lunes, 26 de diciembre de 2016

A la deriva


Por un lado y por otro, la situación se sale de control. La cosa pública parece sin rumbo. Ya sea en la economía, la política o la educación. Incluso, los mal pensados ya sumaron también al aburrido fútbol. Es cierto, no todo está así, pero hay muestras preocupantes de ingobernabilidad. Espacios donde no hay Estado ni ley. Sería exagerado suponer esa situación en todo el país, pero sin duda, los conflictos locales apuntan un problema mayor. Gobiernos que no gobiernan. Leyes que no se aplican. Justicia que nunca llega, y hasta brotes de violencia en las protestas.
Como lo manda cada seis años ­—casualmente en la transición de un gobierno estatal a otro—, la protesta magisterial es el sello de la casa en Oaxaca. A tomar las calles, las plazas y las carreteras. En esa versión, la política es chantaje y presión. Eso sí, en tanto la negociación no sea satisfecha. Luego vienen largos periodos de calma, como una especie de “paz magisterial”. Al tiempo, otra vez surgen los demonios y comienza una nueva negociación forzada. Así terminó el odiado exgobernador Ulises Ruiz, quien fue rescatado por la intervención de la Policía Federal en 2006. Al calor de esas violentas protestas, nació en las calles oaxaqueñas, la “virgen de las barricadas”. Protégenos de los federales, rezaban los manifestantes por aquellos años. En aquella refriega, murió el periodista estadunidense Bradley Will. Así nomás.
Como tragedia y como farsa, la protesta regresa nuevamente a Oaxaca para demostrar que la política tiene sus ciclos. Termina un sexenio, el del gobernador Gabino Cue, quien ni tarde, ni perezoso se construyó una notable casa para no quedarse atrás del presidente. Mientras tanto, las carreteras arden. ¿Habrá entendiendo el mensaje el recién electo gobernador Alejandro Murat? ¿Cuánto le costará arreglar a los maestros?
La protesta de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, a la que se sumaron en el camino una serie de grupos, que llaman genéricamente “pueblo”, ya cuenta con 8 muertos, entre ellos el reportero Elidio Ramos. Así nomás.  El asunto de Oaxaca, evidencia otras vez una autoridad inútil, en el caso del gobierno estatal. Peor aún el cauce que tomó la intervención de la Policía Federal. ¿Son preferible las muertes al diálogo? Lejos de desmantelar el movimiento de protesta, la detención de líderes magisteriales, sólo avivó más las llamas del conflicto, que ya amenaza con una movilización mayor.  No sabemos hasta dónde pueda llegar, pero la crisis local agrava las malas percepciones. En esa crisis, no veo cómo los secretarios Miguel Ángel Osorio Chong, de Gobernación, y Aurelio Nuño, aspiran a ser candidatos a la presidencia. ¿Para qué sirven políticos así? Ni por gobernabilidad, ni por educación.
En otro ámbito, la salida del líder del PRI, Manlio Fabio Beltrones, sólo ratifica la crisis interna del partido en el poder. No obstante la corrupción, tanto alardearon que sí sabían gobernar, para terminar como el ahora presidente Enrique Peña Nieto, encerrando en el baño. Un gobierno escondido; un gobierno pasmado; un gobierno sin timón.  Pero la salida de Beltrones no solo corrobora un partido a la deriva, sino un gobierno que no puede gobernar. Eso sí, con los Moreira sueltos, con los Duarte haciendo de las suyas, con los Borge endeudando impunemente. Hay en el ambiente una política rancia que resulta inoperante ante las demandas actuales. El ejemplo más reciente lo tuvimos con la iniciativa 3de3, donde al final, los legisladores aprobaron lo que quisieron, es decir, lo que les convenía. Pero las protestas no sólo vienen de maestros rebeldes, sino de empresarios agrupados en cámaras como la Coparmex, que también salieron a protestar contra la corrupción, y sobre todo, contra una clase política que se niega a perder sus privilegios. Que los empresarios protestaran, ya es mucho decir.
Para el gobierno de Enrique Peña Nieto, los astros sea alinean en contra. Sin embargo, ante el rechazo y la crisis política, una de las grandes ausencias de la democracia en México, es la moción de gobierno y la revocación de mandato. Lo menos, es que se vayan ya.
 22 de junio 2016