Ayer en estas páginas editoriales escribió Gerardo Hernández sobre la decadencia de La Laguna y la crisis de liderazgo. Su texto no podía ser más pertinente al estado de cosas que arrastra la región. Desde hace años que reviso indicadores, estudios y todo aquél material que ayude a situar nuestra región. Debo aclarar que las constantes son decepcionantes.
Hace tiempo que vivimos estancados y a partir de ahí hemos retrocedido. Literalmente estamos de media tabla para abajo. Sé que lo que escribo parecen opiniones personales, casi como estados de ánimo. Pero es una manera más sencilla de resumir cientos de números, estadísticas, mapas, índices y docenas investigaciones sobre la región. Advierto que como historiador, es inútil añorar el viejo empuje lagunero y los valores de pasado. Ni fe, ni unión, ni esperanza, ni tampoco constancia. Hace mucho que La Laguna dejó todo eso atrás.
¿Una raya más al tigre? El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) acaba de publicar su nueva serie de análisis sobre la competitividad urbana. El índice estudia y compara a las 77 ciudades mexicanas y zonas metropolitanas más importantes del país. De acuerdo con el estudio, esas ciudades concentran al 63% de la población nacional, al 80% del talento y producen cerca del 80% del PIB nacional. Pero ya desde el título del índice, se apunta la tesis del problema: “El Municipio, una institución diseñada para el fracaso”.
Bajo un acopio sistemático de información se sitúa a las ciudades desde ámbitos como la economía, medio ambiente, sociedad, gobierno, factores de producción, infraestructura, relaciones internaciones e innovación. Las cinco ciudades más competitivas: Monterrey (a pesar de la violencia), Valle de México, San Luis Potosí, Querétaro y Saltillo. Las cinco peores: Chilpancingo, Acapulco, La Piedad, Cárdenas y Río Verde.
En el ranking, La Laguna ocupa el lugar 44 entre 77 ciudades y zonas metropolitanas. Su desarrollo en el entorno nacional es “medio bajo”. En otras palabras, estamos fregados. Hay varias claves en los indicadores que nos expresan con claridad dónde estamos estancados y porqué no avanzamos. En materia urbana, la forma en cómo crece la ciudad es en sentido contrario a las tendencias que integrar las mejores ciudades. Hemos construido una ciudad extensiva que encarece sus servicios. Hace unos días un empresario de la vivienda, autodiagnosticó la disfuncionalidad urbana: en Torreón no funciona la vivienda vertical.
Otra clave para entender el éxito o fracaso de una ciudad es lo que hace y deja de hacer un gobierno local. Cito textualmente: “Para elevar la competitividad de las ciudades del país es necesario contar con gobiernos locales profesionalizados, eficaces y estables, capaces de entregar resultados y de trabajar de manera conjunta con otros gobiernos”. Decir más sería un pleonasmo.
No pretendo abordar todos los ámbitos de análisis, pero prometo abordar en los próximos días el punto de la vivienda en la región, sobre todo en Torreón. Por lo pronto, les recomiendo comparar las ciudades donde vivimos. Vayan al sitio desarrollado por el IMCO: www.comparadondevives.org.
15 de agosto 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9156006