lunes, 14 de mayo de 2012

150 años de la Batalla de Puebla

Fuente: Biblioteca Digital Mexicana


Como si algo nos dijera la historia, la intervención francesa en México encontró su pretexto en la deuda externa de nuestro país. Los ingleses y los españoles que ya habían enviado fuerzas a Veracruz para cobrarse su parte, se retiraron tras una negociación en 1862. En cambio el imperio napoleónico optó por extender sus dominios, y México era ideal para contraponerse a Estados Unidos. En sus memorias, Porfirio Díaz, uno de los héroes de aquélla defensa escribió: “Entretanto se había preparado en Europa graves sucesos contra México”. Es la época del imperialismo.

Con esa confianza avanzó el general Laurencez al mando de unos 6000 mil franceses. Así, mientras en México unos hacían todo lo posible por preparar la heroica defensa, otros, como en Puebla, ya preparaban la bienvenida a los franceses. Tras la efímera victoria mexicana contra el Imperio, el joven general Ignacio Zaragoza, por cierto de origen coahuitejano, expresó su malestar por la falta de apoyo. Zaragoza le escribió a Benito Juárez: “Qué bueno sería quemar Puebla. Está de luto por los acontecimientos del cinco. Esto es triste decirlo pero es una realidad lamentable”. El confiado general Laurencez mejor le echó la culpa a la lluvia y al granizo.


La victoria mexicana se creía ilógica, a tal grado que el joven Porfirio Díaz no podía creerlo: “Esa victoria fue tan inesperada que nos sorprendimos verdaderamente con ella, y pareciéndome a mí que era un sueño, salí en la noche al campo para rectificar la verdad de los hechos con las conversaciones que los soldados tenían alrededor del fuego y con las luces del campamento enemigo”.


El santoral oficial festeja la batalla de Puebla como un hecho único, aislado. Pero la batalla no se entiende sin el conjunto de derrotas que propinaron los franceses al desorganizado y mal armado ejército mexicano. En realidad no había propiamente un Estado.
De esa manera la victoria fue tan efímera e irrelevante, que doce días después del cinco de mayo los franceses doblegaron a las fuerzas mexicanas. Incluso, la desarticulación del ejército mexicano fue tal, que el general Jesús González Ortega llegó a reforzar la defensa con tan mal tino, que sus cañones y armas fueron utilizados contra ¡ellos mismos!


A la inversa del Álamo, el mayor mito de la historia estadounidense donde la derrota se transforma en identidad nacional del imperio; la batalla de Puebla fue una efímera victoria que celebramos sin incluir el enorme fracaso de la defensa mexicana. Para la historia oficial es preferible una verdad a medias, que un verdad demoledora. En lo personal me parece más interesante la historia en su conjunto.


Y no por contarla completa tiene menos mérito. Por eso me aburre la superficial mirada a un solo día. Ahí está por ejemplo el héroe de carne y hueso que en otro combate contra los franceses se le desarmó la pistola de tan mala que era, pues no tenía recursos para comprar una mejor. Años después sería presidente por varias décadas.


A Zaragoza la gloria le duró poco porque al siguiente año de la batalla, en septiembre de 1863, murió a los 33 años. Pero su nombre y extraordinario heroísmo quedó en los anales de nuestra historia como muestra de un genuino patriota.



6 de mayo 2012
Milenio http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9146637

Recuerdos del debate

Tengo buenos recuerdos de los debates presidenciales en México. En todos, aunque en 1994 todavía no votaba, los compartí con la presencia de buenos amigos. Este no fue la excepción y en verdad agradezco a @hhramos y @letrasalaire, pero nos faltó @rutanortelaguna. En general el debate se quedó corto. A diferencia de otros, este no será recordado por alguna frase o por algún momento crucial entre los candidatos. Quizá la excepción la hizo la playmate...  Así de gris el encuentro. Sin pena ni gloria.

Uno pensaría que los cuatro candidatos pueden dar más, pero no, ¡es lo que tenemos! No hay más. Por eso lo que tanto se esperaba nunca sucedió. Andrés Manuel López Obrador no destacó, salvo cuando regañó a Enrique Peña Nieto. Es decir, recurrió al aparente argumento de la autoridad y a muy pocas cifras y datos duros.


De ahí en más su tan deseada participación no logró entusiasmar; y eso que pidió muchos debates. Josefina, esa sí tan cuadrada, sacó muy poco contra Peña. ¿Es todo lo que tiene la panista? Me temo que sí, por eso su presencia tampoco prendió. En realidad ninguno de los dos logró despeinar al candidato puntero en las encuestas. Ese fue el mayor resultado del debate. Enrique Peña ileso. Enrique sin despeinarse.


Por eso, si hubo un “ganador” no fue Gabriel Quadri, ni Josefina, sino Peña que la libró por lo que no le hicieron ni le cuestionaron a fondo. Se fue limpio, sin daño alguno, a pesar de las recriminaciones de corrupción que le hizo la panista y el perredista. Josefina se empeñó en señalar la caída en el índice de transparencia del estado que Peña gobernó, pero lo mismo puede decirse de los panistas que en 12 años de gobierno no bajaron, sino incrementaron la percepción de corrupción. Tan malo el pinto como el colorado. Eso sí, Peña pretextó una y otra vez que el tiempo no le alcanza. Tal vez busca la eternidad. Por cierto, Josefina no contestó la sencillísima pregunta del priista. ¿Por qué faltó tanto a la Cámara cuando fue diputada plurinominal? Nunca lo dijo. Optó por generalidades.


Por su parte Quadri, el candidato más insignificante fue el que mejor se desenvolvió por su expresión auténtica y natural. Sin embargo, su postura de “no soy un político”, no solamente es un contrasentido, también es ridícula. Nada más engañoso que el argumento de la pureza en política, nada más falaz que anteponer un estado inmaculado. Habla de la educación como si no representara al partido de las peores prácticas educativas.


Si lo mejor del debate no estuvo en el debate, hay que reconocer la intrusión de un quinto actor. Los ciudadanos que de manera intensa estuvieron comentado en Twitter. Eso sí fue una novedad en el debate: la capacidad de comentar en tiempo real las opiniones de los candidatos. Interesante las valoraciones, los comentarios, las críticas y hasta los chascarrillos.
Algunas cosas para el vano recuerdo: el índice Tsuru propuesto por Andrés Manuel; la falta de tiempo de Peña. Otras menciones no fueron triviales, por ejemplo, la vergonzosa relación entre Coahuila y los Moreira. ¿Vendrá pronto alguna sorpresa?



9 de mayo 2012
Milenio http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9146916

Yo no soy político

Suena atractivo. Lo hemos escuchado muchas veces: “No soy político”. En el pasado debate fue la apuesta del candidato del PANAL, Gabriel Quadri. “No soy político, soy ciudadano”. Siempre que tuvo la oportunidad señaló a los otros candidatos en su discurso: no soy como ellos; como los políticos alejados de los ciudadanos. Quadri fue el candidato que causó mejor impresión en el debate. No sólo fue el más fresco y natural en sus intervenciones, en buena medida buscó diferenciarse de los otros insistiendo como quien repite un mantra: “No soy político”. 


En parte lo logró. La combinación de su imagen y su mensaje como el “candidato ciudadano” después del debate, rindió frutos en las encuestas. El candidato del 1% pasó al 5% de acuerdo con la medición diaria de GEA. Aunque falta ver si se sostiene.

El discurso de Quadri “suena bien”, sobre todo, entre los ciudadanos que muestran un declarado hartazgo por la política y los políticos. Remito algunos datos: sólo una pequeña parte de la población se interesa en la política. Esto significa que 1 de cada 6 mexicanos se interesa de alguna manera por la política y solamente 3 de cada 10 se organiza para participar por un beneficio en común (ENCUP: 2005). No nos extrañemos luego del abstencionismo. Un dato que preocupa: 3 de cada 10 mexicanos está insatisfecho con la democracia (ENCUP: 2008). En un país con un amplio desinterés y rechazo de la política encuentra algo de eco en un candidato como Quadri que se asume como “independiente” y “ciudadano”. Sin embargo, el discurso de Quadri no sólo es engañoso, sino superficial. Posiciona un mensaje que niega la política, pero al mismo tiempo participa en ella. “No soy como ellos”, expresó en el debate, pero enseguida les dice “colegas”. Por fin ¿es o no político?


Quadri se dice la alternativa ante los políticos convencionales, pero su idea de política encierra ya un contrasentido. Después de escucharlo, me queda la impresión de que es el último de los ciudadanos. Pero nada más ingenuo en política que suponer la dicotomía entre ciudadanos y políticos. Nos guste o no, los políticos salen de la sociedad, o más específicamente de alguna demarcación electoral que conjunta municipios y colonias. En dado caso, si los políticos actúan de una manera u otra, en realidad reflejan su entorno social. No hay la diferencia que supone el candidato. Tanto como si los ciudadanos fueran de la Tierra y los políticos de Marte.


Tampoco en la política hay pureza. Allá que riñan los políticos, los ciudadanos no hacemos eso. Pero la democracia es disputa por el poder y por lo tanto deliberación. Acaso hubiera preferido un debate con manteles blancos. En esas condiciones, la hermana de Josefina seguiría tranquila en su puesto. La política no perdona a los ingenuos ni tampoco a quienes pretenden un papel inmaculado. Quadri, el ciudadano más puro que no aguantó las preguntas y los cuestionamientos de los alumnos en la escuela Carlos Septién García. Quadri, el candidato que nos habló de la necesidad de formar doctores en el país, pero abandera el partido que se opuso sistemáticamente a la evaluación universal. Quadri, el político que busca desarrollar la educación desde el partido que avala el retroceso educativo. Quadri, el candidato que desde la política nos dice que no es político.



11 de mayo 2012
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La Ibero no te quiere

Nada de lo que se pueda decir sobre los jóvenes es concluyente. Por eso las definiciones parecen cortas cuando se quiere hablar de los jóvenes. Hay perfiles y mediciones, gustos y tendencias, pero al final siempre hay algo impredecible en su comportamiento. En ese sentido, en los últimos años los jóvenes han irrumpido el orden dominante. Cayó Gadafi y su magno poder. Se fue Mubarak, el otrora hombre fuerte de Egipto. La primavera árabe se extendió en el ambiente y casi de manera simultánea los jóvenes españoles cimbraron a su gobierno y de paso contagiaron a sus pares norteamericanos que se movilizaron en el Occupy Wall Street. Qué decir de los estudiantes chilenos que todavía protestan por el costo de la educación en su país y tienen en jaque al Slim chileno.

En México tenemos un país notablemente joven, y hasta podemos hablar del bono ninigráfico, pero ¿cuántos de esos jóvenes se necesitan para romper el orden establecido? 43% del padrón electoral está conformado por un segmente de jóvenes entre 18 y 34 años. Uno pensaría que su decisión puede cambiar el rumbo del país. Pero la realidad es otra, lo jóvenes participan poco, tanto como minorías en la política. Hace tiempo que su movilización no se expresa en la política. 



Por eso no hay que desestimar lo duro que trataron recientemente a los candidatos en las universidades. En particular a Enrique Peña Nieto y a Gabriel Quadri. ¿Sigue Josefina? El primero fue abucheado y cuestionado por los alumnos de la Universidad Iberoamericana: “Fuera, fuera, fuera… la Ibero no te quiere”. Prácticamente el priista, acostumbrado a la comodidad coaccionada, tuvo que escaparse del encuentro por la puerta trasera. A Quadri también le llovió con los alumnos de la Carlos Septién García; ya no sabía cómo explicar su juego con La Maestra o la inocente imagen del candidato en la combi.

Recientemente varias universidades realizaron un simulacro electoral. La UVM organizó la tercera edición en sus campus con un resultado marcadamente a favor de Andrés Manuel López Obrador. Lo mismo sucedió en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de Universidad Autónoma de Coahuila. Ahí López Obrador se volvió a llevar la mayoría de las preferencias de los estudiantes. Ya me imagino la mala noticia para el mediocre rector de esa universidad.






En la tendencia nacional el voto de los jóvenes favorece más a Peña Nieto que al resto de sus competidores. Sin embargo, y aquí sigo a Alejandro Moreno, uno de los mayores expertos en encuestas en el país, en el segmento universitario crece López Obrador hasta superar al priista por 5 puntos. Pero este segmento es insuficiente para ganar una elección. ¡Cuánta falta nos hace más educación!
Entre los jóvenes de 18 a 24 años (unos 14 millones del padrón), las preferencias de voto a favor de Peña cayeron hasta 7 puntos al mes de mayo; mismos que se repartieron hacia los otros candidatos. Aún así, el resto de los segmentos muestra una clara tendencia hacia el priista. En esa relación, el voto de los jóvenes en México está lejos de ser decisivo.



13 de mayo 2012
Milenio http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9147312

miércoles, 2 de mayo de 2012

Más regidores, menos representación

En Coahuila estamos sobrados. Por eso el Congreso del estado aprobó a finales de abril el aumento de más regidores en los cabildos. De buenas a primeras la mayoría priista reformó nuevamente el código electoral. Digo priista porque no se puede tomar en serio la propuesta ni exposición de motivos que hizo el diputado Samuel Acevedo Flores del Partido Social Demócrata de Coahuila. Está claro que quien manda en el Congreso y de paso en el estado es el PRI. No hay más, es la hegemonía.

En el 2009 ese partido nos entregó una reforma electoral con una “visión autocrítica”. Todo fue en “en aras de la racionalidad y el ahorro de recursos públicos”. “Nuestro objetivo”, se expuso entonces, “es abrir el sistema de partidos estatal a nuevas expresiones, que contribuyan a reflejar de mejor manera la pluralidad de la sociedad coahuilense”.


Es cierto, aquélla reforma tuvo aspectos positivos. Menciono algunos: ordenó la colocación de propaganda; se acortaron los tiempos de campaña; y se recortó el número de diputados. Pero la realidad es otra, porque la pluralidad en Coahuila es irrelevante.


La nueva reforma insiste en la representación de las “minorías”. De acuerdo con el dictamen de la comisión de gobernación (26 de abril, 2012), “lo que interesa es que el sistema funcione de tal manera que exista una igual o equilibrada representación de todos los sectores”. 



Por un lado dice el documento, “no es suficiente para atender la creciente necesidad de la población y de (sic) la diversa problemática social que se vive”. Por otro, el documento no evita el eufemismo ni la contradicción, cuando afirma que el aumento de regidores “permitan corregir el mayoritarismo del sistema electoral”. A este brillante diputado Acevedo Flores no le cuadra la redacción, las ideas y muchos menos los conceptos. Tal vez inaugure una nueva forma de “pensar”.

Pero vayamos a la reforma. Aumentar regidores en el cabildo no aumenta la representatividad de los ciudadanos. En dado caso, aumenta la cartera de los partidos; no la representación de los ciudadanos. Preguntémonos: 



¿A quién representa un regidor? ¿Al alcalde que lo designó en su planilla o al ciudadano? ¿Al partido que pertenece o a los ciudadanos? 


En ninguno de los casos los regidores se deben al voto directo de los ciudadanos. Elegimos candidatos que ya incluyen planilla, pero directamente nadie elige a los regidores. Nadie vota por ellos. Si realmente la mayoría priista en el Congreso de Coahuila pensara en los ciudadanos, habría cambiado la fórmula de elección y por lo tanto de representación. 


Pero no, esta reforma parece empeñada en incluir a “minorías” que no critiquen ni se opongan. Lo que no quieren los priistas son regidores duros de oposición, como en el caso de la bancada panista en Torreón (recién desmantelada por las elecciones). En su momento, los regidores y la síndico panista prácticamente impusieron la línea de comunicación del Ayuntamiento. Por eso hay en la reforma la necesidad de hacer bola, de sumar más regidores sin representatividad, pero eso sí, bien alineados al partido que gana el poder.

De la misma manera que cantidad no es calidad, aumentar el número de regidores no aumenta la representatividad. Muy distinto sería un regidor que se sitúa en una demarcación electoral dentro del municipio y que además es electo directamente por los ciudadanos. Ahí sí tendríamos una representación plural y nada cómoda para el partido en el poder.



2 de mayo 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9146252

El triunfo de la corrupción

Moreira I, Moreira II

En todos lados se cuecen habas. Así, la corrupción que denunció The New York Times contra la poderosa empresa Waltmart, ya tiene consecuencias. Una investigación por parte del gobierno estadounidense podría terminar en duras sanciones por actos de corrupción en México. Pero el golpe más fuerte a la empresa fue en el prestigio. Por todos lados corrió la denuncia y no tardó el impacto negativo en la bolsa de valores. Es cierto, la empresa tiene muchos lados positivos, pero un solo hecho ensució su reputación y encendió las sospechas en otros países.

La corrupción no es exclusividad de un país o una sociedad. No somos ángeles dice Federico Reyes Heroles. La diferencia está en las instituciones que incentivan o castigan la corrupción. Cuando un gobierno deja pasar la mayoría de los casos, éste se vuelve en el principal promotor social de la corrupción. Por supuesto que la otra cara de la moneda es la sociedad. Esa diferencia la veremos en la investigación que anunciaron las autoridades norteamericanas y mexicanas. Es posible que en el primer caso vengan consecuencias serias. En el segundo bien puede quedar en el archivo.


Entre nosotros, la deuda de Coahuila parece destinada al archivo. Con el tiempo el asalto a las finanzas estatales se va olvidando hasta que un buen día ya nadie se acuerde de documentos y firmas falsificadas, de sellos apócrifos, de decretos y publicaciones oficiales inventadas, de miles de millones contratados y fortunas mal habidas. Pero volvamos a los incentivos: un juez federal exonera al ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira. Claro, el hombre es un santo, un político bienintencionado que no se dio cuenta que funcionarios segundones estafaron el estado. Habrá que hacerle un estatua de bronce.
La segunda noticia va por las mismas, pues 

hay más riesgo en robar a mano armada un banco, que en defraudar las finanzas de un gobierno


Al fin los contribuyentes pagan. ¡Que vengan los aumentos de impuestos!

Pero es poca cosa organizarse para atracar el erario. Esto se desprende de la resolución del juzgado sobre siete implicados en el megafraude. No hay bronca, váyanse tranquilos a su casa, disfruten los millones. A esos prohombres habrá que darles una medalla al mérito y las mejores cartas de recomendación.


Quizá la excepción pueda ser Javier Villarreal. Al igual que Aburto, él podría ser nuestro “tesorero solitario”. Único Judas al que habría que condenar. Único responsable al que habría que quemar. En todo esto, los Moreira (primero y segundo), son los héroes de la película. Para no ir tan lejos: es el triunfo de la corrupción.



29 de marzo 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9145986

El voto de Elba Esther

¿Cuánto vale el voto de Elba Esther Gordillo? ¿Cuánto de su poder enreda a los candidatos y los compromete para el próximo sexenio? Conocedora del tiempo político, “La Maestra” sabe que es el momento de presionar. Sabe que para continuar debe echar mano de todo, incluso de la extorsión. Por eso, de manera unilateral ella puede anunciar que este año no habrá evaluación de los maestros. De esa manera no sólo amaga a las autoridades educativas a través del poder del sindicato, sino que envía un fuerte mensaje a los candidatos, sobre todo, al que se perfila como ganador. Me refiero a Peña Nieto.
Con ese movimiento “La Maestra” deja ver cuánto vale su voto. 



Si la elección pasada fue aliada del entonces candidato y presidente Felipe Calderón, en ésta, su voto ya no está en función del apoyo electoral inmediato que le pueda acarrear a uno u otro partido, sino de los problemas que puede ahorrarle al próximo presidente de la República. Por eso muestra su músculo político ahora y le tuerce, por decir lo menos, el brazo a la Secretaría de Educación Pública. A fin de no dejar dudas, ya los maestros marcharon por la Autopista del Sol. Porque eso sí, para el chantaje no importa si es el sindicato de la coordinadora o el de “La Maestra”. Al final, ambos tienen sus mejores exponentes en Oaxaca, Michoacán y Guerrero.

Se podrán hacer muchas críticas a la educación en México, pero en los últimos años las mediciones a través de la prueba Enlace y la evaluación de los maestros, ha permitido conocer áreas de avance y saber dónde hay serios deficiencias. El nivel de las evaluaciones nos permite conocer el detalle del desempeño por escuela, alumno o maestro. Indudablemente la llamada Evaluación universal es un logro que muestra con transparencia el estado de la educación en el país. Desde luego esto no les gusta a muchos maestros y sobre todo, a los líderes sindicales que están más dispuestos a defender el desastre, que la mejora educativa. 



Por eso el chantaje de “La Maestra” no sólo es una mala noticia para el presente de la educación, sobre todo, es una mala señal de lo que no puede, ni quiere ser cambiado en el futuro.
Como si las cosas fueran tan bien, ahora el sindicato exige más “conquistas laborales”. Exigen subir sueldos y homologar los aguinaldos a noventas días. Exigen el año sabático para los profesores de preprimaria, primaria y secundaria. Exigen y exigen en el pliego general de demandas. Pero su posición no podría estar mejor: muchos derechos y pocas responsabilidades. No importa la calidad de la educación. Tampoco importa el desempeño de los maestros y muchos menos de los alumnos. Lo relevante es la defensa de lo indefendible. Por eso el voto de Elba Esther vale, y vale mucho. Su apuesta se basa en el desastre de la educación.



27 de marzo 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9145807