miércoles, 1 de agosto de 2012

Bastiones estatales

Como espejo de los estados donde la violencia reina, Veracruz se ha convertido tristemente en unos de los lugares con mayores ataques a periodistas. Un día sí, otro también. Por eso la noticia de que el reportero gráfico Miguel Morales Estrada desapareció, se inscribe en el panorama de normalidad de la entidad. Al mismo tiempo que las calles atestiguan la degradación, desde la política institucional en Veracruz provienen otra. Me refiero a la iniciativa que recién envío el gobernador Javier Duarte al Congreso del estado. Para acabar rápido, su propuesta de reforma va encamina a limitar a los críticos de las autoridades: te contrato si no me criticas.

Aprovechando la iniciativa de reforma al Código Estatal de Elecciones, se pretende incluir una modificación al artículo 48 con el siguiente enunciado: “Las organizaciones políticas no podrán contratar espacios publicitarios en aquellos medios que, aun habiendo efectuado los registros señalados en este artículo, publiquen mensajes en contra de cualquier partido, coalición o candidato”. Ante las críticas, el gobernador Duarte ya salió a decir que está dispuesto a suprimir ese párrafo de la iniciativa.

A favor de la limpieza electoral, sigue el ejemplo de COFIPE a fin de prohibir la guerra sucia: “La contratación por parte de una organización política de mensajes dirigidos a promover el voto en contra de algún partido, coalición o candidato, o la efectuada en contravención a lo dispuesto en el párrafo precedente se considerará infracción a las obligaciones impuestas a dichas organizaciones”.
En el primer caso, es un riesgo seguro de caer en inconstitucionalidad en relación con los medios, pero lo relevante de la propuesta es la concepción política del gobernante. Más cercana al autoritarismo que a la democracia. Si en el gobierno nacional avanzamos en alternancia y democracia, a nivel de estados todavía tenemos bastiones de autoritarismo. Ahí la vieja guardia nunca se fue. Para Duarte de lo que se trata la reforma es que “fortalezca la democracia”. Por lo tanto, aunque ahora se retracte, su propuesta inicial define su mando en la política.

Al igual que otros gobernadores, Duarte fue protegido del gobierno nacional. Cuando las autoridades le incautaron 25 millones de pesos en efectivo, la federación se los regresó hasta con intereses. Por estos ejemplos no podemos dudar de la generosidad, ni tampoco de la complicidad entre gobiernos. Bien dicen que entre gitanos no se leen la mano.


27 de julio 2012
Milenio http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9154275