domingo, 17 de marzo de 2013

El regreso del Estado


Escuché con atención los discursos sobre la iniciativa de reforma en telecomunicaciones. Había un aire de optimismo, de nuevos vientos. Las principales fuerzas políticas estaban ahí celebrando la firma que antecede a la reforma de un sector dominado vorazmente por tres empresas. El presidente Enrique Peña Nieto no se cansó de felicitarlos. En el mismo tono triunfalista los representantes del PAN, PRI y PRD coincidieron en que la futura reforma se trata de un acuerdo “histórico”, sin precedentes. Aunque en lo personal prefiero ser desconfiado, en vez de triunfalista sobre el acuerdo, tampoco deberíamos olvidar de dónde venimos. 

Resumo rápidamente. Una clase política extorsionada por los monopolios (¿Se acuerdan del borrado ex senador Santiago Creel?). Unos candidatos a la presidencia de la República en 2006, amedrentados, en particular Roberto Madrazo del PRI y Felipe Calderón del PAN, que prefirieron callarse sobre la llamada “Ley Televisa”, antes que ser borrados de la televisión. Ante la arbitrariedad, un grupo de senadores interpusieron una controversia constitucional en la Suprema Corte de Justicia. En un momento de lucidez, la Corte derogó la ley, sin embargo, nos quedamos igual, para festín de las televisoras. 

Siete años después las cosas parecen diferentes, y hasta el presidente insiste una y otra vez en las bondades de la competencia. Para Slim fue el silencio, aunque con ese nivel de riqueza, los cambios le han de parecer insignificantes. Por las mismas Ricardo Salinas Pliego. A Emilio Azcárraga no le quedó más que dar la bienvenida a la competencia.

Así como está en papel, la iniciativa inscrita en el Pacto por México, es ambiciosa y positiva. Desde luego falta ver su aplicación, y sobre todo, si las anunciadas ventajas para los consumidores se podrán palpar pronto. En los últimos meses, el nuevo gobierno ha atendido a los símbolos y la espectacularidad. La impresión es que hay acuerdo político, y se ha afirmado. La impresión es que tenemos Estado, y se hace notar. Para el presidente Peña la iniciativa en telecomunicaciones “reafirma la soberanía democrática del Estado mexicano”. ¿Estaremos ante un nuevo comienzo? Extraigo algunas visiones en el poder. El coordinador de la bancada del PAN, Alberto Villarreal, afirmó: “Estamos en un acto sin precedente en la vida de la República y en la vida política de México”. Para César Camacho, presidente nacional del PRI, la iniciativa es “reivindicatoria, porque recupera la rectoría del Estado en la prestación de un servicio público de interés general; e histórica, porque la materia nunca había sido regulada con tal hondura y por la auténtica revolución que va a provocar”.
En tono similar, Gustavo Madero, presidente del PAN, expuso que la iniciativa “será un parteaguas. Es un antes y es un después”. El líder del PRD, Jesús Zambrano, afirmó que se trata de “una profunda reforma que significará una verdadera revolución en el campo de las telecomunicaciones y que relanzará el desarrollo integral de nuestro país”.

Como si fuera otro país, de pronto, los principales líderes políticos están de acuerdo y repiten en recuperar la soberanía del Estado. ¿Estamos ante el regreso del Estado? Todo parece indicar que sí. Para un país con una inconfesada vocación monárquica, más que hombres fuertes, urge un Estado fuerte. No autoritario como en el pasado, ni débil como en los años panistas, pero sí con instituciones sólidas, consistentes para sustentar el futuro. El Pacto por México parece ser una vía para concretarlo.

13 de marzo 2013
Milenio http://laguna.milenio.com/cdb/doc/impreso/9174844