Foto: http://www.vanguardia.com.mx/articulo/borran-pintas-de-humberto-moreira-como-el-raton-mickey |
El
cargo de la presidencia del partido, parece serio, digno de todo protocolo y
atenciones públicas, pero en realidad, el nuevo presidente del PRI, Enrique
Ochoa Reza, lo ejerce como un bromista involuntario. Desde su llegada, no
sorprendió a nadie, porque sencillamente nadie lo conocía, en cambio, su
discurso contra la corrupción —sí, ¡contra la corrupción!—, lo muestra en abierta
contradicción con el partido. Digamos que lo blanco de lo negro. De acuerdo con
el priista, “iniciamos una nueva etapa de diálogo, de crítica, autocrítica y
propuestas constructivas”. Por donde se le vea, el discurso de Ochoa Reza es
increíble. ¿Piensan que es excesivo el señalamiento?
Vayamos a las acciones
recientes. Ante una presidencia de la República sin liderazgo y con la
aprobación por los suelos, el PRI anunció que investigará, e incluso, podría
expulsar del partido, a tres gobernadores: Javier Duarte de Veracruz, César
Duarte de Chihuahua y Roberto Borge de Quintana Roo. Además, en la lista
incluyó al exgobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, a quien la “justicia”
protege bien, a pesar de que el Bronco lo quiere en la cárcel. Cada uno de esos
gobernantes tienen en común un endeudamiento insaciable, por no decir, talento
de sobra para la cleptocracia. Pero lo
revelador de la propuesta priista, es la ausencia de Humberto Moreira en la
lista. A todas luces, una figura
paradigmática en el partido (“árbol que da moreiras”). Pero ¿qué le debe
Enrique Peña Nieto a Humberto Moreira para que nadie lo toque? ¿Qué le sabe
Moreira a Peña Nieto para permanecer impune? ¿Cuántos miles de millones de
pesos salieron de las arcas de Coahuila hacia la campaña presidencial de 2012? ¿1500
millones? ¿3 mil millones? ¿Cuántos miles de millones más estarán enterrados en
las casas de los susodichos?
Envalentonada,
la secretaria general del PRI, Carolina Monroy del Mazo, advirtió esta semana,
que “a partir de hoy no permitiremos un solo agravio más al señor Presidente de
la República; cada ofensa recibida tendrá respuesta”. Pero más tardó en
declarar la secretaria, que Peña Nieto en salir con otra. La “casa blanca”, el
departamento de Miami, y ahora el plagio de la tesis. Y pensar que todavía le
restan dos años…
Si
un partido en México representa la corrupción por excelencia, es el PRI. Aunque
para ser precisos, gracias a la alternancia, la corrupción también se
democratizó de manera amplia y generosa al resto de los partidos. Hoy por hoy, el
PRI ya no es el monopolio de la corrupción, aunque cómo lo distingue. De eso
sabemos muy bien en Coahuila. Gracias a la justicia de otro país, Estados
Unidos, sabemos santo y seña del gigantesco fraude que conocemos como la
“deuda”. Cada vez más, el círculo se constriñe al “conspirador 1”. También esta
semana, el gobierno gringo va a subastar bienes incautados a Javier Villarreal,
extesoro de Humberto Moreira. Las propiedades equivalen a unos 680 millones de
pesos, que de acuerdo con las investigaciones judiciales seguidas a Villarreal,
provienen del dinero robado al estado de Coahuila. Hasta el momento es lo que probaron
las autoridades norteamericanas. Repasemos la lógica. Si eso se llevó el de
abajo, cuánto no habrá detrás del primero. Cuánto más del hermano que después
le siguió. Sin embargo, en Coahuila, en México, no pasa nada, salvo la
impunidad. Detrás de la deuda, un puñado de políticos y un grupo de burócratas
a su cargo, velan porque las cosas se queden como están.
En 2013, el senador
Luis Fernando Salazar solicitó formalmente al gobernador Moreira II, reclamar
los bienes incautados en Estados Unidos a Villarreal. Lo mismo hizo ante la
Secretaría de Hacienda, pero casualmente ni el gobernador, ni la Secretaría
hicieron nada. En otras palabras, avalaron la impunidad. Ahora, esas
propiedades valuadas en millones de dólares incautadas a Villarreal, serán
subastados en los Estados Unidos. Para tapar el sol con un dedo, el secretario
de Finanzas en Coahuila, Ismael Ramos Flores, declaró que “no son recursos de
Coahuila”, no obstante que la investigación judicial en Texas, determinó su
procedencia ilícita. En Coahuila, las autoridades le dieron “vuelta a la
página”. La dirigencia nacional, ni por error habla de Moreira (“Las
instituciones no son responsables de los individuos”). Y Peña Nieto ni siquiera
se puede controlar tantito, por aquello de que la corrupción es “cultural”.
¡Qué cultos salieron todos!
24 agosto 2016El Siglo
https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1256057.y-humberto.html