Mañana inician las campañas en toda forma, aunque en sentido estricto, un candidato se construyó hace años desde el poder y otro adelantó su campaña lo más que pudo. La tendencia electoral parece clara, inamovible y hasta cierto punto anuncia un proceso electoral aburrido, tanto como en los tiempos gloriosos del carro completo. Por lo mismo, necesitamos vías para salir de lo ordinario. Tres o cuatro debates podrían sacudir la modorra. Bajo otras formas de comunicación, el trabajo en internet, más allá de las campañas negativas, podría alentar a los electores al diálogo directo con los candidatos. Sin duda estas formas horizontales de comunicación llamadas Facebook o Twitter facilitan la irrupción del ciudadano en las campañas.
En este sentido, entre las maneras de medir una campaña ahora se incorpora el uso y la presencia de los candidatos en las redes sociales. Twitter se ha convertido en la herramienta favorita de muchos políticos, aunque todavía son pocos lo que tienen una presencia consistente en la red.
En México no se puede decir que el internet tiene una penetración representativa en la población, pero esto no significa que deba subestimarse el uso de la red. Si en Estados Unidos las condiciones permitieron innovar en las formas de hacer campañas políticas, en México, a pesar de la modesta cobertura, no debemos ignorar ese campo.
Desde hace tiempo sigo a Guillermo Anaya y Rubén Moreira en Twitter y de manera periódica he documentado el comportamiento de sus tweets y el aumento de sus seguidores. Hace cuatro meses cuando se definieron las candidaturas de ambos, se incrementaron claramente sus seguidores. ¿También hay cargada en el Twitter.
En enero los seguidores de Anaya crecieron a 1 270. Los de Moreira registraron 5 258. Al mes de mayo Anaya aumentó hasta 4 997 seguidores, mientras que Moreira alcanzó los 9 942. Si los seguidores fueran votantes, la diferencia entre uno y otro es visible. 67% Moreira contra 33% de Anaya, es decir, una diferencia de ¡34 puntos! Desde luego que la relación no es así, pero algo nos dice de las campañas. Actualmente las campañas políticas ya integran a su seguimiento el comportamiento de las redes sociales. Incluso encuestadores como Edmundo Berúmen, hacen relaciones de las encuestas y la presencia en la Internet.
Sin embargo, es difícil ignorar que Coahuila no vive buenos tiempos, sobre todo, por la irrupción de la criminalidad que ha roto el viejo orden. Por lo mismo, las redes sociales son un canal directo para expresar las propuestas en esta materia y por qué no, para que los ciudadanos podamos cuestionarlas y debatirlas. No es todo, pero es un principio.
http://impreso.milenio.com/node/8955335
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