En las últimas semanas varias iniciativas en el Congreso de Coahuila tienen como objetivo fortalecer la transparencia y el acceso a la información gubernamental. Por su parte el gobernador Moreira II ha solicitado la asesoría de la asociación civil “Causa en Común”, que preside María Elena Morera, a fin de colaborar con las acciones de transparencia del gobierno estatal. Esta oleada de apertura y frenesí por la transparencia, no sólo es bienvenida, sobre todo, habrá que someterla a prueba para que tenga sentido.
Al mismo tiempo que el legislativo promueve la transparencia, la Oficialía Mayor del Congreso del Estado recibió la solicitud de juicio político en contra de la síndico de minoría del cabildo de Torreón, Luz Natalia Virgil Orona. Entre los promotores del juicio político están varios regidores de la fracción priista del ayuntamiento. Esencialmente se le acusa a la síndica panista, que se caracteriza por una posición dura y crítica contra el gobierno municipal, por ¡difundir información pública! Sí, información de la finanzas del municipio que otorga el propio derecho constitucional. Tan absurdo resulta promover un juicio político por difundir información pública, como pretender “renunciar” al fuero (a propuesta de dos regidores panistas).
Lo paradójico del caso, es que la promoción del vetusto “juicio político” se da un entorno de profunda impunidad por la deuda de Coahuila. Mientras estérilmente se busca el juicio contra la síndica, más por su posición crítica, que por su disposición a difundir información pública, los artífices de la deuda están seguros de su impunidad, y sobre todo, ansiosos de que los delitos prescriban. Por eso su mejor aliado es el tiempo y el gobierno que se los concede generosamente.
Es probable que proceda el espectáculo del “juicio”, aunque no creo que encuentre un sustento consistente. ¿Habrán leído la jurisprudencia de la Suprema Corte sobre el caso?
14 de septiembre 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9158807
domingo, 16 de septiembre de 2012
Transparencia y transición
Finalmente el tiempo de las elecciones quedó atrás. Ahora la expectativa se centra en los posibles cambios que pueda hacer el gobierno al mando de Enrique Peña Nieto. Sin duda alguna en primer lugar salta la necesidad de mejorar la seguridad y disminuir la violencia. Le siguen, de acuerdo con lo declarado por Peña Nieto, la reducción de la pobreza, la calidad educativa, el crecimiento económico (¡hasta triplicarlo!), y recuperar el liderazgo de México en el mundo.
Aunque es inusual en el PRI, el equipo del presidente electo también ha puesto como primer tema antes de la toma de posesión, la transparencia y la rendición de cuentas. ¡Sí! Vaya que suena extraño. Pero vayamos por partes.
No es casualidad que el próximo gobierno ya busca legitimidad más allá de los votos. De entrada, lo novedoso fue la actitud asumida por el equipo de transición en materia de transparencia. No sólo ha propuesto una serie de iniciativas, sino ya hizo junto con el IFAI (una de las instituciones con mejores niveles de credibilidad en el país), un esquema inédito de transparencia sobre el costo de la transición. En ese aspecto arrastramos un enorme defecto en nuestro sistema político. Mientras los nuevos legisladores (diputados y senadores) ya tomaron posesión en el lapso de un mes, el presidente electo tiene que esperar cinco meses para hacerlo. Esos cinco meses nos cuestan a los contribuyentes ¡150 millones de pesos! En otras democracias contemporáneas el tránsito de poderes se da en pocos días. Por ejemplo en Francia y Gran Bretaña el tránsito se da a nueve días de la elección. En Canadá en 14 días. Un mes en España. En Alemania y Finlandia dos meses, y en Estados Unidos dos meses y medio.
Pero en México no apreciamos el valor del tiempo, por eso tiramos cinco meses. ¿Por qué perder tanto tiempo y dinero? El viejo régimen dio demasiada complacencia al presidente saliente para hacer y deshacer. Pero en ese aspecto y en otros ya sabemos que el PAN no quiso ni supo reformar las viejas prácticas del antiguo régimen ¡Y todavía se extrañan por el tercer lugar en las elecciones!
Mientras transcurre la larguísima transición presidencial, el IFAI ya habilitó un link en su página de internet, www.transiciongob2012.pot.mx, donde se informará sobre los gastos del equipo de transición. El sitio se divide en seis ámbitos que incluyen: recursos humanos, domicilio del equipo de transición; informes y gastos; contratos; disposiciones normativas y otros informes.
En cuanto a las iniciativas para fortalecer la transparencia, ya presentó el presidente electo un plan para reformar el IFAI, ampliar sus facultades a estados y municipios, aumentar los comisionados, dotar de autonomía constitucional al Instituto y fortalecer la Ley de contabilidad gubernamental. Y si bien, se suele desconfiar del PRI para estos temas (y con justa razón), mal haríamos en no tomarle la palabra en esos puntos y sobre todo, en el ofrecimiento de “iniciar un gobierno democrático, plenamente transparente”. ¿Habrá suficiente sociedad organizada para exigirlo? Pienso que sí, y más nos vale asumirlo.
12 de septiembre 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9158570
Aunque es inusual en el PRI, el equipo del presidente electo también ha puesto como primer tema antes de la toma de posesión, la transparencia y la rendición de cuentas. ¡Sí! Vaya que suena extraño. Pero vayamos por partes.
No es casualidad que el próximo gobierno ya busca legitimidad más allá de los votos. De entrada, lo novedoso fue la actitud asumida por el equipo de transición en materia de transparencia. No sólo ha propuesto una serie de iniciativas, sino ya hizo junto con el IFAI (una de las instituciones con mejores niveles de credibilidad en el país), un esquema inédito de transparencia sobre el costo de la transición. En ese aspecto arrastramos un enorme defecto en nuestro sistema político. Mientras los nuevos legisladores (diputados y senadores) ya tomaron posesión en el lapso de un mes, el presidente electo tiene que esperar cinco meses para hacerlo. Esos cinco meses nos cuestan a los contribuyentes ¡150 millones de pesos! En otras democracias contemporáneas el tránsito de poderes se da en pocos días. Por ejemplo en Francia y Gran Bretaña el tránsito se da a nueve días de la elección. En Canadá en 14 días. Un mes en España. En Alemania y Finlandia dos meses, y en Estados Unidos dos meses y medio.
Pero en México no apreciamos el valor del tiempo, por eso tiramos cinco meses. ¿Por qué perder tanto tiempo y dinero? El viejo régimen dio demasiada complacencia al presidente saliente para hacer y deshacer. Pero en ese aspecto y en otros ya sabemos que el PAN no quiso ni supo reformar las viejas prácticas del antiguo régimen ¡Y todavía se extrañan por el tercer lugar en las elecciones!
Mientras transcurre la larguísima transición presidencial, el IFAI ya habilitó un link en su página de internet, www.transiciongob2012.pot.mx, donde se informará sobre los gastos del equipo de transición. El sitio se divide en seis ámbitos que incluyen: recursos humanos, domicilio del equipo de transición; informes y gastos; contratos; disposiciones normativas y otros informes.
En cuanto a las iniciativas para fortalecer la transparencia, ya presentó el presidente electo un plan para reformar el IFAI, ampliar sus facultades a estados y municipios, aumentar los comisionados, dotar de autonomía constitucional al Instituto y fortalecer la Ley de contabilidad gubernamental. Y si bien, se suele desconfiar del PRI para estos temas (y con justa razón), mal haríamos en no tomarle la palabra en esos puntos y sobre todo, en el ofrecimiento de “iniciar un gobierno democrático, plenamente transparente”. ¿Habrá suficiente sociedad organizada para exigirlo? Pienso que sí, y más nos vale asumirlo.
12 de septiembre 2012
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viernes, 14 de septiembre de 2012
Destruir la historia
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Las fotos son gracias al Google Maps. |
Hay diferentes maneras de destruir la historia. Una es quemando los archivos y borrando la memoria documental. Otra es destruyendo los edificios históricos y el patrimonio arquitectónico. Ninguna ciudad está a salvo de esa destrucción, pero también hay sociedades que preservan con mayor conciencia y éxito su memoria.
Esas ciudades las reconocemos y las admiramos. No es el caso de Torreón. La semana pasada, mientras realizábamos uno de los paseos sabatinos de Ruedas del Desierto, varios ciclistas atestiguamos la destrucción de un edificio centenario en la esquina de Matamoros y calle Zaragoza. En tres días la construcción quedó reducida a escombros sin más testigos que la ignorancia y la negligencia. Acaso pronto veremos allí una tienda de conveniencia o un estacionamiento. Así, sin más.
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Foto Carlos Castañón |
Es cierto, quizá el inmueble no era excepcional, pero sí era representativo de los edificios de la década de 1900. No sólo por los materiales (tabique, madera y cantera), los detalles y el estilo arquitectónico, sino también por la sobrevivencia de un siglo.
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Destrucción impune. Foto Carlos Castañón |
14 septiembre 2012
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domingo, 9 de septiembre de 2012
Coahuila: una nueva forma de gobernar
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Un logotipo por trimestre... |
En Coahuila somos pioneros en esto del gobierno y la política. Todavía no se cumple ni un año de la administración estatal, cuando el gobernador Moreira II recién inauguró “una nueva forma del gobernar”. ¿En qué cosiste esa nueva forma? ¿De que se trata la propuesta? Anoto algunos puntos que nos ayuden a entender la nueva forma de gobierno y su influencia en el estado. En principio, lo que aparentemente es algo trivial, como el cambio de imagen del gobierno estatal (¡la tercera en nueve meses!), revela aspectos más de fondo como la falta de directriz y liderazgo. Al mismo tiempo evidencia una fuerte crisis de legitimidad. Y por más que se niegue, la deuda le pesa al PRI y a la credibilidad de Moreira II.
Veamos algunos aspectos de la innovación gubernamental.
Una nueva forma de gobernar: a falta de brújula, pasamos de la sonrisa al estado fuerte. Como el asunto no es sólo de imagen, sino de inconsistencia, fuimos más allá: descubrimos una nueva forma.
Una nueva forma de gobernar: Tratándose de dinero público, invéntese una “Ley de protección al contribuyente” (junio 2012), y que inmediatamente la apruebe su congreso. No importa que hoy los contribuyentes coahuilenses paguen más impuestos por motivo de la deuda malhabida y el monumental desfalco que hizo Moreira I en las finanzas del estado.
Una nueva forma de gobernar: porque primero se propone blindar de la política y las elecciones a la Secretaría de Desarrollo Social. Pero cuando cambian los humores, se quita el candado que antes se colocó (agosto 2012).
Una nueva forma de gobernar: Si ya no puede con los bancos y no le alcanza ni siquiera para apoyar la estructura priista durante las elecciones, entonces vuelva a renegociar la deuda. Tal vez estire un poco las finanzas en busca del voto perdido.
Una nueva forma de gobernar: Apruebe una “Ley para Prevenir y Sancionar las Prácticas de Corrupción en los Procedimientos de Contratación Pública del Estado” (septiembre 2012), pero al final deje impune la deuda. No importa que el tesorero solitario, un tal Javier Villarreal se oculte. Tampoco importa que los compinches, y sobre todo, El artífice de la deuda estén impunes. Usted combata con leyes la corrupción.
Una nueva forma de gobernar: promueva una nueva dimensión en la rendición de cuentas, pero cierre con tres candados los contratos de la deuda. Ocúltelos muy bien para que nadie los vea.
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Por acá el documento. Vayan al sitio de la Secretaría de Finanzas |
Una nueva forma de gobernar: donde los espectaculares del gobierno estatal presumen el primer lugar en obra pública, pero en realidad se destina más a pagar deuda que a inversión pública. La mejor prueba son las obras inconclusas a pesar del “Coahuilyork”.
Una nueva forma de gobernar: porque la austeridad del gobierno es consecuencia de la deuda y los intereses millonarios con los bancos que ahorcan las finanzas del estado, no de la eficiencia administrativa o del interés por ahorrar dinero a los contribuyentes de Coahuila.
Una nueva forma de gobernar: a falta de obras, promueva un nuevo marco jurídico, no importa que las leyes no se respeten, y que de un gobierno estatal a otro, se encubra el misterio de la deuda.
Coahuila: una vieja, muy vieja forma de gobernar.
9 de septiembre 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9158282
Ciudadanos Onappafa
Hace unos días la autoridades locales de Torreón y Coahuila, anunciaron otro operativo para ir contra los autos sin placas o irregulares. La escena se repite, la conocemos y en consecuencia actuamos. Esa parece ser la premisa detrás de cada operativo para sancionar a los conductores de automóviles irregulares. Como en tantos otros aspectos cotidianos, el asunto de las placas revela en mucho el peso de los valores cívicos en la ciudad. Una obligación tan común para muchos, muestra en dos sentidos, la relación entre ciudadanos y gobierno. Por un lado están los ciudadanos que responden a incentivos. Por otro, el gobierno que emite esos incentivos.
Veámoslo desde el duro tema de la seguridad. Se dice que hay necesidad de orden y legalidad en las placas para contribuir a la seguridad en la ciudad. ¡Y la situación no exige menos! Pero además del operativo del gobierno, ¿cuál es el comportamiento de los ciudadanos? Si bien hay un número bien extendido de ciudadanos cumplidos, hay otro tanto que fija sus propias reglas. Enumero tres: están lo que portan placas piratas de organizaciones Onappafa y compañía. Por cierto, cada vez más son lo que utilizan esas “placas” en autos mexicanos, e incluso para modelos recientes. Luego debemos sumar a los que “astutamente” se amparan contra el impuesto (recomiendo ampliamente ver el texto de Gerardo Esquivel: Elogio de la tenencia y el mito del impuesto vehicular ligado a las Olimpiadas). Y finalmente están lo que ni siquiera portan placas. Para fines prácticos podemos llamarlos ciudadanos onappafa, porque al fin los tres han encontrado la salida para los obligaciones ciudadanas. Han sabido librarse de la ley. ¿Acaso representan la tercera parte de los vehículos en la ciudad o ya son la mitad?
Ante el operativo, uno pensaría que ahora sí el gobierno va meter orden. Sin embargo, bajo la presunción de que se trata de otro operativo más, los ciudadanos onappafa saben bien que siempre habrá forma de darle la vuelta a las obligaciones. Si el gobierno aprieta, entonces las organizaciones presionan hasta hacer de los operativos, un esfuerzo irrelevante. Al mismo tiempo un gobierno que renuncia a sus deberes termina por alimentar el círculo vicioso. Lo grave del asunto es que en la calles siempre habrá, bajo esas reglas del juego, motivos para doblar la ley. Entonces ¿tendríamos que sorprendernos de la inseguridad que nos agobia?
Si como en otras ocasiones las autoridades sólo actúan por unos días, el resultado será la consolidación de los ciudadanos onappafa. Esos que exigen derechos, pero rehúyen obligaciones. Ciudadanos dispuestos a romper la ley, pero exigirla cuando se trata de su problema. Ciudadanos indignados por los impuestos, pero indispuestos a llamar a cuentas a las autoridades. Ciudadanos disfuncionales que reflejan gobiernos disfuncionales.
Insisto. El “detalle” de las placas habla mucho de nuestros valores en la ciudad. De nadie más, más que de nosotros mismos.
7 de septiembre 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9158131
Veámoslo desde el duro tema de la seguridad. Se dice que hay necesidad de orden y legalidad en las placas para contribuir a la seguridad en la ciudad. ¡Y la situación no exige menos! Pero además del operativo del gobierno, ¿cuál es el comportamiento de los ciudadanos? Si bien hay un número bien extendido de ciudadanos cumplidos, hay otro tanto que fija sus propias reglas. Enumero tres: están lo que portan placas piratas de organizaciones Onappafa y compañía. Por cierto, cada vez más son lo que utilizan esas “placas” en autos mexicanos, e incluso para modelos recientes. Luego debemos sumar a los que “astutamente” se amparan contra el impuesto (recomiendo ampliamente ver el texto de Gerardo Esquivel: Elogio de la tenencia y el mito del impuesto vehicular ligado a las Olimpiadas). Y finalmente están lo que ni siquiera portan placas. Para fines prácticos podemos llamarlos ciudadanos onappafa, porque al fin los tres han encontrado la salida para los obligaciones ciudadanas. Han sabido librarse de la ley. ¿Acaso representan la tercera parte de los vehículos en la ciudad o ya son la mitad?
Ante el operativo, uno pensaría que ahora sí el gobierno va meter orden. Sin embargo, bajo la presunción de que se trata de otro operativo más, los ciudadanos onappafa saben bien que siempre habrá forma de darle la vuelta a las obligaciones. Si el gobierno aprieta, entonces las organizaciones presionan hasta hacer de los operativos, un esfuerzo irrelevante. Al mismo tiempo un gobierno que renuncia a sus deberes termina por alimentar el círculo vicioso. Lo grave del asunto es que en la calles siempre habrá, bajo esas reglas del juego, motivos para doblar la ley. Entonces ¿tendríamos que sorprendernos de la inseguridad que nos agobia?
Si como en otras ocasiones las autoridades sólo actúan por unos días, el resultado será la consolidación de los ciudadanos onappafa. Esos que exigen derechos, pero rehúyen obligaciones. Ciudadanos dispuestos a romper la ley, pero exigirla cuando se trata de su problema. Ciudadanos indignados por los impuestos, pero indispuestos a llamar a cuentas a las autoridades. Ciudadanos disfuncionales que reflejan gobiernos disfuncionales.
Insisto. El “detalle” de las placas habla mucho de nuestros valores en la ciudad. De nadie más, más que de nosotros mismos.
7 de septiembre 2012
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9158131
viernes, 7 de septiembre de 2012
¿Es México más seguro después de Calderón?
Una pequeña frase resume el sexto informe de Felipe Calderón: el llamado a los mexicanos para apoyar al próximo presidente. Breves palabras, pero al fin un apoyo y reconocimiento a Enrique Peña Nieto. Quizá para muchos esas palabras sean insignificantes. Para otros, son motivo de repudio. Pero lejos de las emociones que despierta el presente, hay que valorar a la distancia, la normalidad democrática y sobre todo, la estabilidad con la se han dado los cambios de gobierno desde Ernesto Zedillo a la fecha.
Sobre el último saldo del sexenio ¿qué informó el presidente? Como sabemos, el principal tema que vendió Calderón durante su campaña fue convertirse en el “presidente del empleo”. Las circunstancias y el insignificante margen con el que ganó lo llevaron a otros caminos, entre ellos, el de la seguridad y la intervención del ejército en las calles como fuente de legitimidad.
Bajo ese punto, la presidencia se volvió monotemática. No porque no atendiera otros aspectos, sino porque el desastre en la seguridad impidió mirar hacia otro lado. Por lo mismo, a la luz del extenso informe, convine revisar las cuentas entregadas.
Cito el principal supuesto del gobierno: “Durante esta administración, el Gobierno Federal se propuso recuperar la paz y la tranquilidad de los mexicanos, así como prevenir la violencia y construir los cimientos de una seguridad auténtica y duradera. Se ha enfrentado decididamente a la criminalidad, por ser esta, la principal amenaza a la paz y la libertad de los mexicanos, así como a las instituciones democráticas. Frente a este reto, y en cumplimiento a una responsabilidad constitucional y ética, se desarrolló la Estrategia Nacional de Seguridad” (Sexto Informe, septiembre 2012).
¿Hay más paz y tranquilidad en el país después de la política calderonista? No.
Tras el combate ¿tenemos menos violencia y seguridad en las calles? No. Por cierto, el informe no menciona los miles y miles de muertos. Sencillamente decidieron que ahí no existen (subcapítulo 1.4, crimen organizado)
¿Hay menos droga en México por el combate al narcotráfico? No. Y si lo dudan, vayan a la página cuatro del Anexo estadístico, en el tomo Estado de derecho y seguridad. Para 2011 y la tendencia en lo que va de 2012, no hay más decomisos de droga que en los años anteriores. Si el combate pretendía que la “droga no llegue a tus hijos”, los indicadores que presenta la propia presidencia de la República en el informe, sólo sustentan el fracaso de la estrategia.
En el sexenio calderonista se pretendió proteger “la paz y la libertad de los mexicanos”, pero las propias cifras de la presidencia en el informe, demuestran por mucho, que el secuestro se disparó como nunca. ¿Hay más paz y libertad? Escribir que “no” ya suena a insulto, pero más lo es echarle la culpa del desastre a los Estados Unidos.
Ahora toca el turno al PRI que tantas veces acusó el fracaso.
Sobre el último saldo del sexenio ¿qué informó el presidente? Como sabemos, el principal tema que vendió Calderón durante su campaña fue convertirse en el “presidente del empleo”. Las circunstancias y el insignificante margen con el que ganó lo llevaron a otros caminos, entre ellos, el de la seguridad y la intervención del ejército en las calles como fuente de legitimidad.
Bajo ese punto, la presidencia se volvió monotemática. No porque no atendiera otros aspectos, sino porque el desastre en la seguridad impidió mirar hacia otro lado. Por lo mismo, a la luz del extenso informe, convine revisar las cuentas entregadas.
Cito el principal supuesto del gobierno: “Durante esta administración, el Gobierno Federal se propuso recuperar la paz y la tranquilidad de los mexicanos, así como prevenir la violencia y construir los cimientos de una seguridad auténtica y duradera. Se ha enfrentado decididamente a la criminalidad, por ser esta, la principal amenaza a la paz y la libertad de los mexicanos, así como a las instituciones democráticas. Frente a este reto, y en cumplimiento a una responsabilidad constitucional y ética, se desarrolló la Estrategia Nacional de Seguridad” (Sexto Informe, septiembre 2012).
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Más combate, ¿menos drogas? Fuente: Sexto Informe |
¿Hay más paz y tranquilidad en el país después de la política calderonista? No.
Tras el combate ¿tenemos menos violencia y seguridad en las calles? No. Por cierto, el informe no menciona los miles y miles de muertos. Sencillamente decidieron que ahí no existen (subcapítulo 1.4, crimen organizado)
¿Hay menos droga en México por el combate al narcotráfico? No. Y si lo dudan, vayan a la página cuatro del Anexo estadístico, en el tomo Estado de derecho y seguridad. Para 2011 y la tendencia en lo que va de 2012, no hay más decomisos de droga que en los años anteriores. Si el combate pretendía que la “droga no llegue a tus hijos”, los indicadores que presenta la propia presidencia de la República en el informe, sólo sustentan el fracaso de la estrategia.
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Más secuestro: Fuente: Sexto Informe |
En el sexenio calderonista se pretendió proteger “la paz y la libertad de los mexicanos”, pero las propias cifras de la presidencia en el informe, demuestran por mucho, que el secuestro se disparó como nunca. ¿Hay más paz y libertad? Escribir que “no” ya suena a insulto, pero más lo es echarle la culpa del desastre a los Estados Unidos.
Ahora toca el turno al PRI que tantas veces acusó el fracaso.
lunes, 3 de septiembre de 2012
La evaluación que sí fue
No hay duda de que el sexenio de Felipe Calderón será recordado por la violencia. Por más spots que la presidencia lanzó para justificar la guerra, en la carga de los ciudadanos queda la inseguridad, la violencia y miles de muertos, que bien a bien nadie sabe cuántos son. No obstante de ciertos logros, la administración quedó marcada ese solo aspecto.
A riesgo de ir contra corriente, el corte de caja en materia de educación no fue del todo negativo. Ya sé tenemos en “La Maestra” a la villana favorita de México. Pero incluso a pesar de los ambientes más negativos que rodean la educación pública, el gobierno calderonista logró instituir un medio indispensable para la mejora educativa: la evaluación universal y Enlace. Es cierto que hubo fallas, resistencias e incluso estados como Oaxaca o Michoacán que sistemáticamente se opusieron a la evaluación. Por fortuna fueron las excepciones, porque gracias a las evaluaciones hoy conocemos a detalle los problemas. Es cierto que falta mucho por avanzar y que los cambios son lentos. Pero hoy la prueba Enlace y las subsecuentes mediciones permiten conocer más a fondo los problemas generales y particulares de alumnos y maestros.
A riesgo de ir contra corriente, el corte de caja en materia de educación no fue del todo negativo. Ya sé tenemos en “La Maestra” a la villana favorita de México. Pero incluso a pesar de los ambientes más negativos que rodean la educación pública, el gobierno calderonista logró instituir un medio indispensable para la mejora educativa: la evaluación universal y Enlace. Es cierto que hubo fallas, resistencias e incluso estados como Oaxaca o Michoacán que sistemáticamente se opusieron a la evaluación. Por fortuna fueron las excepciones, porque gracias a las evaluaciones hoy conocemos a detalle los problemas. Es cierto que falta mucho por avanzar y que los cambios son lentos. Pero hoy la prueba Enlace y las subsecuentes mediciones permiten conocer más a fondo los problemas generales y particulares de alumnos y maestros.
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Avance en niños de primaria, asignatura Matemáticas. Fuente: Enlace. |
Tristemente hay otras generaciones de estudiantes que parecen perdidas y simplemente continúan la mala inercia que llevan. Un ejemplo son los jóvenes que ahora cursan la secundaria. Por más años que pasan, las cifras de los indicadores están estancadas. Menos dramático es el caso de los preparatorianos, pero su mejora no parece ser sustantiva. Todo esto lo ha descrito con puntualidad la SEP en los últimos seis años por medio de la prueba Enlace.
Es una lástima que la atención gubernamental se centrara en un guerra imbécil, quitando relevancia a un ámbito estratégico para el desarrollo como lo es la educación. Acaso hemos desperdiciado la mayor fuerza en la dirección equivocada. Hoy los niños de primaria, nos dice Enlace 2012, sí han mejorado su desempeño. Hago votos porque los próximos años no sean los de otra guerra imbécil, sino los de una intensa mejora educativa. Los elementos están en la mesa.
31 de agosto 2012
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