El tema no es nuevo. Desde hace tiempo que diversos grupos han buscado la conformación de un nuevo estado en la República: El Estado de La Laguna (Ella). Recientemente resurge, pero ahora con otra cara y recursos, una agrupación que busca la conformación de Ella. Para los promotores del Estado 33, se trata de retomar el esplendor perdido, de integrar una región que durante siglos tuvo gran auge, ya fuera por la vid, o por el algodón. También, la conformación de Ella sería una respuesta al olvido de las capitales de los estados de Coahuila y Durango. Y en efecto, tenemos un claro desequilibrio presupuestal en la inversiones de los gobiernos estatales hacia a las ciudades laguneras. Es cierto que desde Saltillo o Durango, poco les importa lo que sucede en Torreón o Gómez Palacio, pero tampoco parece importarnos mucho a nosotros. Cito tres casos. Lejos de unificarnos, el problema de la inseguridad nos ha replegado, nos ha hecho más disfuncionales. Tenemos una débil cultura cívica: si las ciudades están notablemente sucias es por la cantidad de ciudadanos que tranquilamente ven en cada calle un basurero. Alentamos problemas con la legalidad, basta ver el enorme número de laguneros que abraza con gusto la ciudadanía Onapaffa, es decir, la ciudadanía pirata.
Ahora bien, ¿Ella es anhelo de muchos o de unos cuántos? Sin duda hay aceptación en la zona urbana de ciudades como Torreón y Gómez Palacio, pero ¿qué piensan los de Viesca o Nazas? ¿También ellos quieren a Ella?
Si bien, la constitución prevé la creación de nuevos estados, 500 mil firmas o más no son relevantes para el Congreso de la Unión, por una sencilla razón: no hay ningún mecanismo institucional que así lo avale. Además, antes de ir al Congreso, habría que ir a los congresos estatales de Coahuila y Durango. Ella no es tan fácil como parece. Más que deseo, requiere política, mucha política. pero luego decimos que nos somos políticos.
¿Dónde estaría la capital, en Torreón, Mapimí o Cuencamé? Ya mejor ni pregunto quién sería nuestro gobernador. Aunque la idea de Ella suena atractiva, tengo mis dudas de que exista un gran acuerdo social al respecto. Una cosa es opinar, expresar un sentimiento; otra muy diferente es dimensionar con datos duros. ¿Dónde está la evidencia del apoyo?
Pero no nos engañemos con Ella, la evaluación al Fondo de la Zona Metropolitana de La laguna (Secretaría de Hacienda: 2010) demuestra que los recursos metropolitanos no se han ejercido en proyectos ¡metropolitanos! Eso sí, entre los laguneros tenemos muchas islas. Allá cada quien la suya. Antes de Ella, no está mal reconocer que hemos sido incapaces de estar de acuerdo en temas estratégicos para la región. Una operación auténticamente metropolitana mejoraría sensiblemente la vida de los ciudadanos. Pero hemos sido incapaces de integrar temas como el agua, el transporte, la basura o sencillamente los horarios para consumo de alcohol. Ni que decir de las tristes policías. Nuevamente somos varias islas. Hace años, le cuestioné al entonces diputado Carlos Bracho, el punto de Ella en el Congreso. Me comentó que no era tanto por pensar que se lograra el estado, sino porque el planteamiento permitía empujar otros temas. Al poco tiempo Bracho fue uno de los artífices del reconocimiento de la Zona Metropolitana y la asignación de recursos.
No pienso que sólo los laguneros entendemos a los laguneros, y que en consecuencia debemos promover un Estado. Hay que ser menos egocéntricos y más críticos en esto de Ella. Aún así, a pesar de las dificultades para lograr el estado 33, Ella puede ser un buen motivo de presión hacia las autoridades políticas, pero sobre todo, debería de ser un buen encuentro para dejar de ser islas.
2 de junio 2013
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9182306