Por
un lado y por otro, la situación se sale de control. La cosa pública parece sin
rumbo. Ya sea en la economía, la política o la educación. Incluso, los mal
pensados ya sumaron también al aburrido fútbol. Es cierto, no todo está así,
pero hay muestras preocupantes de ingobernabilidad. Espacios donde no hay
Estado ni ley. Sería exagerado suponer esa situación en todo el país, pero sin
duda, los conflictos locales apuntan un problema mayor. Gobiernos que no gobiernan.
Leyes que no se aplican. Justicia que nunca llega, y hasta brotes de violencia
en las protestas.
Como
lo manda cada seis años —casualmente en la transición de un gobierno estatal a
otro—, la protesta magisterial es el sello de la casa en Oaxaca. A tomar las
calles, las plazas y las carreteras. En esa versión, la política es chantaje y
presión. Eso sí, en tanto la negociación no sea satisfecha. Luego vienen largos
periodos de calma, como una especie de “paz magisterial”. Al tiempo, otra vez surgen
los demonios y comienza una nueva negociación forzada. Así terminó el odiado exgobernador
Ulises Ruiz, quien fue rescatado por la intervención de la Policía Federal en
2006. Al calor de esas violentas protestas, nació en las calles oaxaqueñas, la
“virgen de las barricadas”. Protégenos de los federales, rezaban los manifestantes
por aquellos años. En aquella refriega, murió el periodista estadunidense
Bradley Will. Así nomás.
Como
tragedia y como farsa, la protesta regresa nuevamente a Oaxaca para demostrar que
la política tiene sus ciclos. Termina un sexenio, el del gobernador Gabino Cue,
quien ni tarde, ni perezoso se construyó una notable casa para no quedarse
atrás del presidente. Mientras tanto, las carreteras arden. ¿Habrá entendiendo
el mensaje el recién electo gobernador Alejandro Murat? ¿Cuánto le costará
arreglar a los maestros?
La
protesta de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, a la que
se sumaron en el camino una serie de grupos, que llaman genéricamente “pueblo”,
ya cuenta con 8 muertos, entre ellos el reportero Elidio Ramos. Así nomás. El asunto de Oaxaca, evidencia otras vez una
autoridad inútil, en el caso del gobierno estatal. Peor aún el cauce que tomó
la intervención de la Policía Federal. ¿Son preferible las muertes al diálogo? Lejos
de desmantelar el movimiento de protesta, la detención de líderes
magisteriales, sólo avivó más las llamas del conflicto, que ya amenaza con una
movilización mayor. No sabemos hasta
dónde pueda llegar, pero la crisis local agrava las malas percepciones. En esa
crisis, no veo cómo los secretarios Miguel Ángel Osorio Chong, de Gobernación,
y Aurelio Nuño, aspiran a ser candidatos a la presidencia. ¿Para qué sirven
políticos así? Ni por gobernabilidad, ni por educación.
En
otro ámbito, la salida del líder del PRI, Manlio Fabio Beltrones, sólo ratifica
la crisis interna del partido en el poder. No obstante la corrupción, tanto alardearon
que sí sabían gobernar, para terminar como el ahora presidente Enrique Peña
Nieto, encerrando en el baño. Un gobierno escondido; un gobierno pasmado; un
gobierno sin timón. Pero la salida de
Beltrones no solo corrobora un partido a la deriva, sino un gobierno que no
puede gobernar. Eso sí, con los Moreira sueltos, con los Duarte haciendo de las
suyas, con los Borge endeudando impunemente. Hay en el ambiente una política
rancia que resulta inoperante ante las demandas actuales. El ejemplo más
reciente lo tuvimos con la iniciativa 3de3, donde al final, los legisladores
aprobaron lo que quisieron, es decir, lo que les convenía. Pero las protestas
no sólo vienen de maestros rebeldes, sino de empresarios agrupados en cámaras
como la Coparmex, que también salieron a protestar contra la corrupción, y
sobre todo, contra una clase política que se niega a perder sus privilegios. Que
los empresarios protestaran, ya es mucho decir.
Para
el gobierno de Enrique Peña Nieto, los astros sea alinean en contra. Sin
embargo, ante el rechazo y la crisis política, una de las grandes ausencias de
la democracia en México, es la moción de gobierno y la revocación de mandato. Lo
menos, es que se vayan ya.
22 de junio 2016