lavanderías mundiales es sólo un mal necesario con un futuro promisorio.
14 de diciembre 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9167141
Los símbolos
A más de un crítico nos ha sorprendido el inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto. Ordenado, con una agenda clara en la mano y con el firme interés de fortalecer al Estado mexicano. Al mismo tiempo el nuevo gobierno a atendido los temas desdeñados. Está el merecidísimo reconocimiento al padre Alejandro Solalinde. Pero también la decisión del ejecutivo de retirar la controversia constitucional en relación a la Ley de víctimas. Igualmente están las iniciativas para fortalecer la transparencia.
Aunque es un tanto apresurado sacar conclusiones, sí se percibe una diferencia entre el gobierno que por fortuna ya terminó y el que ahora inicia. Si a los panistas les disgustó llenar el poder. A los priitas se le reconoce una vocación por el mismo. Tengo la sensación de que estamos ante un retorno de la república en sentido lato. Lo más reciente es lo que podría llamarse la toma de la educación para el estado mismo. Durante décadas la educación pública ha estado secuestrada por el sindicato y sobre todo, por el líder en turno. Hoy “la Maestra” Elba Esther Gordillo podría conocer los límites del Estado. Ojalá así sea. Pero también que venga un compromiso genuino para salir del atraso educativo.
12-12-12
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9166959
Mea culpa
Lo confieso: no soy puro, ni casto. Además detesto la santonería. Nada más hipócrita que apelar a la pureza, o peor todavía, a la superioridad moral. En los trajines diarios, la semana pasada tuve dos incidentes viales menores. El primero fue en Torreón. Di una vuelta indebida en el bulevar Independencia y luego me estacioné. Casi inmediatamente llegó un agente de tránsito en su motocicleta y se acercó a explicarme la falta. El agente siempre fue respetuoso y me hizo la infracción correspondiente. Nunca sucedió nada extraño, en todo momento fue profesional en su trabajo.
Otro día, como si el hombre no aprendiera, en mi tránsito por Gómez Palacio hice una vuelta indebida al bajar el intrincado puente sobre el bulevar Miguel Alemán. Al poco tiempo otro agente de tránsito, “el güero”, se acercó al lugar donde me estacioné. En este caso no me infraccionó, pero sí me explicó con toda claridad por qué no debí haber dado esa vuelta. Luego me señaló cómo se debe retornar por esa vialidad. Nuevamente su explicación fue respetuosa y sobre todo, atendiendo a la educación vial.
Después de ese consecutivo de faltas, no puede menos que sentirme agradecido por la atención de los agentes que hicieron bien su trabajo. Por lo general la imagen que tenemos de los tránsitos es bastante negativa. Hasta les decimos “mordelones”. Pero en ningún caso hubo la más mínima insinuación de ofrecer, o por el contrario, dar dinero. Porque seamos honestos, no sólo es el que “muerde” sino el que provoca la “mordida”. Visto por encima lo más común es alimentar el círculo vicioso de la corrupción. Denigramos al agente, pero también nos denigramos nosotros. Al final, la ocasión de mis faltas me llevó a pensar que afuera también hay agentes de tránsito honestos, dispuestos a servir a los ciudadanos, y no toda la serie de historias negativas que suceden a diario en nuestras ciudades. Por lo demás, creo que en esta ocasión ya aprendí la lección.
12-12-12
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9166959
Otro día, como si el hombre no aprendiera, en mi tránsito por Gómez Palacio hice una vuelta indebida al bajar el intrincado puente sobre el bulevar Miguel Alemán. Al poco tiempo otro agente de tránsito, “el güero”, se acercó al lugar donde me estacioné. En este caso no me infraccionó, pero sí me explicó con toda claridad por qué no debí haber dado esa vuelta. Luego me señaló cómo se debe retornar por esa vialidad. Nuevamente su explicación fue respetuosa y sobre todo, atendiendo a la educación vial.
Después de ese consecutivo de faltas, no puede menos que sentirme agradecido por la atención de los agentes que hicieron bien su trabajo. Por lo general la imagen que tenemos de los tránsitos es bastante negativa. Hasta les decimos “mordelones”. Pero en ningún caso hubo la más mínima insinuación de ofrecer, o por el contrario, dar dinero. Porque seamos honestos, no sólo es el que “muerde” sino el que provoca la “mordida”. Visto por encima lo más común es alimentar el círculo vicioso de la corrupción. Denigramos al agente, pero también nos denigramos nosotros. Al final, la ocasión de mis faltas me llevó a pensar que afuera también hay agentes de tránsito honestos, dispuestos a servir a los ciudadanos, y no toda la serie de historias negativas que suceden a diario en nuestras ciudades. Por lo demás, creo que en esta ocasión ya aprendí la lección.
12-12-12
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9166959
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