domingo, 17 de agosto de 2014

Coahuila, romance con el PRI

Las elecciones del domingo pasado expresaron sin ninguna duda el romance de los coahuilenses con el PRI. Imposible negarlo. Con algunas excepciones, que más bien parecen errores temporales como las alcaldías de Saltillo y Monclova, el PRI es el partido de Coahuila por excelencia. No hay otro. Aquí el tiempo no ha pasado y la alternancia es una broma de mal gusto. El "carro completo" ratifica el fin de la oposición en el estado, pero también, la clara preferencia al PRI de los Moreira. Porque no importa qué pasó, así sea la deuda o lo que sea, el electorado ya se pronunció: queremos a los Moreira por sobre todas las cosas.
Al mismo tiempo, la aplastante victoria del PRI demuestra la aprobación de los electores al actual gobierno estatal. Es cierto que hay malestar y bajas calificaciones, es cierto que la deuda es un tremendo lastre negativo, pero más cierto es el romance de los ciudadanos con el PRI. No busquemos complejas explicaciones, ni tampoco hagamos viscerales descalificaciones. Coahuila es del PRI y de nadie más. Pero ese poder no emana de los políticos por sí mimos, sino de los ciudadanos que así lo decidieron. Otros culpan al abstencionismo y repiten que 6 de cada 10 electores no salió votar, pero ese abulia no le quita al PRI la capacidad de tener y saber conservar el poder. Si algo mostraron los resultados del domingo, es que el PRI podrá estar mal, pero no basta con que así sea para que los ciudadanos los castiguen.
Nuevamente habrá quien descalifique a los priistas, pero el PAN ni siquiera es opción. ¿Más claro? La mayoría de los ciudadanos despreciaron las elecciones, sin embargo, quienes votaron parecen haber electo al menos peor. En esa lógica, el electorado fijó una clara respuesta: preferible votar por quienes ejercen el poder, que por pusilánimes jugando a las elecciones. Al PRI podrá reprochársele la deuda y su encubrimiento, pero no su inacción. Por puro contraste, veamos a los panistas: ¿Quién quiere elegir a quien nada ha hecho en el camino? Como si fuera una sorpresa, los panistas descubrieron que las elecciones no se ganan en dos meses. Tal vez para la siguiente, lo vuelvan a descubrir.
Hace años, cuando el PRI bajo Moreira I logró "carro completo", algunos advertimos sobre los peligros de entregar un cheque en blanco a un solo partido. Igualmente argumentamos la necesidad de contrapesos a fin de evitar la concentración del poder. Pero el resto de la historia ya la conocemos y también el vano argumento de la crítica. Ahora que el electorado se volvió a manifestar, la crítica no sólo sobra, sino es inútil. Después del domingo los electores coahuilenses nos acaban de demostrar sobradamente que las elecciones son un borrón y cuenta nueva. Es la maravilla de los comicios. Qué hubo deuda: no importa. Qué hubo corrupción: no importa. Lo importante es que el PRI ganó y arrasó.
A partir de ahí, quizá habrá que rectificar unas serie de malentendidos. Menciono el principal: la deuda. A decir del electorado, la deuda es lo mejor que le ha sucedido a Coahuila en los últimos años. Se contrató mal, pero las intenciones fueron las mejores, y ahora los coahuilenses reconocen sus beneficios. Por otro lado, el gobernador Rubén Moreira es, a decir de los electores, uno de los mejores gobernadores de Coahuila. La deuda es peccata minuta. Con el tiempo y las futuras elecciones, es posible que Moreira II se vuelva el mejor. Los señalamientos que se hicieron en el pasado, son sólo incomprensiones hacia el gobernador. No obstante, el electorado se ha encargado de refutar a los críticos. Al fin los votos le dieron la razón.
De esta manera, es tanta la unanimidad que todas las posiciones las ganó su partido. En Torreón, si había dudas con el alcalde Miguel Ángel Riquelme, las elecciones del domingo se encargaron también de despejarlas. Insisto, el electorado no se equivoca y ya apuntalan al lagunero como candidato a gobernador. Con el aval de las elecciones y los coahuilenses que sí votaron, ya sólo hay un camino en Coahuila: el PRI.
9 de julio 2014
El Siglo de Torreón 

Campañas


Y si usted pensó que todo este asunto de Torres prófugo va a impactar negativamente en las campañas del PRI. Agárrese, ya que desde hace tiempo el PAN renunció a la oposición. Simplemente les pasó de noche. Francamente no veo para qué quieren llegar al Congreso local, si ni siquiera como candidatos son capaces de articular un contrapeso. Mejor no la podía tener el PRI.

Sarkozy al banquillo


Otrora poderoso presidente de Francia, ahora las autoridades detuvieron a Nicolás Sarkozy por la presunción de tráfico de influencias. Se puede decir que es un asunto político para evitar que vuelva a competir en las elecciones, pero lo cierto, es que los políticos en Francia no son intocables e impunes. ¡Como México no hay dos! Acá tenemos a expresidentes que quebraron el país, y ahora escriben libros. Ni qué decir de exgobernadores prófugos de la justicia gringa como Jorge Torres en Coahuila. Ni quien los llame a cuentas, ni quien los moleste. Pura impunidad.

Con Robben y sin Robben

Fuente foto: http://www.sportskeeda.com/football/fifa-world-cup-2014-netherlands-winger-arjen-robben-apologizes-diving-against-mexico

Es bueno darse tiempo para hablar, como dice un célebre futbolista, sobre lo más importante de lo menos importante: el futbol. Imposible por estos días ser indiferente al mundial de Brasil, cuando los países en la cancha mueven pasiones. Para el caso, siempre es preferible una disputa simbólica en la cancha, que una guerra entre países. Por lo mismo, nada mejor que un mundial para desfogar las pasiones y los conflictos. Quizá, lo que una sociedad no alcanza como país, lo puede lograr en la cancha. De esa manera, Uruguay puede echar a Inglaterra, Chile vencer a España y Costa de Marfil a Japón. Desde el subdesarrollo, Argelia puede superar a la potencia económica de Corea del Sur. Así, la cancha es una puesta al día de la historia. Un borrón y cuenta nueva para empezar desde cero. Olvidados los agravios de la Segunda Guerra Mundial, Alemania vence a Estados Unidos. Ya tendrán tiempo de encontrarse en otro mundial.
Además de gran negocio, el futbol dirime diferencias. Como espectáculo no me interesa, pues deja mucho que desear. En cambio, sí me interesan los efectos que genera. Las pasiones, las filias y las fobias alrededor del balompié. El ánimo que ronda entre la gente. Los rituales, las emociones, los sueños. ¡Y todo por un balón! No sé hasta que punto los equipos reflejen a sus país, pero sin duda, algo indican de lo que son. En ese sentido, el juego entre México y Holanda parece dibujar algunos rasgos de ambos países.
En su larga historia de mundiales, México es Prometeo encadenado. Cada cuatro años, quitando a los "cachirulos" de por medio, la convocatoria de un nuevo mundial renueva la esperanza en los mexicanos. Ahora sí, nos decimos a nosotros mismos. Pero la esperanza no pasa de octavos de final, entonces, otra vez a sufrir con el eterno retorno. Cual mito griego, no preguntamos sobre el origen del mal. ¿Dónde está la falla? ¿Dónde el problema que nos impide avanzar? ¿Quién tiene la culpa de nuestros pecados?
Cegados ante la crítica, el mal siempre proviene de afuera. Nuestros jugadores son inmaculados, pero el árbitro no. Así, una forma de justificar la derrota ante Holanda es trasladando la culpa al árbitro. No hay más, porque México no puede estar equivocado. En palabras de Céline, todos son culpables excepto yo. De esa manera, durante un juego de futbol, el mejor chivo expiatorio siempre será el árbitro. Amo y dueño del destino. Después de Brasil y Croacia, tanto soñamos en el transcurso de los días, que los comentaristas hicieron del clima, una ilusión a favor de México. Hay quien ve milagros aquí y allá.
Profetas del deporte, los "intelectuales" del futbol auguraron que el calor afectaría a los holandeses. Según los meteorólogos de la cancha, la temperatura ayudaría a México, no su juego, ni su nivel de futbol, ni la concentración del equipo. Casi vencer a los holandeses por cansancio. No obstante, con Robben o sin Robben, Holanda demostró las consistencia de su equipo. No es un casualidad, ni tampoco un capricho atmosférico. Sino trabajo constante.
Para consuelo de nuestro país, lo mejor de México en el mundial no fue su selección, sino su entrenador, Miguel Herrara. El Piojo logró el concenso indiscutible de la mediósfera mundial. Si por imágenes vamos, desde hace días los mexicanos conquistamos el mundial con las caras de su entrenador. ¡Vaya torneo!

El Siglo de Torreón
2 de julio 2014
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1012027.con-robben-o-sin-robben.html

Signos de la política

De un lado y de otro los ejemplos abundan. Gobernadores que desfalcaron a su estado. Gobernadores que se aliaron al crimen. Gobernadores que gobiernan contra los ciudadanos. Los ejemplos nos parecen comunes, porque ya no encontramos asombro. Tanto se repitieron los escándalos, que al final terminaron por no hacer ruido. Tras la década de la alternancia, comprobamos que los de entonces, resultaron una mala copia de los de antaño. Mucho nos dice de la política el comportamiento de los hombres públicos, pero más nos dice, el comportamiento de los ciudadanos. Al final del día, son las prácticas ciudadanas las que reflejan a los odiados hombres del poder.
Como signo de la política, la renuncia del gobernador Fausto Vallejo, cerró un infausto gobierno. Vallejo ganó la gubernatura de Michoacán en 2011 y asumió el poder al año siguiente. A partir de entonces, la ausencia fue una constante de su gobierno. A los tres meses solicitó licencia del cargo por motivos de salud, y así se la pasó: renovando licencia tras licencia. Vallejo nunca asumió el poder y le dejó el cargo como "gobernador interino" al secretario de gobierno, Jesús Reyna García. En abril de este año, el interino fue detenido por sus nexos con el crimen organizado. Con desgana, Vallejo tuvo que regresar sólo para comprobar la miseria de su gobierno. Mientras tanto, Michoacán seguía en jaque por los criminales y la creciente presión de las autodefensas.
El gobierno de Enrique Peña Nieto no optó por la vieja fórmula priista de quitar a los gobernadores, sea la causa que fuera: corrupción, rivalidad política, disgusto. Mejor sustituyó por los hechos al gobernador. De esa manera nombró, en enero de 2014 a Alfredo Castillo gobernador de facto, bajo el eufemismo: "Comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán". Pero a Vallejo no lo tumbó su ineptitud, ni tampoco su irrelevancia política en el estado, sino la fotografía de su hijo con un prominente criminal. La imagen se difundió el 14 de junio y cuatro días después Vallejo dejó la gubernatura. Así sin más, sin investigaciones, sin un llamado a cuentas por las relaciones con el crimen. Simplemente dejó el cargo, como quien dice, "ahí muere". Lo significativo de los infortunios de Vallejo, es el "borrón y cuenta nueva" que aplicó el reformista gobierno federal. Dicho de otra manera, la corrupción de un gobierno no sólo fue perdonada, sino además se dejó intacta, con tal de que político en turno se fuera del cargo. Al final, lo de Vallejo parece más un problema de imagen pública para el Gobierno federal, que de corrupción al más alto nivel.
Por mera circunstancia un caso coincidió con otro, pero con la diferencia de que el gobierno no es mexicano, sino estadounidense. Y vaya que los gringos sí toman en serio eso de las leyes y el derecho. Por lo mismo, poco importó que el acusado fuera un político o un criminal cualquiera. Jorge Torres, célebre "hombre de negocios" y exgobernador interino de Coahuila, cubrió en 2011 al inolvidable Humberto Moreira, a fin de que este último pudiera dejar tranquilo el poder a su hermano, Moreira II. Acusado de lavado de dinero por transferir 2.7 millones de dólares de una cuenta en el banco JP Morgan Chase en Texas, a otra en el banco Old Mutual de Bermudas. ¡Todo un paraíso!
Al principio, Torres intentó defenderse y trató de reclamar el dinero incautado, pero al final no pudo solventar esa cuentillla en dólares. En su momento, hasta alegó ser accionista de una empresa cementera, pero los voceros de la misma lo negaron. Así se acabó el shopping en los "Yunites".
Lo interesante del caso, es que Torres fue llamado a la justicia no por el gobierno de Coahuila en relación al megafraude de la deuda, donde hasta la fecha sigue impune su principal responsable: Moreira I. Aquí, ni el procurador Homero Ramos, ni el encargado de la función pública, Ismael Ramos (¡ahora en finanzas!), ni los diputados de entonces (ahora nuevamente candidatos Verónica Martínez y Shamir Fernández), y mucho menos el gobernador Moreira II vieron nada. Eso sí, quedó un enorme boquete de 35 mil millones de pesos.
Mientras en Coahuila y en México estos casos de corrupción se borran y quedan impunes, en Estados Unidos, ya encerraron a Javier Villarreal, operador financiero de la deuda. Recientemente fue la justicia norteamericana quien declaró prófugo a Torres, y al mismo tiempo, la Agencia Antinarcóticos (DEA), publicó la ficha del exgobernador. ¿Qué tan mal estamos acá, que la justicia proviene de otro país? Sin duda, son los signos de la política en México.
CAMPAÑAS
Y si usted pensó que todo este asunto de Torres prófugo va a impactar negativamente en las campañas del PRI. Agárrese, ya que desde hace tiempo el PAN renunció a la oposición. Simplemente les pasó de noche. Francamente no veo para qué quieren llegar al Congreso local, si ni siquiera como candidatos son capaces de articular un contrapeso. Mejor no la podía tener el PRI.

El Siglo de Torreón
25 de junio 2014
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1009607.signos-de-la-politica.html

domingo, 22 de junio de 2014

¡Ya es hora! Hagamos peatonal la Morelos


Tan acostumbrados estamos a ver las cosas en el mismo lugar, que sencillamente se nos hace impensable no verlas de otra manera. Muchas veces la rutina nos impide pensar otras formas. Ya sea por tedio o comodidad, no nos imaginamos otra perspectiva, otro manera de hacer las cosas. Domina una especie de pensamiento cómodo que lleva por leyenda: "siempre ha sido así". Entonces necesitamos una sacudida, una perspectiva que no lleve a otros caminos. Hay pinturas que para verlas nos obligan a tomar distancia. De esa manera, es necesario alejarnos para ver. Así sucede también con los problemas en las ciudades. Tan acostumbrados a verlos ahí, que mejor preferimos que sigan así, sin importan el deterioro o el daño del entorno urbano.
Desde hace años, la decadencia del Centro Histórico de Torreón se ha vuelto una cara que preferimos evitar. Tan normal nos parece la ruina, que poco se hace para cambiar ese aspecto. Docenas de edificios abandonados. Calles sucias. Paisajes desolados. Numerosos comercios cerrados e incluso, como visible síntoma, la pérdida de patrimonio histórico. En buena medida, al extenderse la ciudad con baja densidad, se desplazó el centro tradicional. También se perdió el uso mixto del suelo, que es una fórmula bien probada para mantener vivo a los centros. Paradójicamente la mayor reserva territorial urbana de Torreón se encuentra en el centro y no en la periferia a 15 ó 20 kilómetros de distancia, donde los servicios y el transporte resultan más caros.
En todas estas historias, no necesitamos descubrir el "hilo negro" ni millonarios diagnósticos para comenzar a integrar los espacios públicos. Un buen ensayo lo tenemos en la avenida Morelos. Por décadas fue el principal paseo de los laguneros, y también una de las avenidas de mayor identidad en la ciudad. Ahí nació en los años 50 el gusto por "morelear". Comercios y casas-habitación convivían en la avenida que se volvió emblemática. Con el crecimiento de la ciudad, la Morelos no sólo perdió su interés comercial, sino el lustre que la caracterizaba. En 2012 vivimos el peor año de violencia reciente. Muchos cerraron calles, levantaron bardas y cortaron el tránsito. Moreleando, liderado por Elías Agüero, José González y Jorge Ruvalcaba se propuso lo contrario: salir y tomar las calles. De esa manera han logrado convocar a miles de laguneros que el primer sábado de cada mes reviven la avenida como un gran paseo peatonal. Aunque las autoridades han hablado de rehabilitar el centro, incluyendo la Morelos, distintas voces han expresado su resistencia al cambio. Consideran que peatonalizar la avenida es "estrangular la vialidad" y que incluso afecta al comercio.
Cuando el Gobierno del Distrito Federal arrancó el corredor peatonal en la calle Madero y quitó el paso de automóviles los fines de semana, los comerciantes se opusieron, para luego comprobar que sus ventas aumentaron por la gran cantidad de peatones (no vehículos) que inundaron la Madero. Tal fue el éxito comercial del corredor peatonal, que se volvió permanente.
En Durango, la calle Constitución era privilegio de automovilistas, y sin embargo fue transformada a favor de los peatones. Ahora los duranguenses han dado gran vida a un corredor peatonal a lo largo de ocho cuadras. En menor escala, en Lerdo quitaron cuatro calles a los automóviles para dar más espacio a los peatones. No es necesario recurrir a las comparaciones con ciudades europeas, bien dispuestas de infraestructura peatonal y ciclista. Tampoco es necesario hablar de la metamorfosis de Manhattan en los últimos años, donde han quitado espacio a los vehículos, para abrir paso a las personas. Así, lugares como Times Square, que parecían intocables, fueron intervenidos radicalmente en beneficio de los peatones. No de los automóviles.
La avenida Morelos, otrora símbolo de identidad, tiene todo para articular espacios significativos de la ciudad como la Plaza de Armas, la Plaza Mayor y la Alameda. Pero es necesario romper esquemas para dar paso a una mejor ciudad. La Morelos podría convertirse ya en un gran espacio de convivencia y encuentro para los ciudadanos. Con alto valor comercial e histórico. Con amplias banquetas y ciclovías, e incluso, para que no se alarmen los defensores del automóvil, con calles abiertas y bolardos que delimiten y protejan las áreas peatonales. El acuerdo de los ciudadanos se tiene, como bien lo demuestran los miles que acuden a morelear. Nos falta el gobierno y empresarios que vuelvan a creer en la ciudad. ¿Es mucho pedir?

18 de junio 2014
El Siglo de Torreón 

Brasil vs México


Las comparaciones son odiosas, pero también necesarias. Por lo mismo, para definirnos, lo hacemos en relación a los otros. Nos guste o no, comparar es una brújula cotidiana, si se quiere, un mal necesario. Hace unos días, Lula da Silva, el exitoso y popular expresidente brasileño, afirmó que México es peor que Brasil. En un foro organizado por el diario español El País, Lula declaró: "México fue presentado como la gran novedad del siglo 21 y que estaba mejor que Brasil... pero me fui a enterar y todo es peor que en Brasil. No hay ningún indicador comparable a los nuestros". ¿Qué tan cierta es la afirmación de Lula? ¿Es México peor que Brasil?
Veamos algunos números e indicadores. En población, prácticamente Brasil está 2 a 1 sobre México. Nosotros tenemos 119 millones de habitantes y los brasileños registran 201 millones. En extensión territorial Brasil es el quinto país más grande del mundo, y México el décimo. Ambos países han estado de moda en el mundo. Durante los buenos años de la economía brasileña, se les incluyó entre los llamados BRICS, junto a Rusia, India y China. Más recientemente, a la expectativa sobre México en los medios internacionales, lo bautizaron como "el momento mexicano", pero ahora, con todo y reformas, la imagen se desinfló.
La prueba PISA organizada por la OCDE para evaluar la educación, ha encontrado entre 65 países, que Brasil y México tienen desempeños desastrosos. En lectura, México ocupa el lugar 52, y Brasil el 55. En matemáticas México va en el 53 y Brasil en 58. Para llorar el desempeño de los dos países.
Hacia 2010 la economía brasileña creció 7.5%, y en 2013 disminuyó a 2.3 su tasa de PIB. México creció 5.5% para 2010. En 2013, apenas alcanzó 1.1. Sin embargo, una medición más completa sobre el bienestar económico y social elaborada por la OCDE, demuestra que entre 36 países, México está en lugar 35 de desarrollo y Brasil en lugar 32. Al final, uno más mal que otro. La otra cara de la moneda es la pobreza. De acuerdo con un informe de la CEPAL sobre pobreza en 2013, Brasil ha logrado reducir de manera consistente el número de pobres, mientras que en México ha crecido. No obstante los problemas de desarrollo, cuando se trata de felicidad, ambos países ocupamos mejores lugares que los países ricos como Estados Unidos, Suiza, Alemania o Inglaterra. Tanto México como Brasil están empatados en el felizómetro o Índice mundial de felicidad (Happy Planet Index, 2012).
Cuando se trata de impuestos, Brasil tiene una mejor recaudación que México, pues se acerca a la media de la OCDE, lo que coloca a los cariocas dos a uno con respecto a nuestro país. En movilidad urbana, un famoso columnista del oficialismo, escribió que los embotellamientos son peores en Brasil que en México, pero le faltó agregar que Brasil ha hecho avances importantes con el BRT, y hoy por hoy, Curitiba es un paradigma mundial de movilidad urbana eficiente y sustentable (ITDP, 2013). ¿Qué ciudad mexicana lo es?
La tasa de homicidios por cada 100 mil habitantes es mayor en Brasil (25.2) que en México (21.5), como lo informó la UNODC en 2012. El precio de la gasolina en México es más barato: 1.04 dólares por litro. En Brasil, sin subsidio gubernamental cuesta 1.33 dólares por litro, según el registro de Global petrol prices. La aprobación de la presidenta Dilma Rousseff está por los suelos. 33% la aprueba (Datafolha, junio 2014). Enrique Peña Nieto lo aprueban 49% (Mitofsky, mayo 2014).
No es contundente que Brasil sea mejor que México, pero tampoco México parece ser mejor que Brasil. En varias ocasiones los países compiten por los peores lugares, lo cual parece una carrera por ser el menos malo. Para desgracia de algunos, quedamos en el mismo grupo del mundial de futbol. Y ahí sí, Brasil, pinta para campeón mundial. En futbol México es un país modesto. Pero ya se verán las caras en los próximos días.
11 de junio 2014
El Siglo de Torreón
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1004668.brasil-vs-mexico.html