miércoles, 17 de septiembre de 2014

domingo, 17 de agosto de 2014

Nueva York en bicicleta


Entre las formas favoritas de conocer una ciudad, está andar en bicicleta. En automóvil hay demasiado tráfico y se va tan a prisa, que es difícil palpar la ciudad. En metro, cuando lo hay, estamos condenados al subterráneo y la aglomeración. Queda finalmente caminar, pero a la larga, las distancias hacen lo suyo con el cuerpo. Bajo un feliz intermedio está la bicicleta. Nos permite andar distancias más largas, pero sin los inconvenientes del automóvil. A diferencia de otras ocasiones, ahora tuve la feliz ventaja de moverme en bicicleta por Nueva York. Gracias al sistema de bicicletas públicas, no sólo tuve otro perspectiva de la ciudad, sino me desplacé de una manera más eficiente. ¿O a ustedes les gusta pasar inútiles horas en el tráfico?
La alternativa de transporte público que tiene poco más de un año en Manhattan y Brooklyn, se inauguró en mayo de 2013, y comenzó con 6,000 bicicletas dispuestas en 330 estaciones. Citibank fue el principal patrocinador del transporte privado con fines públicos. Como visitante, fue sencillo acceder a las bicicletas azules que se han convertido en un visible ícono de la ciudad. Más económico y eficaz que los taxis, las bicis compiten en precio con el metro, 24 dólares y una tarjeta de crédito permiten acceder in situ, al sistema que cada vez gana más adeptos en la ciudad. No hay necesidad de papelería, burocracia o acudir a una oficina. Tan rápido como llegar a una estación para obtener una bicicleta en pocos pasos.
Partimos de una populosa estación de autobuses cercana a Times Square. Una vez liberados los códigos, no lleva más de un minuto tomar la bicicleta y todo listo para pedalear. Prácticamente no hay gran avenida tranquila en Nueva York. Literalmente uno tiene que aventarse entre los conductores histéricos que parece molestarles todo, incluyendo una simple bicicleta que fácilmente los deja atrás. Aunque hay ciclovías protegidas bajo el modelo Copenhagen, donde los estacionamientos de automóviles sirven de barrera a los ciclistas, el resto de las ciclocarriles están integrados a las calles para transitar como un vehículo más.
Citi Bike recomiendan viajes cortos, pero fue fácil recorrer más de cuatro kilómetros desde Midtown hasta Battery Park en el distrito financiero. Como en otros lugares, andar en bici, no obstante el pesado tráfico, nos llama siempre a detenernos en un sitio y otro. Así de fácil. Así de rápido. Ya sea por curiosidad o por antojo, las bicis nos permiten entrever ciertos sabores locales. Llegamos una y otra vez al Soho. En el tránsito, un delicioso restaurante nos detiene en el camino. Con un click en la estación dejamos las bicis para vagar por aquí y por allá. Si bien hay ligeras pendientes, la isla es tan plana, que se facilita el pedaleo de un barrio a otro. Es posible recorrer cinco kilómetros en quince o veinte minutos. Por mucho, más rápido que el promedio de los automóviles parados por un perenne embotellamiento. No obstante de que las bicicletas son pesadas, hay una sensación de ligereza cuando uno transcurre por ese caos vial de automovilistas agresivos y enormes camiones. Al final, la recompensa resulta mayor al pedalear. Ciertos rincones. Cierta arquitectura nos detiene. De alguna manera, la bicicleta nos depara sorpresas y azares. En una tarde calurosa llegamos al impresionante memorial del 9/11. Dos cenotafios aluden a las torres destruidas. El ruido de dos cascadas alimentan perpetuamente los huecos donde antes estuvieron las torres. Al margen los nombres de más de dos mil personas que fenecieron aquella terrible mañana. Dejamos atrás el monumento para descansar en el parque que unos años atrás los indignados tomaron en protesta por la crisis. Repuestas las energías, regresamos con las ganas de comer un gyro en el camino. Hace años lo común era los "hot dogs", pero los kebab y el falafel alimentan con gusto la ciudad.
Otro día más en bicicleta dispuesto a la sorpresa o al encuentro de algún lugar que te guiñe el ojo. Gracias a la renta de bicicletas, mi regreso a Manhattan mejoró por mucho los recorridos en la ciudad. Ágiles, eficientes, divertidos.
POSDATA
Como toda empresa, Citi Bike no es obra de caridad, y ahora requiere más recursos para ampliar su red a otras zonas de la ciudad. Contra los pronósticos, las bicis ha tenido buena aceptación entre los ciudadanos, y ya se anuncian más inversiones privadas.

13 de agosto 2014
El Siglo de Torreón 
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1026270.nueva-york-en-bicicleta.html

El gobierno, los servicios y los ciudadanos



Percepción, medición, evaluación. Se trata de aspectos mínimos para conocer y mejorar la calidad de un proceso o la entrega de un servicio. De manera similar se mide la política, pero no tanto por las declaraciones, o la imagen artificiosa de un gobierno en los medios, sino por la constancia de los servicios. Más allá de la figura unipersonal del hombre público, son las acciones que en el día a día, muestran la calidad del gobierno.
Recientemente el Inegi entregó los resultados de la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG, 2013), la cual divulga información en relación a la calidad y satisfacción de los ciudadanos con los servicios públicos del gobierno. Con seguridad el asunto de una encuesta para medir la calidad gubernamental no es una novedad. En cambio, lo que sí aporta este estudio es una medida nacional de lo que piensan los ciudadanos sobre los servicios que brinda los gobiernos en México. Otro aspecto relevante del estudio, es la publicación periódica de los resultados por entidad federativa.
Siguiendo la tendencia de otras evaluaciones aplicadas por organismos internaciones como la OCDE con su estudio "Value for Money in Government", donde mide la calidad de los servicios para los ciudadanos, el Inegi muestra resultados comparables. En el mismo sentido, Estados Unidos aplica la evaluación "National Citizen Survey", la cual permite evaluar comparativamente la satisfacción ciudadana sobre servicios públicos municipales. Por su parte, el gobierno de Canadá realiza la encuesta "Citizens First", la cual mide los niveles de satisfacción que reciben los ciudadanos.
En el caso de México, algunos servicios públicos evidencian resultados decepcionantes, pero en cambio, hay otros que son calificados aprobatoriamente. Vayamos por partes. El resultado general como país es reprobatorio. 49% calificó como satisfactorios los servicios públicos que se otorgan en el país. Sin embargo hay contrastes. Por ejemplo, el servicio de energía eléctrica en los hogares, obtuvo una satisfacción de casi 8 de cada 10 ciudadanos. 62% declaró estar satisfecho con la educación pública básica. El servicio de agua potable, uno de los más básicos para la población, fue calificado con 57% de satisfacción entre los ciudadanos. En cambio, la queja perene sobre el pavimento en las calles, obtuvo un bajo nivel de satisfacción de 21%.
En las ciudades del país tenemos una carencia importante de espacios públicos como parques y jardines, de los cuales sólo 4 de cada 10 está satisfecho con esas áreas. El servicio de recolección de limpieza es uno de los mejor calificados. Prácticamente 7 de cada 10 ciudadanos está satisfecho con la recolección de basura. El alumbrado público fue satisfactorio para 35% de los encuestados en el país. A nivel general la policía sólo fue aprobada por 1 de cada 4 ciudadanos. Visto así, es absurdo que muchas autoridades todavía se indignen porque los ciudadanos reclaman más seguridad. Parece que su problema está con las víctimas del delito y no con los criminales. Hasta la fecha, es lamentable que tengamos policías tan ineficientes y poco fiables en las ciudades.
En los servicios de salud, 52% está satisfecho con el IMSS, la principal institución de salud para los mexicanos. 47% considera que el principal problema del seguro social es el acceso a los medicamentos.
En la encuesta también se preguntó sobre trámites, pagos y solicitudes de servicios públicos. 78% de los ciudadanos se sienten satisfechos, pero no así, con la duración del trámite, que demora en promedio tres días.
Si bien, el estudio muestra bajos niveles de satisfacción y calidad de los servicios que reciben los ciudadanos, el problema mayor no está tanto en la mala calidad de algunos, sino en la corrupción que perciben los ciudadanos en el gobierno, no importa si es federal, estatal o municipal. Para todos los casos, 88% de la población considera que la corrupción es muy frecuente en el gobierno. Entonces, el problema está en la confianza, y sobre todo, en la asociación que se hace, de "gobierno es igual a corrupción". Para el caso, los servicios pueden mejorar, pero la confianza, requiere algo más que calidad y eficiencia del gobierno. Quizá tardemos varias generaciones para percibir que el gobierno en México, no es sólo corrupción.
6 de agosto 2014
El Siglo de Torreón

Odio y discriminación

Con respecto a mi artículo de la semana pasada, Hondura en La Laguna, veo con tristeza cómo hay mexicanos que ven con desprecio e intolerancia a los migrantes centroamericanos. Se trata de una historia conocida de odio y discriminación hacia ciertos grupos extranjeros. En el primer tercio del siglo XX, un buen número de mexicanos, incluido el mismo estado, hicieron una campaña contra los chinos que llegaron al país. 
En menor medida se hicieron campañas contra judíos y árabes, aunque los chinos, acaso por ser más visibles físicamente, sufrieron la peor parte: expulsiones, boicots comerciales, violencia e incluso asesinatos masivos, como sucedió en Torreón durante los sucesos de mayo de 1911. No es casualidad que ayer, como ahora, los migrantes queden descalzos tras la violencia ejercida contra ellos. El 15 de mayo de 1911 en Torreón, quedaron cientos de cadáveres descalzos. La turba de asesinos les quitó los zapatos para buscar ahí dinero escondido. El crimen quedó impune, no obstante que el gobierno pudo identificar a los responsables, por entonces conocidos "revolucionarios".
Ayer fueron unos, hoy son otros. De esa manera el odio cambia de actores y se renueva. Actualmente tenemos violencia contra minorías migrantes que pasan por el país. Tampoco faltan expresiones vergonzosas como decir que los migrantes quitan el trabajo a los mexicanos. O peor aún, que los migrantes, por ser pobres, son criminales que llegan a México. Esas afirmaciones no sólo reflejan viejos odios, sino intolerancia hacia los otros. Eso sí, somos muy "nacionalistas" para indignarnos por el trato que reciben los migrantes mexicanos en Estados Unidos. Ya lo ha dicho el filósofo francés Bernard Henri-Lévy: "El nacionalismo es siempre una tontería, y el nacionalismo étnico, una tontería asesina".

30 de julio 2014
El Siglo de Torreón

Orgullo lagunero


En La Laguna tenemos muchas razones para estar orgullosos, pero la principal es su gente. Luchona, abierta, hospitalaria, y sobre todo, esforzada en salir adelante a pesar las difíciles circunstancias que hemos vivido en los últimos años. Así somos los laguneros, dispuestos al esfuerzo y también al cambio. Con su clima árido y desértico, tenemos puntuales tolvaneras y calor de sobra. Pero a falta de la belleza de otras ciudades, o la benevolencia de otros climas, nosotros compensamos con trabajo y servicio esas carencias. Ya sea por labores o por visita, quienes vienen de fuera de la Comarca, bien dicen que no se sienten forasteros, sino se sienten como en casa.
Quizá esa virtud proviene del origen mismo de nuestras tierras. En buena medida la población de la región se hizo con migrantes de otras ciudades del país como Zacatecas, Durango, San Luis Potosí, Guanajuato, y en menor número, extranjeros que hicieron de La Laguna, su nueva patria. Gracias a las migraciones crecieron poblaciones como Torreón y Gómez Palacio por allá de la década de 1880, cuando el ferrocarril nos resaltó en el mapa nacional. Los laguneros de esa generación hicieron las ciudades con gran empuje, y sobre todo, conscientes de que el futuro estaba en sus manos. No había fatalismo, sino esperanza. Por lo mismo, las primeras empresas que fincaron la riqueza de la región, se nombraron casi como virtudes teologales: La Fe, La Esperanza, La Constancia, La Alianza, La Unión, La Amistad.
Ahora los laguneros comenzamos a salir poco a poco de una dura crisis de violencia e inseguridad. Es algo que se siente y se palpa en las calles. Ahí están los numerosos grupos de ciclistas urbanos que han tomado las calles. Ahí están tantas y tantas asociaciones que vienen haciendo trabajo comunitario. Ahí están las organizaciones civiles ocupadas en cambiar la región. De esa manera tenemos un conjunto de valiosísimos granos de arena que están construyendo otra ciudad. Y es justo la narrativa de esperanza que debemos difundir y acrecentar. Sin lugar a dudas, las adversidades que vivimos en los últimos años, llevaron a los laguneros a organizarse para sacar lo mejor de la sociedad. Como aquellos laguneros de antaño que al cooperar levantaron un puente para unir Torreón con Gómez Palacio y Lerdo, los de ahora nos demuestran que a pesar de las dificultades, es posible salir adelante.
Esas historias que ahora estamos construyendo, son motivo de esperanza, y sobre todo, de orgullo. Orgullo de nuestro pasado de lucha. Pero más orgullo por su gente. Por lo mismo, celebramos que un grupo de importantes asociaciones laguneras conformaron "OrguYo Lagunero", una asociación que se ha propuesto resaltar la identidad y el orgullo entre los laguneros. Hoy, más que nunca los necesitamos.

30 de julio 2014
El Siglo de Torreón

El drama al cine






Películas como La jaula de oro (2013) de Diego Quemada, o La vida precoz y breve de Sabina Rivas (2012) dirigida por Luis Mandoki, muestran con bastante realismo, el drama de los migrantes centroamericanos que en su paso por México, son agredidos por los mismos mexicanos.

Honduras en La Laguna

La historia humana es migración: tránsito. Casi no hay episodio donde las migraciones no intervengan. Grandes desplazamientos, oportunidades económicas, guerras y conflictos violentos motivan las migraciones. En La Laguna lo sabemos bien, que hacia finales del siglo XIX se volvió un notable polo migratorio de nacionales y extranjeros gracias a la riqueza económica de la región. Acaso por lo mismo, entre los laguneros todavía subsiste un grato espíritu de hospitalidad hacia los foráneos. Decimos y con razón, que aquí nadie se siente de fuera.
Pero las migraciones cambian y también evidencian los problemas de otras sociedades. Entre Palestina e Israel se repiten los odios irracionales que llevan a miles a migrar a otros países de Oriente medio. Más cerca de nosotros, el drama de la migración se ahonda entre los migrantes centroamericanos que transitan el país rumbo a los Estados Unidos. Pero no todo es motivado por una promesa económica. Los migrantes centroamericanos también huyen de la violencia entre sus mismos habitantes. 

Bandas y pandillas han extendido un terrible negocio de extorsión entre familias pobres de Guatemala, Salvador y Honduras. Es la degradación que refleja la ausencia estado, ahí donde el gobierno es "un decir". Recientemente en los Estados Unidos se reconoció que existe una "crisis humanitaria" por la migración de miles y miles de niños que intentan cruzar la frontera. Tan sólo en el Valle de Texas, unos 170 mil inmigrantes llegaron en los últimos siete meses de 2014, de los cuales, se calculan 50 mil niños, que muchas de las veces viajan solos. Con todo y lo empático que puede resultar el presidente Barack Obama, se ha convertido en los hechos, en un gobernante que logrado expulsar por miles, a los migrantes ilegales que llegan a Estados Unidos. Por estos días, el gobierno nacional gringo anunció más centros de detención. Pero el gobierno de Texas ha ido más allá, al solicitar el gobernador Rick Perry, 1,000 soldados para tratar de contener los cruces ilegales. Lo cierto es que con todo y muro, las fronteras siguen siendo porosas. Parece el destino de nuestros tiempos: unos luchando por levantar muros y cerrar fronteras, y otros abriéndolas como se pueda. En esa tensión, México es el paso de los migrantes centroamericanos, que en su camino, son maltratados, robados, extorsionados e incluso asesinados, cómo sucedió en aquel triste lugar de San Fernando, Tamaulipas. ¿Pero qué puede hacer uno cuando sabemos de esos problemas? ¿Cómo podemos ayudar a quienes van de paso? Aunque es fácil caer en la indiferencia, siempre hay formas de colaborar con nuestro granito de arena.
El sábado pasado, gracias al colectivo de ciclistas mujeres, Bicionarias Laguna, visitamos la Posada del peregrino que pertenece a Cáritas de Torreón. De esa manera, los ciclistas que participamos llevamos alimentos, ropa y hasta calcetines. De viva voz conocimos el importante trabajo de la Posada del peregrino para dar alberge a los migrantes que transitan por nuestra región. Nos enteramos cómo en su paso por México, muchos centroamericanos son asaltados por bandas criminales, e incluso, por autoridades que abusan de los migrantes. Los despojan del poco dinero que llevan, e incluso, como nos narró un migrante hondureño, lo primero que les quitan son los zapatos. Proveniente de Honduras, nos platicó que lleva un mes viajando desde que salió de su país y que su estancia en la Posada del peregrino, fue por mucho, el mejor descanso que ha tenido en su tránsito hacia el sueño americano. Una cama limpia, comida y descanso le han permitido recobrar energías hacia su difícil paso.
Pita Campa, entusiasta de los paseos ciclistas de @BicionariasLag y directora del Banco de Alimentos de Cáritas, nos explicó que diariamente llegan 40 migrantes a la Posada del peregrino en busca refugio, alimento y descanso. El lugar tiene una capacidad para 96 personas que pasan en promedio tres días y continúan con su paso. Gracias a la digna labor de la Posada, los migrantes reciben tres comidas, ropa limpia y atención médica. Algunos han llegado enfermos, otros mutilados por el ferrocarril. No obstante las vicisitudes que viven los migrantes, en La Laguna tienen un digno espacio que los conforta en su camino. Gracias a la Posada del peregrino por compartir esta experiencia de dignidad a la cual podemos sumarnos.
El Siglo de Torreón
23 de julio 2014
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1019228.honduras-en-la-laguna.html